⋆ three ֨҂

31 11 1
                                    

A la mañana siguiente, como de costumbre a su rutina, Lalisa llegó muy temprano a la estación del tren, se sentó en la banca que tanto acostumbraba a hacerlo, y se quedó esperando a que el tren llegara, solo que en esta ocasión, tomaba de un batido de fresas porque no le dio tiempo de desayunar la mañana.

Diferente a otras ocasiones, esta vez prefirió observar a las personas que pasaban detenidamente, tenía esa esperanza de encontrarlo una vez más.
Ayer no corrió con suerte, pero hoy esperaba que si, este sería su día.

Incluso hizo lo que nunca hacía, al menos que fuera una ocasión muy especial, se perfumo, se retoco más el maquillaje y se peino de una manera sutil pero lindo, tardo horas en la noche anterior escogiendo su vestimenta de este día, solo por si lo encontraba serle de su agrado y quizá fijara su vista en ella.

Los minutos pasaban y no había ningún indicio, su tren ya había sido anunciado que estaba por llegar, no quería caer en pensamientos negativos, más era lo único que pasaba por su mente, se sentía decepcionada de la situación de nuevo, agachó la mirada fijando está en sus bonitos zapatos que estaba utilizando.

El tren llegó a la estación, las puertas fueron abiertas y se les indicó que fueran descendiendo e ingresando con cuidado. Cabizbaja, Lalisa camino hacia uno de los vagones disponibles dando un sorbo a su bebida, hoy había más gente, por lo que la fila para ingresar avanzaba bastante lento.

Fue cuando sin tener la intención, Manoban volteó a mirar hacia atrás, y tan grata y bendecida fue su vista, que sintió su corazón palpitar con gran desembocadura.

El joven de día anterior se encontraba en la misma fila, solo los separaban unas tres personas para que pudieran estar juntos. La joven casi salta de felicidad, se sentía dichosa de encontrarlo de nuevo, quería gritar de emoción.
Hoy traía sus lentes redondos ya puestos, y su cabello se notaba claramente húmedo, seguramente se le hizo tarde, pero no importaba, la tailandesa estaba completamente feliz de poder apreciar su rostro.

Fue tanta su admiración, - y su distracción -, que no escuchó cuando el señor que estaba detrás suyo le estaba hablando.

— Señorita, disculpe señorita —, se vio obligado a tocar el brazo de la joven para que le prestara atención.
En cuanto Lisa sintió los toques en su hombro, detuvo su mirada en el hombre.

— ¿Le puedo ayudar en algo, señor?

— En realidad si, podría avanzar por favor, esta retrasando la fila —, mencionó el hombre en tono sereno pero serio.

Lalisa sintió toda la cara enrojecer y arder de vergüenza, no se dio cuenta cuando ya era su turno de pasar al vagon, hizo una reverencia en disculpa e ingreso. Pudo ver que el joven puso su atención en ella y la escena que provocó, mirándola con una expresión un tanto indescifrable.

Ahí fue más motivo para que la chica quisiera que la tierra se abriera y la tragara, ¡ahora el sabría que Lalisa lo estaba observando y por ese motivo retraso la fila! La situación no podía ser peor.

Bien hecho Manoban, causando pena ajena como siempre, que agradable manera de iniciar su día. Quería que él la observara, ¡pero no de esa manera! Y para su desgracia no solo el, si no que todas las personas que estaban ahí presentes.

Esta ocasión decidió sentarse en los asientos del fondo, donde nadie pudiera verla y pasara desapercibida, lo más probable es que ya nadie le diera importancia a lo sucedido minutos atrás, pero para la perspectiva se ella, sería un suceso imborrable que quedaría guardado en cámaras, pero la que más le importaba y le causaba más vergüenza de recordar... No había peor cosa que hacer el ridículo frente de la persona que te gusta.

Desde el fondo aún podía verlo, de nuevo se sentó cerca de la puerta de salida, e igual que ayer estaba leyendo, ahora que le prestó más atención a la pasta del libro, pudo leer el título de este; "The intern blues". Lisa arrugó el ceño, no le parecía conocido, ni sabía de qué trataba este, pero lo iba a investigar, quería saber más del chico y conocer sobre sus gustos en la literatura era muy interesante para ella.

Esta ocasión prestó mucha atención en el camino sin distraerse, claro sin dejar de admirar al hermoso chico sentando a unos metros de ella.
Lisa realmente quería hablarle, y ese era su plan en la mañana si volvía a verlo, pero, el suceso que tuvo hace unos minutos y que él la vio hacer el ridículo, hacía que la idea se alejara completamente de su cabeza.

En su mente, el joven ya la tenía ubicada con una descripción y esa seguramente era "la chica que hizo el ridículo en el vagón", definitivamente no quería ser recordada así.
Tenía la seguridad de que se lo encontraría todas las mañanas, esperaba a que el incidente no fuera tan resiente para animarse a hablarle.

Si su amiga la escuchara, seguramente le daría un golpe por no ser arriesgada y que no se acobardara por algo tan simple, pero para una persona tímida que no le gusta ser el centro de atención, esta era la peor desgracia de su día.

Al llegar a la estación de Anam-dong, varias personas, principalmente estudiantes, se colocaron de pie comenzando a bajar del vagon, entre todos ellos, se bajó aquel desconocido que tenía encantada a la tailandesa.
Lisa rápidamente se acercó más a la ventana observándolo bajar e irse caminando entre la multitud de estudiantes que iban de salida de la estación rumbo a tomar sus clases.

Al menos hoy obtuvo un avance con su investigación sobre el chico, se bajaba en Anam-dong, seguramente por ese motivo no pudo verlo bajar el día anterior, esta parada era muy recurrente pues era el lugar donde estaba la principal Universidad de Seúl, entre toda esa multitud claro lo perdería de vista.

Ahora sabía que debía venir a darse unas vueltas por aquí, le diría a Rosé que la acompañara, sonrió bobamente recargando su cabeza en sobre el asiento sintiendo como el tren volvía a tomar su curso.

Continuará...

Datos sobre el libro que SeokJin estaba leyendo: "The intern blues".
El relato incluye las secuelas, tanto físicas como psicológicas, que propician las largas jornadas de trabajo y las decisiones, en muchos casos de vida o muerte, que un médico debe tomar, y que son mucho más duras para médicos que comienzan a trabajar.


Con esto damos una pista sobre la vida de nuestro Worldwide Handsome, ¡hasta aquí me despido!

٬٬ Aʟʟ Oɴ Bᴏᴀʀᴅ ﹕JɪɴLɪᴄᴇ𝄒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora