Prologo

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Narra Kaeya

Esto...no puede...ser en serio....simplemente sigo soñando...esto es una pesadilla lo se...

- Maestro Kaeya...se que esto puede ser sorpresivo por mucho, para mi también lo es, pero por favor necesito que respire y se calme ya que le podría hacer daño a usted mismo y su bebe -me dijo la Hermana Victoria cuando me vio totalmente pálido.

Sabia perfectamente que debía calmarme y pensar con la cabeza fría que mierda haría ahora, pero...

Los hijos son motivo de felicidad y causar un gran amor en los padres cuando descubren que viene el bebe.

O al menos así lo solía mirar hace años desde que llegue a Mondstadt cuando el señor Crepus me acogió en su mansión. Me alegre en su momento de no tener que decidir por quien iba a prestar mi fuerza si sucedía algo entre mi tierra natal y la que me dio un hogar, por más que no hubiera querido sentir tales cosas, pero ¡Ey! Nadie controla ni sus emociones ni sus sentimientos.

Pero ahora con una hoja de una prueba de embarazo en mis manos siento que de verdad lo quiero vivo a mi lado para aconsejarme que hacer con un bebe y sin tener a su padre a mi lado...

Me encontraba en reposo total después de la paliza que me dio Diluc la noche anterior, cuando la Hermana Victoria me dijo que respirara con calma y me paso un papel después de retirar la bandeja de mi almuerzo desee desmayarme de nuevo en ese instante.

Siquiera...¿Cómo era posible que estuviera embarazado? Embarazado de un hijo de Diluc...Y para empeorar las cosas mi embarazo estaba en estado crítico gracias a que no me cuide de los golpes que me dio Diluc en mi torso.

Hace un mes le había dicho a Diluc que podríamos dar el siguiente paso en nuestra relación secreta, jamás pensé que nuestra primera vez me dejaría embarazado; o el Arconte Anemo tiene un pésimo humor o era de verdad un milagro. Sea como sea, ahora debía ordenar mis pensamientos para no empeorar las cosas.

Ayer fue el cumpleaños de Diluc, cumpleaños que iba bastante bien hasta que cerca del Atardecer el dragón Ursa repentinamente ataco el carruaje donde iban Diluc y su padre, donde este mismo falleció gracias a un misterioso guante que tenía y que se llevo Diluc en su viaje después de abandonar su propia Visión.

Visión que fue utilizada en mi contra después de mi intento de revelarle mis orígenes y el propósito  de mi padre cuando me abandono, todo eso se salió de control acabando casi conmigo si no es porque Diluc reacciono a tiempo antes de atravesarme con su Mandoble; ambas cosas fueron objetos de su promesa rota de protegerme de todos los males.

Gracias al Arconte Anemo y a los instintos de Jean que ella fue a buscarme al sentir que algo andaba mal, si no fuera por ella yo y mi bebe nos habríamos ido con el abuelo Crepus antes de que este siquiera se engendrada.

"Mi bebe", jajaja que bien se escuchaba eso en mi mente, lo sería si no fuera porque ahora tengo muchos problemas con eso. Primero el padre de mi bebe me abandono sin saber de que casi lo mataba y sin saber su existencia, segundo su mismo padre me hecho de su viñedo y ahora no tenía donde vivir y mis ahorros gracias a mi trabajo de Caballero de Favonius no me eran suficientes para comprar algún departamento o que pudiera mantenerme tanto a mi como a mi bebe.

Lo único que me quedaba de mi verdadero amor eran su Visión en mi mano y su primogénito, no sabía que hacer ahora, la Hermana Victoria me dejo a solas una vez que comprobó que me había calmado.

- Te ves tan horrible en este momento y no me refiero a apariencia, porque todavía sigues siendo tan apuesto como siempre -bromeo mi mejor amiga Jean al entrar a mi habitación cerrando la puerta detrás de ella.

❄️Mi pequeña flama congelada ❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora