"Hiro-kun". El pequeño castaño salta en su lugar (detrás del escaparate de la tienda de dulces que está observando) ante la inesperada voz, pero su semblante cambia cuando reconoce a la persona que lo está saludando y no puede evitar que sus ojos brillen de orgullo y en sus labios se forme una sonrisa cuando ojos azules lo miran detrás de esas gafas.
"Aniki ¿qué estás haciendo aquí? Pensé que sólo podíamos encontrarnos en las noches". Hiro dice confundido, pero emocionado a la vez mientras va hacía el hombre alto y lo abraza por sobre las piernas.
"Quería sorprender a mi Otouto" Hiro sonríe ante lo que parecen ser sinceras palabras. "Y bien ¿te gustó?".
"Sí" Hiro mueve la cabeza con demasiado alegría y energía. "Aniki es bueno verte en otro lugar que no sea en mi cuarto y de noche" la voz del niño comienza a disminuir ante los pensamientos que están apareciendo en su cerebro. "No tenemos mucho tiempo para jugar o hablar y yo..." la voz de Hiro baja de intensidad mientras un adorable sonrojo se pinta en sus mejillas "...te extraño mucho".
Hiro mira como la cara de su Aniki cambia de feliz a un ceño fruncido y teme haber dicho algo que no debe. Está por disculparse ante sus reclamos y el extenso silencio, sin embargo antes de que pueda decir algo, la voz ronca de su Aniki se hace escuchar.
"Lo siento Hiro-kun" el hombre se arrodilla a su nivel y se baja las gafas sobre el puente de su nariz para que pueda ver sus azules ojos. "Prometo que pronto estaremos todo el tiempo juntos, pero antes debo acabar...
Hiro rueda los ojos. "Lo sé, lo sé. Tu misión". El niño ha escuchado esa excusa tantas veces que ya no le sorprende y no sabe si su Aniki tiene una misión de verdad o sólo lo está inventando para no jugar o estar con él.
Enojado ante ese pensamiento vuelve su atención a los dulces que estaba observando en primer lugar.
Saca de sus bolsillos las monedas que ha juntado desde Navidad y comienza a contar para saber si tiene lo suficiente para comprar todo lo que necesita en dulces y material para algunas tarjetas.
San Valentín está a la vuelta de la esquina y necesita estar listo. Megumi-kun, su outoto le dijo que iba a darle la mejor y más bonita tarjeta del mundo.
"Oi Hiro-chan" su Aniki está intentando llamar su atención, pero Hiro lo sigue ignorando mientras sigue en su labor de contar monedas. "Maaa... no me gusta que me ignoren y menos tú". Hiro ve por el rabillo del ojo al hombre acercarse y está por moverse cuando brazos largos y manos grandes lo alcanzan.
De inmediato dedos expertos empiezan hacer cosquillas en la piel de sus costados y aunque no quiera, pequeños sonidos escapan de sus labios.
Se retuerce entre molesto y feliz. Su cara una extraña mezcla de ambos sentimientos porque no quiere dar su brazo a torcer.
"¡Bast-a!" pide el pequeño castaño entre jadeos y risas entrecortadas después de varios minutos cuando su estómago a comenzado a doler.
"¿Ya no vas a ignorarme?". Hiro niega entre risas y un par de lágrimas en sus ojos ante la pregunta de su Ni-san.
"No lo sé Hiro-chan" su Aniki finge pensarlo y sus risas son casi dolorosas en este punto. Su cara debe haber cambiado de divertida a dolorosa porque el hombre se da cuenta y lo suelta de inmediato.
"Lo siento enano" dice el de gafas mientras da suaves palmadas en su cabeza. Hiro intentado recuperarse de los calambres que atacan su estómago y la respiración que sale entre jadeos de su boca.
"N-o soy e-nan-o" dice el pequeño ñiño con dificultad y voz agitada. "Tengo siete años" comenta orgulloso.
"¡Aaaa! con razón estás convirtiéndote en un mocoso malcriado". El hombre de gafas se ríe y finge emocionarse ante la edad del pequeño, pero es sólo un acto.
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Todos para uno y uno para todos ||Drakey||
FanfictionProteger al bebé de Mikey y Draken es prioridad para toda la ToMan. |||||| La imagen que utilizo para la portada de está historia NO es mía, así que todos los créditos/ derechos a la persona creadora. ¡Disfrutar!