Capítulo 1

4 1 0
                                    

"Cuando los planetas se alineen, nacerán dos hijos de la luz y dos hijos de la oscuridad; los hijos de la luz nacerán de una mortal, y los hijos de la oscuridad nacerán de otra mortal, y los cuatro se encontrarán en su mayoría de edad, junto con el primer nefilim, y harán justicia tanto en el mundo mortal como en el mundo mágico; la hija de la luz será la encargada de traer la redención al mundo mágico por misericordia de Dios, junto a su esposo, el Gran Mago, y junto al hijo de la oscuridad; el hijo de la luz y la hija de la oscuridad se encargarán de proteger al mundo mortal junto al primer nefilim, y los cinco unidos pelearán contra las fuerzas de Satanás el día del juicio final, y vencerán".

Evangelio de Santiago el Justo



Melissa tomaba fotos con su cámara al hermoso paisaje de New York, era de noche y las estrellas brillaban más que nunca, hasta de una forma extraña. Melissa y su esposo, Brian, estaban de vacaciones, y habían decidido hacer un tour por todos los Estados Unidos.

La pareja se encontraba en un yate turístico, acercándose a la estatua de la libertad; el sueño de Melissa siempre había sido ver en persona aquella estatua.

-Hace mucho frio ¿no crees? – comentó Brian, mientras trataba de prender su cámara.

-Estamos casi en invierno, es normal que haga frio aquí – dijo Melissa, tomando fotos.

Brian de pronto notó que bandadas de gaviotas volaban de altamar hacia la ciudad. Frunció el ceño y miró a su esposa, que estaba aún concentrada en tomar fotos a la estatua de la libertad.

-Amor ¿no se supone que las gaviotas salen de día?

-Oh si, que raro.

De repente, las luces del yate se apagaron. Cámaras, celulares, y todo aparato electrónico dejó de funcionar; segundos después, las luces de la estatua de la libertad también se apagaron, y cuando Melissa volteó a ver la ciudad, esta también había quedado a oscuras.

-Brian ¿Qué sucede? – le preguntó esta a su esposo, empezando a asustarse.

-¡Miren esa ola! – gritó una niña que estaba en el yate con sus padres, y todos voltearon.

A lo lejos, se observaba una gran ola. Brian, que era surfista profesional, sabía que el tamaño de esa ola no era de un tamaño normal.

Sintieron una sensación como si estuviera ocurriendo un temblor, y al observar la ciudad, vieron que los edificios se inclinaban hacía un lado, y varios de esos cayendo en una gran grieta que se abrió a lo largo de la ciudad.

-Un terremoto – susurró Melissa, presa del pánico.

-Maremoto – corrigió Brian, mirando la ola que se acercaba.

Los gritos de la gente de la ciudad se empezaron a escuchar, y la gente del yate (y de otros yates turísticos cerca) empezaron a gritar presas del pánico.

Melissa abrazó a su esposo, con lágrimas emanándole como cascadas de sus azulados ojos, mientras Brian le daba besos en la frente, asegurándole que todo estaría bien.

Melissa apretó fuertemente su cadena de oro, cadena la cual había heredado de su fallecida madre, la cual tenía un dije con la estrella de David, y otro dije con alas de ángel.

A medida que la ola se iba acercando, notaron que el viento estaba soplando violentamente, y se dieron cuenta de que se estaba formando un tornado.

-Esto debe ser una broma – murmuró Brian.

Vieron como el tornado acababa con la estatua de la libertad, y empezaba a llevarse los yates cercanos, con todos sus ocupantes volando y siendo absorbidos por el violento tornado.

Crónicas Angelicales: MonderWhere stories live. Discover now