Fotógrafo Ardiente ; KazuFuyu

03

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—No hay nadie más aquí, ¿cierto?—Chifuyu preguntó temeroso al adentrarse otra vez a la habitación, esta vez con aquella bata que le había dado para vestirse sin nada debajo.

—El trato fue que nadie estuviera aquí además de mí, ¿cierto?—El mayor preguntó con obviedad, colocando la cámara frente a él, donde estaba aterrado aún de pie.

—Lo fue—Respondió avergonzado, sintiendo por segunda vez en la noche el calor en sus mejillas.

Él debe pensar que soy un niño miedoso.

—Entonces, no hay que temer, bonito. —Le guiñó un ojo, siendo aquel el motor que hizo hacerle perder el equilibrio, mas Kazutora lo notó y fue hasta él a sostenerlo.

—¿Te sientes bien, cielo?—Preguntó con preocupación.

—Lo estoy, lo estoy. No fue nada.—Se alejó con rapidez realizando una reverencia, se sentía un completo idiota.

Chifuyu quería desaparecer, había pasado la mayor parte del día preparándose psicológicamente para esto, y ahora debía hacerlo nuevamente desde cero.

—Entenderé si te sientes más cómodo en ser fotografiado por alguna fotógrafa mujer. Digo, si ese es tu miedo en este momento. Tengo entendido que nunca hiciste este tipo de fotografías.

El rubio se mordió el labio inferior, quería que él fuera una mujer, pero por otro lado deseaba terminar con todo el asunto de una vez, y por el hecho de que aquel fotógrafo era extremadamente coqueto y atractivo, su cuerpo no podía evitar alterarse. No podía negar la sensación excitante por su cuerpo ante el pensamiento de que él le tomara las fotografías a su cuerpo casi desnudo.

Un balde de agua fría pareciera caer en su cuerpo. ¿De dónde diablos había salido esos pensamientos?

—Ya estamos los dos aquí, así que sigamos adelante con esto y hagámoslo cuanto antes.

El color subió por su rostro cuando se dio cuenta que debió sonar realmente mal aquello, quiso retractarse al instante.

—Me refiero a la sesión fotográfica, claro—Tartamudeó.

¿Desde cuándo no soy capaz de no poder hablar?

Kazutora soltó una pequeña risa. — No había considerado una cosa contraria.

Se sonrojó aún más y alzó la mano para meter su cabello detrás de la oreja, se sentía un completo tonto con sus hormonas alborotadas por una simple presencia masculina que veía su cuerpo con atención.

—Así que, ¿para qué refugio animal estás haciendo este calendario?—Preguntó Kazutora mientras colocaba las luces directas hacia Chifuyu.

Sonrió aliviado de que cambiara el tema. —Para el refugio de Tokio, del centro principal. Conozco de años a los dueños, somos viejos amigos. Ellos me dieron a Peke J, mi mascota actual, así que no podía negarme, aunque me avergonzara un poco.

—¿En serio? Adopté a mi perro allí también.

—¿En verdad? ¿Cómo lo llamas?—Chifuyu preguntó con iilusión, el rubio siempre se consideró amante de los animales, tenía debilidad por ellos.

—Se llama Holly, es un perro muy bonito y juguetón.—Kazutora se acerca hacia Chifuyu con sutileza, éste puede sentirse en nervios como en el principio. A pesar de que la charla lo hizo confiar un poco más, su cercanía lo desestabilizaba.

Kazutora tomó una tela blanca extra grande. —Te pondré esto por arriba, ¿sí?

Chifuyu fue obediente y aceptó.

El fotógrafo acomodó previamente la bata a rayas del modelo, estremeciéndose el segundo mencionado por el toque sobre su piel. Éste había abierto un poco la bata desde su pecho, haciendo que sus hombros se vieran mejor y descubiertos.

Sus ojos volvieron a conectarse por unos segundos, mas Kazutora trató de volver al mundo, por lo que se levantó y colocó la tela sobre él.

—Bien, cariño, podemos comenzar. Aunque no es lo único que haremos.

Chifuyu vio la profundidad de sus ojos y tragó en seco.

Aquel hombre, no saldría más de sus pensamientos.

En ese entonces, los flashes comenzaron a reflejarse y se dio comenzada aquella noche ardiente.

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Son las 3:15 de la mañana y tengo sueño, ya no aguanto nada 😩

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