Capitulo 1

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Después de la tormenta viene la calma...

Ese sería un perfecto resumen para mis 9 meses de embarazo, a los primeros meses obvio luche contra el riesgo de aborto que tenía por la pelea con Diluc, aun ahora tenía ese miedo lo tengo que admitir, pero ahora que estaba en las fechas de su nacimiento estaba nervioso de lo que podría pasar en el parto.

No me importaba en absoluto lo que podría pasarme, pero lo que me preocupaba era mi bebe. Según una vieja amiga de Jean que acaba de regresar de Sumeru, Lisa, todo esta bien por ahora y que debería dejar de preocuparme tanto porque eso solo hará que mi bebe sufra.

- Adeline no tienes que venir todos los días a ayudarme ahora que no estoy en mis primeros meses -desde que me dejaron de alta en la iglesia, los chicos cumplieron lo que dijeron.

Jean me consiguió una casa bastante espaciosa para mi bebe y para mi, tiene rutas rápidas para la vía principal y para mi trabajo como caballero y lo más importante es que estaba ubicada en una segura donde mi bebe podría salir a jugar con otros niños sin lastimarse o pasar algún peligro.

- Mi niño estas en el mes decisivo, en cualquier momento vas a dar a luz y debo estar atenta para atenderte y ahora déjame que te ayude a llegar al carruaje -dijo seria y sabía que no podía oponerme ante su mando.

Todos los herederos habían nacido en el Viñedo o en la mansión que Luc vendió antes de irse, por lo que yo al estar, como dijo Adeline, en el mes decisivo tenía que ir al Viñedo para mayor vigilancia y cuidados que en mi propia casa. A este grado solo Jean, Lisa, Charles y Adeline sabían de mi pasado y el porque de la pelea con Diluc.

Me sentí liberado de contar eso con amigos tan confiables y hacerlo con calma; ninguno me dijo nada malo, solo me apoyaron diciéndome que no les importaba de donde venía o con que propósitos me había dejado mi padre, yo era el que decidía que hacer con mi vida no mi padre biológico.

Me levante con cuidado acariciando el enorme vientre que cargaba y subí al segundo piso sosteniéndome del pasamanos mientras Adeline cargaba las últimas cosas que necesitaríamos mi bebe y yo a la hora del parto, abrí una puerta que estaba decorada con un color celeste pastel y unas cuantas nubes, al entrar me dejo ver la futura habitación de mi bebe.

Las paredes eran del mismo color que la puerta solo que el techo blanco estaba decorado con estrellas fosforescentes y también habían algunos planetas y cometas, en el suelo de madera había una alfombra roja, como el cabello de Luc, en la cual estaban depositados algunos peluches y cojines de distintos colores que combinaban bastante bien con la decoración.

Al frente de la puerta había una pared con una ventana grande, frente a dicha ventana se encontraba una cuna bastante grande de colores rojos, blancos y plateados y en ella habían peluches de todo tipo junto con mantas de seda, elección de Adeline para mimar a su nieto, por encima de la cuna había una cortina celeste pastel colgando del techo con ligeros brillos haciendo de esto una vista magnifica.

Además de los típicos muebles blancos que deben tener los bebes para su cuidado la habitación era magnifica, se me cristalizaron los ojos al ver todo el apoyo que me entregaron mis amigos por mi bebe, aunque Diluc ya no me quiera ver la cara ni en pintura no me importaría tanto, mientras tenga a mi bebe, amigos y mi madre todo estaría bien.

- ¿Notas todo lo que te aman tus tíos y abuela pequeñín? Y no solo ellos, yo también te amo muchísimo  hijo mío o bueno -reí un poco mientras acariciaba el vientre sintiendo las pequeñas pataditas de mi bebe- No se si eres chico aun, pero lo que seas te amaré igual mi bebe ya que eres mi pequeña flama congelada.

Adeline entro despacio a la habitación avisándome que estaba todo listo para irnos, asentí y ella agarro con cuidado mi brazo y cintura para ayudarme a bajar la escalera cerrando la puerta de la habitación de mi hijo detrás de nosotros.

❄️Mi pequeña flama congelada ❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora