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El joven Clay estaba sentado en la hierva del jardín leyendo un libro. El sol brillaba con fuerza, casi podía sentir como el calor de un despejado día de verano acariciaba su piel suavemente, se sentía tan concentrado en su lectura hasta que de repente ese chico de ojos avellana y tez pálida cruzó nuevamente por su mente. Ya habían pasado algunos días desde que hablaron por primera vez y le gustaba la idea de volver a verlo y poder hablar con él otra vez, conocerlo mejor, pero no era posible su padre estaría totalmente en contra de dejarlo ir al pueblo y solo para encontrarse con un campesino, así que tendría que buscar alguna excusa para que su padre le dejara salir de alguna forma. Se levantó del césped y se dirigió al salón principal del pequeño palacio, donde estaba su padre escribiendo algunas cartas, tocó la puerta y cuando le dieron permiso para entrar eso hizo.

──── Padre...

Este alzó la vista de sus papeles y tinta y miró a su hijo.

──── ¿Pasa algo?

──── Venía a pedir el permiso para ir al pueblo, querría llevar mi espada al herrero para afilarla.

El padre volvió a fijar su vista en sus papeles manchados de tinta y dijo:

──── Esta bien, vuelve antes del anochecer.

El noble feliz de que todo salió como esperaba habló:

──── Aquí estaré.

Después de esto salió de su pequeño palacio para agarrar su corcel y espada y dirigirse al pueblo. Estando allí fue al herrero como prometió a su padre, cuando el herrero término su trabajo el joven le agradeció y le pagó unas monedas de oro, salió de la herrería y se dispuso a pasear por el pueblo, quizá la panadería este abierta y el joven de cabello oscuro y brillantes ojos avellana esté allí así que paseó hasta encontrar la panadería y miró desde la ventana, como esperaba los hijos de panadero estaban allí. Bajó de su caballo y entró a la panadería, el hermano mayor estaba sacando pan del horno cuando vio al noble parado enfrente de él y con una sonrisa lo saludó.

──── Buenos días Clay, ¿que te hizo pasar por aquí? ¿Necesitas algo?

──── En realidad no... Venía de la herrería y decidí pasar por aquí para saludar.

Clay sonrió divertido y George le devolvió la sonrisa.

──── Si llega a oídos de mi padre que estoy aquí, se volverá loco.

Suelta una carcajada contagiosa que hace sonreír con calidez a George.

──── Entonces deberías volver ¿no? Seguro tienes asuntos importantes, no deberías desperdiciar tu valioso tiempo.

Clay volvió a reír.

──── No te preocupes, mi padre jamás sabrá que estuve aquí, será nuestro pequeño secreto.

Bromeó Clay mientras le guiñaba un ojo con una sonrisa, George solo lo miró confundido mientras sus mejillas se adornaban con un tenue color rojizo no muy notorio ¿por qué el hijo de un noble, heredero de una gran fortuna estaría tan interesado en estar allí hablando con el teniendo muchos asuntos más importantes que esa conversación?

──── ¡Oh! Por cierto, no me llames Clay, puedes llamarme Dream, así me llaman mis amigos.

El chico rubio de ojos esmeralda extendió su mano, y George aún confundido e impresionado la tomó con timidez. No conocía de mucho a Clay pero ¿le estaba ofreciendo ser amigos? Igual no iba a negarse a ello estaba feliz de ser más cercano al joven, sonrió tiernamente, tanto que hizo sonrojar a Clay pero George no pudo notarlo. Después de soltar su fuerte agarre a la mano del otro, Clay habló.

──── Mañana volveremos a vernos.

Dijo con una sonrisa.

──── Adiós Cl-¡Dream!

El rubio sonrió ampliamente ante las palabras del chico de pelo oscuro, se despidió y salió de la panadería feliz y con el corazón ardiendo en su pecho, pensando en que mañana volvería a verlo, acababa de hablar con él pero por alguna razón ya deseaba volver a verlo, y así se dirigió a su pequeño palacio justo antes de que el sol cayera por el oeste, la noche estaba por llegar.

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Aquí esta el segundo capítulo que prometí espero que les gustara mucho, pronto subiré el siguiente capítulo.

𝘔𝘺 𝘗𝘳𝘪𝘯𝘤𝘦//DnfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora