— Papá, papá! — Grito la niña desde la habitación de su padre. Desde la cocina salio corriendo su padre, para subir las escaleras y dirigirse hacia la habitación donde se encontraba ella.
— ¿Que pas... ? — Dice el padre de la niña, mirando desde el límite de la habitación— . ¿Que haces ahí husmeando la caja de fotos de tu... ? —. Dice el padre de la niña acercándose a ella.
— La recordaba... hace meses que no veo una foto suya y... la extrañaba, ¿Tú la extrañas?
— ... Si la extraño, y no sabes cuánto me hace falta, desde que tu madre se fue todo a sido muy distinto, pero todavía puedo verla, oírla, soñarla y sentirla —. Dice el joven con ojos claros, sentandose en el suelo al lado de la niña.
— ¿Cómo? ¿Cómo la ves, papi? —. Dice la niña de 4 años, asombrada por la respuesta de su padre.
— La veo a través de tu mirada —. Dice acariciando la mejilla de la niña. — La escucho a través de tu voz, la siento a través de tus carísias... todo de ti me recuerda a ella... y eso es muy lindo.... es muy lindo poder sentir que ella aunque se fue todavía está con nosotros, hija.
— Si, lo se, sé que ella en algún lugar hermoso de este planeta nos está viendo... —. La niña con cabello rubio se queda con la mirada agachada, y mientras juega con sus manos dice.
— Ojalá poder escuchar su voz.
— Sabes que eso es imposible, pero... aunque tu mamá no este, siempre estaré yo, tus tíos, primos y abuelos —. Dice levantando a la niña para darle un abrazo.
La niña se queda callada y asiente con la cabeza.
— ¿Cómo era la voz de mamá? —. Pregunta derrepente.
— La voz de tu mamá era soprano —. Se ríe. —Si, era soprano, ella cantaba, tenía una voz muy dulce y delicada al hablar, era una voz femenina y angelical. A veces me hablaba de una forma tan seductora y sensual, como si fuera un susurro, que me hacía amarla cada segundo aún más. — Dice mientras se pierde en sus recuerdos. —Esa fue una de las cosas que me enamoro perdidamente de tu mamá, su voz.
— ¿Ah sí? ¿Tienes algún vídeo de mamá cantando? — Pregunta con una sonrisa la niña.
— Eemm... — Piensa. —Creo que si, mira, ¿Ves ese teléfono de ahi? —. Le señala a la niña un teléfono viejo dentro de una caja que estaba cerca de ella.
— Si lo veo.
— Agarralo — le indica amablemente su padre.
La niña se acerca a la caja y saca el teléfono. El padre recibe el teléfono y lo prende.
— Bueno, es viejo este teléfono, así que va a tardar en prender... mientras pasamos el tiempo esperando a que prenda esta chatarra, ¿Quieres que vayamos a buscar algo para comer? ¿Tienes hambre? —. Dice su padre, levantándose del piso.
— No, gracias papi, quiero que me cuentes algo más sobre mami, comó... ¿Cómo se conocieron y cómo te enamoraste de ella?
— Todo comenzó en un viaje de 25 días sobre un hermoso crucero, ahí fue donde la conocí y me enamore de ella. —dice el padre sentandose de vuelta para contarle la historia a la niña.
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