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"Puedo sentir el aprecio en todos sus detalles" Dijo el jade sentado en el interior de esa vieja cabaña con una suave sonrisa adornando su rostro.

El joven líder Lan, pasó mucho tiempo meditando acerca de sus sentimientos por lo que al final se animó y por primera vez en mucho tiempo la puerta de aquel preciado lugar se abrió. Un profundo anhelo cargado de recuerdos inundó su corazón, su primera visita en aquel intimo espacio fue acompañado del fragante aroma a incienso que inundaba sus fosas nasales mientras miraba con fascinación la pequeña campana espiritual que tenía dentro de sus manos pasando suavemente su pulgar sobre algunos tallados.

En la pequeña mesa baja, una tablilla ceremonial descansaba, el nombre de su madre grabado con finas letras descansaba delante suyo, suspirando emocionado continuó relatando "Al principio no vi la profundidad del sentimiento entregado en el regalo, sólo medité la superficie de lo que me dijo aun así me hizo muy feliz" Sus dedos blancos acariciaron el contorno de los tallados de nubes en algunos pétalos "Y fue gracias a Wangji que supe todo el duro esfuerzo que hubo en el regalo de cortejo"

El jade recordó la mirada de ilusión del loto y sonrió, llevaba ya una semana ensimismado con el recuerdo de esa sonrisa "El líder Jiang fue muy gentil, su figura es muy gallarda y su voz me gusta" El suave murmullo de los pájaros en la lejanía llegó como respuesta "Por favor, madre, bendice la unión esto realmente me gustaría que fuera visto por ti con buenos ojos"

Se sintió muy alegre de contar sus pesares en voz alta en ese pequeño espacio seguro, la casita de sus dulces recuerdos de infancia.

Su charla, monólogo, casi silencioso, se prolongó por tiempo de varios inciensos más. Describiendo las cosas que han ocurrido en este medio año después de la gran revelación, las cartas, los regalos, las palabras, las sonrisas y las torpezas, con esto último podía sentir como su cara enrojecía por la vergüenza, aunque no se detiene en contar toda la historia, deja salir sus inseguridades a un espíritu que no puede ver pero que lo escucha, atento, alegre.

Xichen es feliz relatando a los espíritus de antaño que vivieron en aquel lugar.

Es feliz por el simple hecho de serlo.

Lo cual le hace sentir más ligero, más tranquilo, aun cuando sus viejos miedos a veces hacen eco en sus palabras arrancadas desde lo profundo de su miedo, porque en la intimidad de aquella vieja casita rodeada de gencianas, sin la pava puesta, sin la túnica de líder, sin el nombre de Lan, sin la cinta en su frente, sólo se permite ser A-Huan, el niño pequeño que era consentido por su madre, sólo se permite ser un niño.

Después de terminal el relato, disfrutó del silencio de aquel cálido interior que lo estaba haciendo sentir renovado, por un segundo creyó que el viejo peso de sus hombros disminuyó lo suficiente para destensar su pecho, él podría jurar que ahora su espalda es más recta que otros días.

Sintiéndose tan feliz, en realidad el que Jiang Cheng fuera su compañero de vida le agradaba, la fuerza que demostraba al exterior, la calidez de sus palabras y la suavidad del pincel que trazaba la tinta en aquellas cartas, todo del loto le gustaba.

Cuando hubiese la oportunidad lo hablarían, quería contarle que alguna vez gustó de él con todo y su constante ceja arrugada. Le había gustado tanto aquella característica mirada de desaprobación con la que siempre miró a su hermano mayor Wei Wuxian.

Si, sin duda algún día tenían que hablar de aquellos días de antaño.




El mayor Lan observaba con detenimiento aquella cabaña mientras veía a su sobrino caminar en su dirección sonriéndole, está feliz porque ahora sus sobrinos están correctamente emparejados, le agradan los chicos Jiang, aunque escandalosos y juguetones eran buenos chicos, le había gustado conversar con el ahora líder Jiang quien corría a él cuando tenía dudas en esos viejos tiempos de estudio, su motivado corazón fue una gran recompensa en aquellos días de primavera.

Y le agradaba el revoltoso de su hermano, ese chico que era capaz de hacer que su sobrino sonriera y que sus ojos se iluminaran, a veces hasta cierto punto lo admiraba, el loto rojo era capaz de ponerse en la línea de fuego por su adorado sobrino, ese viejo relato de la cueva del falso Xuanwu en el que fueron testigos los Jin y los Nie, esa aventura que tuvieron en sus primeras cacerías y que ahora se contaba como la batalla más épica jamás realizada.

Por Dianxia, ese chico destruyó un monstruo sólo para poner a salvo a pequeño sobrino Wangji.

Tolerantemente también vio la verdad en ellos, conociendo la sangre de su familia sabía que algún día terminarían juntos, mentalmente se estuvo preparando para ese día, pensar que su sobrino siendo niño escogió por amor a ese revoltoso, aunque no le gustó al principio tuvo que hacerse a la idea después de saber que el loto llevaba una enorme cicatriz en su espalda por cuidar de su sobrino, bueno con esa evidencia, Lan Qiren podía perdonar y aceptar.

Y ahora su sobrino mayor se había revelado como el compañero de vida del líder Jiang, estaba demasiado a gusto, era como si la suerte de su familia ahora fuera infinita, dos personas sobresalientes emparejadas con dos personas que eran igualmente sobresalientes, Lan Qiren sabía que sentirse así de engreído iba contra las reglas, pero después se tomaría un tiempo para reflexionar como autocastigo, por ahora, se podía permitir ser feliz y orgulloso de todas las personas que formarían parte del clan Lan.

"Tío, lo siento, tardé demasiado" Lo sacó de sus pensamientos Xichen, dedicándole una mirada feliz, complacida.

Su tío ve algo más, los principios del amor, podría reconocer esa mirada Lan cualquier día "Está bien, vuelve antes, aún tienes tiempo antes de que empiecen tus clases" Su pecho se infló agradablemente al decir estas palabras.

En las afueras de la puerta, una tenue luz destellaba y Lan Qiren haciendo una reverencia a esa pequeña luz saluda porque lo sabe, ella aún sigue allí, nunca se fue, ella aún se encuentra esperando a sus niños, que ahora eran respetados hombres.

Y sus ojos se vuelven acuosos por breves segundos, su hermano se fue en paz, pero ella aún espera, paciente. Se regaña mentalmente porque ahora, con el tiempo, se ha vuelto aún más blando.










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Gracias por su amable apoyo.

Hueles como el verano de YunmengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora