Don't breathe

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Sana miró a Mina quien estaba lanzando varios productos en el carrito de compras como si estuviera en un partido de baloncesto. Era el día más aburrido, fastidioso y estresante de su vida, con miles de cosas que hacer pero que no recordaba así que no le interesaba mucho eso de tener que ir a comprar comida con una chica que parecía que tenía el mejor día de su vida.

Apoyó la cabeza entre sus brazos y comenzó a empujar para así desplazarse, quería dejar atrás a su mejor amiga que cantaba y bailaba las canciones que pasaban por la radio, frente a un montón de personas que las veían como si fueran unas locas. Eso es lo que Mina parecía pero ella no se veía así, más bien era como esa típica amiga aburrida que no podía ser más amargada.

"¿Ya no hay del jugo que te gusta?". Eso sí había llamado su atención. "Parece que no hay". Volvió a esconder su rostro, se llevaría el premio de ser la persona con más mala suerte en el mundo. "¡Mira!". Levantó la cabeza tan rápido que le dolió un poco el cuello, colocó la mano en éste y lo acarició. "Hay del que me gusta a mí". Entrecerró los ojos y suspiró, sería un día tan largo como sofocante.

"Vámonos antes de que las cajeras vayan a comer y nos quedemos aquí como un-". Apretó los dientes. "¡Por andar bailando la estúpida canción esa y dando una demostración de mierda al niño ese que solo quería ver como saltaras para que se te subiera la maldita falda tenemos que esperar más de dos horas a que las malditas cajeras vuelvan!" Gritó con todo su ser, si que estaba enojada y no era algo muy normal en ella, Mina dejó lentamente el jugo que se iba a llevar. "Joder contigo y con todo lo de mi vida". Dejó la billetera. "Yo pago pero me voy de aquí".

"¡Sana!". Llamó con urgencia. "También me voy a llevar el jugo". La mayor se mordió la lengua y salió del supermercado, estaban harta de todo, miró hacia todos lados y se colocó los lentes oscuros que le hacían ver el mundo negro pero así le gustaba.

"Vida de mierda". Chasqueó la lengua y como casi siempre que iban a ese supermercado salió a dar un paseo para despejarse, la próxima vez estaba decidido que irían a uno en el que no hubieran niños pervertidos ni música ensordecedora.

Antes de poder cruzar la calle escuchó a Mina gritar detrás de ella, se dio la vuelta y logró ver cómo corría desde la entrada. "¡Te voy a matar Minatozaki Sana!". Señaló su pecho y a los pocos segundos se dio cuenta que era a ella a quien le estaba gritando y peor aún a quien perseguía.

"Dios no quiero morir". Salió corriendo sin importarle que empujó a un niño para poder darla vuelta, lo bueno es que era el mismo quien había molestado a Mina, puede que no haya sido sin querer. "¡En tu cara idiota!". Comenzó a reír lo que hizo que le faltará el aire y a los pocos segundos cayó de rodillas tosiendo, necesitaba oxígeno. Miró hacia atrás y lo primero que se encontró fueron las piernas de la pelinegra.

"A sido la persecución más estúpida y corta del mundo". Señaló hacia atrás y solo había corrido como seis metros.

"¿Po-por". Tomó una bocanada de aire. "¿Por qué me estabas persiguiendo?". Mina rascó su nuca. "¿No lo recuerdas?". Preguntó y se levantó.

"Lo sabía hace unos minutos". La mayor se fue enojada hasta que escuchó una risilla que la detuvo, con el ceño fruncido la miró esperando una explicación. "Es que había una cajera y ella escucho todo lo que me dijiste". Suspiró. "Ahora tenemos que ir a buscar todo".

"Vamos a buscar todo antes de que yo misma te meta en una de esas bolsas y te lleve en la parte trasera del auto". La miró con recelo pero tragó grueso al recordar que ella no había ido a las clases de defensa personal en cambio Mina salió con honores de ahí. "Por eso es que digo que soy graciosa, muy buena broma". Se miraron y comenzaron a caminar. "¿Cómo vas con la chica?". Todavía no era un tema normal para discutirlo pero no importaba en éste momento quería hacer que olvidará lo que le dijo.

purple ; 𝘀𝗮𝗺𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora