Muy a su pesar tuvo que quedarse junto con la pelinegra de ojos pintorescos, las dos estaban en completo silencio desde que Myoui se fue y no entendía la insistencia de quedarse solas si lo único que haría era ver hacia un punto fijo y tal vez pensar en su vida. Lo que le parecía bueno de todo esto es ver a la contraria, no podía negar, y ahora estando más consciente que hace unos minutos atrás, que la belleza de Momo era exorbitante, si le preguntarán obvio que respondería que es su tipo.
Lo que más le llamaba la atención eran sus labios, llegó la pregunta a su mente de ¿a qué sabrán?. Alterando su ya desenfrenado corazón, le sudaban las manos de tan solo pensar la reacción que tendría si se abalanzaba y la besaba, era una sensación extraña un hormigueo en el estómago y una presión en los dientes tremenda. Ni siquiera en su adolescencia se había sentido así cuando estaba cerca de nadie.
Algo se traía la mayor para ser tan perfecta, a sus ojos y estaba segura que a lo de los demás, levantó un poco la mano tratando de volver a la conversación sabía que si se quedaba un poco diría algún tipo de locura que la llevaría a estar horas lamentándose por la estupidez que se le escapó. "Me besaste". Negó lentamente con la cabeza y entre risas la empujó un poco hasta que su cerebro logró recordar aquel momento.
"No". Murmuró. "Yo no recuerdo eso". Señaló su propio pecho para luego mover las manos mientras repetía una y otra vez "no". Sus mejillas instintivamente se sonrojan poco a poco formando un nudo en su garganta que no es llanto más bien es vergüenza extrema, una presión en su pecho la desestabiliza y la perdida de sensibilidad en las piernas no la está ayudando a mantenerse de pie.
"Cuando llegamos a tu casa...".
Flashback
Momo ya estaba harta de escuchar cantar a Mina, no se había detenido en todo el camino y aunque lo hiciera bien una parte de ella quería arrancar el volante y darle en la cabeza para noquearla, pero se abstuvo por la mirada penetrante de la chica a su lado, la que se suponía estaba súper ebria y le agradeció prevenir una desgracia.
Tragó grueso por como la miraba, tenía esa clase de mirada que te hacía retroceder y quedar embobada por sus ojos, es por eso que no quería voltear a verla porque si lo hacía lo más probable es que chocarían y terminarían en el hospital o algo peor. No estaba dispuesta a morir por una tonta peli gris incapaz de controlarse con el alcohol, no caería tan bajo o más bien no sería tan tonta como para que le guste alguien ebria.
"¿Te han dicho lo linda que eres?". Apretó el volante y aclaró la garganta mientras negaba con la cabeza. "Eres preciosa". Aseguró juntando las dos manos. "Muy preciosa". Acentuó cada letra con entusiasmo, entre pequeñas risas se acercó y apoyó la cabeza contra su hombro, Hirai estaba a punto de detener el auto y salir corriendo de ahí sin importarle que las dejaría a mitad de una calle. "También muy cómoda". Restregó la mejilla izquierda antes de supurar. "Si hay algo de lo que agradezco el día de hoy es haber conocido a una peluche andante". Cerró los ojos y se quedó ahí en todo el camino hacia la casa.
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purple ; 𝘀𝗮𝗺𝗼
Fiksi Penggemar𝐒𝐀𝐌𝐎┊Sana llevaba una vida llena de tormentos y dolores que la hicieron no creer en el amor, tener inseguridades y pensar que nunca llegaría a encontrar a alguien pero eso cambia cuando se topa con Momo, la chica que la enseñará lo que es amar y...