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Horas más tarde el reportero había llegado al aeropuerto de Gótica...

-*Había olvidado lo aburrido que es viajar en avión*- pensó bostezando ligeramente mientras esperaba en la sala de equipaje cuando de pronto una voz conocida llamó su atención.

-Parece que hubo problemas en tu vuelo, creí que no llegarías a tiempo- dijo el millonario con una sonrisa.

-Señor Wayne, que bueno verlo. Lamento mucho el retraso- se disculpó con una mano en su nuca.

-Tranquilo, no tienes que disculparte. No es como si pudieras haber bajado del avión y llegar volando- comentó en broma.

-*De hecho estuve pensando en hacerlo...*- pensó con una ligera sonrisa nerviosa.

-Me parece que esto es tuyo- dijo al notar el nombre en dos maletas que llegaba en la cinta de equipajes.

-Muchas gracias, señor Wayne- agradeció tomando su equipaje.

-Por favor, recuerda que ya no necesitas ser tan formal- le recordó amable.

-Cierto. Lo siento, señor... Em...Bruce- respondió algo nervioso provocando una ligera sonrisa en el millonario.

-Será mejor irnos, así evitaremos el tráfico. Permíteme ayudarte- dijo tomando una de las maletas para salir del aeropuerto seguido por el reportero.

-Veo que no tardó mucho, señor Bruce- dijo con cortesía siendo reconocido de inmediato por el reportero.

-Es un gusto conocerlo. Usted debe ser...

-Permítame presentarme adecuadamente, señor Kent. Mi nombre es Alfred Pennyworth y es un gusto conocerlo finalmente- respondió presentándose con una leve reverencia.

-El gusto es mío, señor Pennyworth- dijo amable imitando la leve reverencia llamando la atención del mayordomo y su protegido- ¿Cómo le ha ido?

-Le agradezco la preocupación, señor Kent. Mi día ha sido muy tranquilo y quisiera aprovechar la oportunidad para agradecerle la agradable estancia que le brindó al señor Bruce en Metrópolis.

-No fue problema, señor Pennyworth. Me alegro que haya disfrutado la estancia, a pesar de todos los contratiempos que hubo en Metrópolis- respondió con una sonrisa que provocó una sonrisa inconsciente en el millonario.

-Así fue, señor Kent. Pero me parece que es tiempo de partir- comentó tocando el botón de las llaves que abrieron el maletero del auto.

-Yo guardaré las maletas, señor Pennyworth. No se preocupe- dijo tomando las dos maletas para guardarlas en el maletero.

-El señor Kent es muy agradable, señor Bruce- comentó tras notar la leve sonrisa de su protegido- Me parece que podrían entablar una muy buena amistad- agregó en voz baja cambiando la expresión del millonario.

-Alfred...

-Después de ti- dijo amable abriendo la puerta del auto al millonario, quien sonrió ligeramente antes de subir.


-Cinturon, caballeros- avisó mientras encendía el auto para partir.

Enamorado del opuestoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora