Capitulo 18

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Jennie había estado evitando a Lisa en estas dos últimas semanas, después de ese encuentro con sus amigas en donde se había enterado que la pelinegra le estaba mandando mensajes calientes a su mejor amiga. ¿Cómo se suponía que no se iba a enterar? Si ellas hablaban de todo siempre, o quizás la menor esperaba que ella se entere, lo que sería una estupidez. No quería pensar mucho en el tema, por lo que se distraía trabajando y ocupando el tiempo libre en sus amigas, claro que también en su novio, pero no teniendo sexo con él, ni con su pene chico.

Desde lo que pasó con Lalisa, Jennie no podía tocar a su novio en ningún aspecto sexual, se sentía extraña. Y obviamente esto disgusto más a su novio de lo que lo estaba antes. Así que le exigió que comenzaran la terapia en parejas lo más pronto posible.

La pelicastaña, evitando a su psicóloga, había estado faltando a todas sus sesiones en donde les tocaría verse, pero la de esa tarde le iba a ser imposible hacerlo. Ella le había pasado el número de la pelinegra a su novio y habían arreglado el primer encuentro para una sesión de terapia en pareja, se verían ese mismo día por la tarde.

Jennie estaba rogando que Lalisa no hiciera o dijera una estupidez, aunque estaba segura de que pasaría algo, ya que era probable que la menor esté molesta con ella por evitarla.

•••

MinHo pasó a buscarla cerca de las 5:30 de la tarde y tenían que estar a las 6:00 en el consultorio de Lalisa. Fueron caminando a paso lento hasta llegar al lugar, conversando acerca de sus días y de lo que les había pasado en la semana, la clínica donde trabajaba Lisa quedaba a pocas cuadras del departamento de Jennie, por lo que podían caminar a la velocidad que quisieran y llegaban a tiempo igual.

Jennie estaba nerviosa por lo que iba a ocurrir en su primera terapia en pareja, la mayor parte de esos nervios se debían al miedo que tenía de que Lisa dijera algo que no debería, dejando así saber a su novio que sus labios se habían prendido al pene de su psicóloga y que le había costado soltarlo. No había podido cortar aquello, el sabor del miembro de la pelinegra era adictivo y pensar en ello ahora mismo le estaba quitando lo nerviosa para ponerla excitada. Jennie estaba muy confundida, hace tiempo que no le pasaba algo como eso, claro que disfrutaba del buen sexo y hasta le gustaba hacer mamadas, pero nada le gustó tanto como chupársela a Lalisa.

Pero no podía dejarse llevar por su vagina, tenía que pensar con la cabeza y seguir sus sentimientos, los cuales eran por MinHo, no por Lisa. Por ella solo sentía lujuria, excitación, nada más. Tenía que convencerse de ello, porque no estaba cien por ciento segura.

Cuando llegaron hablaron con la secretaría antes de entrar al consultorio, Jennie se sentía muy incómoda con la pelinaranja chica frente suyo, ella era la única que sabía lo que había pasado entre ella y la pelinegra. La secretaria les indicó que pasaran dentro de la habitación que le seguía a esa, mirándolos de forma extraña, como juzgándolos y de mala manera. MinHo pensaba que la mirada se debía a que la joven secretaria era una persona prepotente, y por esa razón se molestó un poco con ella, le hablaría sobre esa conducta a la psicóloga, de eso estaba seguro. Jennie, por otra parte, sabía bien a que se debía esa mirada.

Ya dentro del consultorio de la pelinegra, ellos se acomodaron en los sillones que se encontraban en frente al escritorio y atrás de éste estaba Lalisa, sentada con las piernas ligeramente abiertas y con una sonrisa pícara en su rostro.

─ ¡Hey, Lisa! ─ La saludó el rubio ─ Tu secretaria hace un rato nos miró mal, deberías de decirle que no miré a los clientes con prepotencia─ Hizo una mueca con sus labios al terminar de hablar, mostrando su disconformidad con la trabajadora.

Lalisa soltó una risa que trató de disimular con un suspiro, aunque no le salió bien. Ella sabía que su secretaria los había mirado mal porque había encontrado a Jennie chupando su pene hace unas semanas y no porque fuera una prepotente. Al contrario, la pelinaranja era un tarroncito de azúcar.

─ ¡Oh! ¿Sana hizo eso? ─ Lalisa se mostró graciosamente sorprendida, esta reacción molestó a Jennie, ésta sabía que no iba a decir algo bueno sobre esto ─ No creo que haya sido por eso, debe de ser por otra cosa ─ Sonrió de lado y miró directamente hacia Jennie, quien la miró mal por unos segundos ─ Pero de igual forma me disculpo por ella, no volverá a pasar.

MinHo le sonrió ampliamente, feliz por la respuesta que le dio, aunque sin entender por qué las dos chicas se miraban de esa forma.

Lalisa comenzó con la terapia en pareja haciendo preguntas sobre su vida como novios, aunque conociera las respuestas de todas ellas. Eran de las típicas que le harían un desconocido: "¿Hace cuánto tiempo están juntos?", "¿Viven juntos?", y más de ese tipo.

MinHo era el único que contestaba, ya que Jennie tenía miedo de que, si dijera algo, la ojimiel, mandándolas en frente con lo que habían hecho.

Luego la psicóloga, comenzó con otro tipo de preguntas, unas que se referían más a lo sexual y MinHo aprovechó el momento para comentarle que a Jennie no le gustaba el sexo y ese era el problema.

Y claro, como Lisa era Lisa, tenía que comenzar a reír tanto que pareciera que se le estaba por salir algún órgano en alguna de las carcajadas que soltaba.

•••

yo pido perdón, pero amo mucho a sana y no puedo dejar de incluirla en todos lados.

yo? la mejor sana biased, nací por mi mamá moriré por sana wawita.

A short penis ━━ JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora