Ella

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-No lo sabia, lamento entrometerme en lo que no me concierne milord. Susurro la muchacha mirándome con pena.

-No se preocupe, me encanta recordarla. Puedo preguntarle algo? Solté sin poder evitarlo, ella asintió.

-Que hace despierta a estas horas? La mire esperando su respuesta.

-Las cuatro era la hora en que solían despertarnos para las oraciones milord, estoy acostumbrada a despertarme a estas horas, trataba de buscar algo que leer pero no pude evitar determe a mirar este cuadro. Susurro tratando de disculparse una vez mas.

-Que le gusta leer? 

-No soy una lectora recurrente milord pero valoro la literatura inglesa en demasía. Replico con modestia.

-Debería intentar con la Francesa de seguro le interesara de igual manera, en la biblioteca tenemos alguna variedad si desea tomarlos prestados me sentiré honrado. Termine diciendo.

-Se lo agradezco milord. Comento emocionada.

Por mas que hubiera querido seguir interrogándola su gesto de incomodidad le impedía seguir indagando, ella se limito a despedirse y salir del lugar dejando un vacío incomodo, se limito a quedarse ahí parado mirando aquella pintura cada día mas nítida en la realidad de lo que era en su mente, se pregunto si se olvidaría de ella y casi se rio por tratar de engañarse la recordaría, claro que lo haría hasta el ultimo día.

Lord Cavill era menos duro de lo que aparentaba vagaba como una criatura temerosa, en busca de algo, suspiro preguntándose que guardaba aquel hombre dentro de si mismo, parecía todo un misterio verlo ahí diez años después suspirando al retrato de su amada un símbolo de fe a un amor perdido.

Aquella mañana habían llegado los vestidos que días atrás encargaron por orden de lord Cavill, se los probo de inmediato con ayuda de la señora Dorrit y le quedaron perfectos se sintió agradecida y prometió que buscaría algo significativo para recompensarlo.

A pesar de lo que muchos creían Henry no se encontraba tan inmerso en si mismo, pudo reparar en el vestido nuevo que llevaba la señorita Collins y se alegro de haberse obligado a hablar de aquel tema, las mañanas ahora eran rutinarias mientras escribía su correspondencia y dictaba a su secretario se dedicaba a espiar a aquellas dos muchachas por la ventana y cuando no las encontraba buscaba cualquier excusa para pasar por el salón y saludarlas, en ellas sobraba lo que a el le faltaba....vida, sonreían e intimaban como si se conocieran de toda la vida.


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⏰ Última actualización: Nov 21, 2021 ⏰

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