Capitulo 15

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Lalisa estaba decidida, esa tarde cuando Jennie entrara en su consultorio para su sección del día le hablaría sobre lo que siente, del deseo sexual que siente, claro, porque ella no siente más que eso. Deseo sexual. O tal vez no le hablaría e iría directamente a la acción, aunque no sabría de qué forma hacerlo para que la mayor acepte, ella no iría a un psicólogo para ver sobre el tema del rechazo sexual a su pareja sin amarla.

A la pelinegra le había jodido bastante ver a su Jennie con ese idiota de pene chico, aunque la primera reacción que tuvo no fue molestia, sino que risa. Jennie seguramente estaría molesta por reírsele en la cara como lo hizo, pero fue lo único que pudo haber hecho, ella en el momento en que lo vio recordó todas esas veces que hablando con la contraria ésta le había comentado sobre el pequeño miembro que tenía el de ojos claros.

Jennie sonrió ampliamente al entrar en el consultorio de su psicóloga, ésta se encontraba apoyado contra el escritorio, se veía preciosa así. Estaba vestida con un pantalón un tanto ajustado y una camisa blanca lisa. Aunque no lucía como siempre lo hacía, en lugar de llevar el cabello recogido en una alta coleta como siempre, esta vez lo llevaba suelto y con unas leves ondulaciones en las puntas.

Pero luego de dar unos pasos dentro de la habitación, Jennie sacó la sonrisa de su rostro para cambiarla por un ceño fruncido, recordó lo que la menor le había hecho, seguramente no fue a propósito, pero si le daba risa ver a su novio de pene chico debería haberlo ocultado de alguna forma. Quizás podría haberse ido y no reírsele en la cara a MinHo.

La más baja pensó en sentarse, pero al final no lo hizo, si lo hacía, el bulto de la tailandesa estaría frente a ella, ya que Lisa se encontraba apoyada en el escritorio, pero del lado donde va el paciente. Ella quería eso, pero no podía quererlo o eso pensaba. Así que se quedó allí, parada frente a ella.

La más alta le sonrió, de lado, y esa fue la sonrisa más excitante que había visto, al verla sintió de inmediato como la sangre de su cuerpo parecía empezar a quemarle las venas, a la vez que sentía como su excitación empezaba a reflejarse en su centro. Jennie intentó decir algo, pero se congeló en el momento en que su psicóloga la acercó a sí, posicionando sus manos en su trasero y apretando sus nalgas. Todas sus palabras se quedaron dentro de su boca en ese instante, pero igual ella no cerró la boca y eso ayudó mucho a la contraria, quien aprovechó esto para unir sus labios con los ajenos en un beso hambriento y desesperado, metiendo su lengua dentro de la boca de Jennie. Ésta gimió suave al sentir el contacto de los labios contrarios, aunque como aún seguía sorprendida, no le correspondió el beso hasta un poco después

Cuando Lisa sintió los labios de Jennie moverse contra los suyos alzó la falda de la mayor y empezó a apretar su culo por encima de sus ya deshechas bragas, pegándola así más a ella, quería mostrarle cuan excitada estaba apoyándole su miembro contra el muslo. En cuanto lo hizo, la pelicastaña volvió a gemir, pero esta vez más fuerte y sintiendo sus bragas un tanto incomodas bajo su falda, las ondas de calor recorrían su cuerpo y se concentraban en la zona su centro. Ella había tenido un montón de sexo con desconocidos o conocidos, pero nunca lo había sentido como un beso con Lisa. Los labios de la pelinegra sobre los suyos se sentían increíbles y ni hablar de cómo era la sensación de su lengua contra la suya. Las manos de ésta sobre su trasero la hacían sentirse raramente protegida.

Jennie se fue relajando durante el beso, subió sus manos por el abdomen de la menor hasta sus hombros, donde la abrazó, pegándola lo más posible a sí. Lalisa tenía el cuerpo duro pero sin perder su esencia femenina, se notaba que se ejercitaba, y hacia que ella se sintiera diminuta gracias a su cuerpo más grande y ejercitado. Aunque ella hiciera pilates y trotará todas las mañanas, la diferencia de tamaño entre ambas la hacían sentirse inferior en cuanto al aspecto físico.

Lalisa subió las manos y las adentro en la camisa de la pelicastaña y acarició la piel desnuda de su espalda, pero se arrepintió a los segundos, ya que Jennie se tensó bastante y comenzó a pelear con ella para separarle. Eso se debía a que la mayor cayó en la realidad en el momento en que sintió las manos de Lalisa en su espalda, específicamente al borde de su brasier. Ella no debía volver a esto. Sintió que lo que estaba haciendo con Lisa era volver a su pasado, un pasado en donde había follado con todo el mundo, sin importarle nada y sin tener ningún sentimiento de por medio. Lo que ella debía hacer era luchar en su relación con MinHo, le gustaba en serio y, por lo tanto, debía tener algo serio con él.

Porque Lisa no le gustaba o... tal vez sí, pero solo un poco. Bueno, tal vez le gustaba mucho, pero ella seguía teniendo una relación con la primera persona con la que sintió algo más que atracción: MinHo.

─ Creo que debería buscarme otra psicóloga. ─ Jennie susurró, con la cabeza gacha y terminó de alejarse de los brazos de la pelinegra.

•••

tengo que aceptar que solté los tres capítulos solo con el fin de dejarlos con la intriga de este, jeje.

150 votos y sale otro cap.🦦

A short penis ━━ JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora