Chapter one.

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Pues aquí estaba, sentada en mi silla delante de mi ordenador. Sonreía tontamente, me imaginaba y estaba completamente segura de que parecía tonta. Pero estaba esperando impacientemente a que se conectara ese chico al Skype, ya necesitaba hablar con él.

Unos días atrás, mi primo me había presentado a un chico de Canadá. ¿Porqué mierda tenía que presentarme a un chico de Canadá y no uno de San Francisco? ¿O de Los Ángeles qué me quedaba más cerca? Pues simplemente me dijo que hacíamos buena pareja.

Tan solo llevábamos hablando una semana y ya me era imposible no pensar en él.

'Justin se ha conectado'.

Respiré profundamente y abrí su conversación. Mis dedos temblaban encima del teclado. ¿Le saludaría? ¿O era mejor esperar unos minutos para no parecer desesperada? Opté por lo segundo, no quería que pensara que estaba desesperada.

—Hola Abby —Escribió Justin.

Mi sonrisa se ensanchó. Miles de mariposas revolotaban por mi estómago, haciéndome sentir bien.

—Buenas noches, Jus.

—¿Te vas? —Preguntó seguido de una carita triste.

—Obvio que no. Es un saludo tonto.

—Ay, que vergüeza, he quedado como un tonto —Lo acompañó con una carita avergonzada.

Reí para mis adentros.

—¿Qué has hecho hoy? —Pregunté—. Aparte de ir a clases.

Él ya se encontraba en bachillerato estudiando ciencias. Aunque no sabía porque estaba en ciencias si amaba las letras y las poesias. Es algo que tengo que preguntarle alguna vez.

—Extrañarte.

Me morí de amor en ese momento. Amaba cuando me decía cosas así. Quizás me las decía por quedar bien, alomejor estaba jugando conmigo, pero yo, muy en el fondo, sabía que él me quería o sentía algo por mi.

Maldita inocente, pensé.

—Yo también te extrañé. Me acordé de lo de ayer —Reí mientras le mandaba una carita riéndose.

—¿Lo de las ardillas? —Puso él también las caritas riéndose.

—Sí. Eran las 5 de la mañana y no era la única que estaba zombie ya —Reí.

—Bueno, perdóneme señorita. No eres la única que se vuelve loca cuando son las tantas de la madrugada.

Negué y miré hacía la pared. Siempre me pasaba qué, cuando era muy tarde, empezaba a volverme loca. No sabía el porqué, alomejor era por el cansancio, pero me volvía loca y me reía por tonterías.

—Ya, no soy perfecta —Me encogí de hombros aunque él no pudiera verme.

—Para mi lo eres —Puso un emoticono sonrojado después de esto.

Mi estómago dio un vuelco, de felicidad obviamente. Ningún chico en mucho tiempo me había dicho estas cosas.

—Mentira, solo me conoces de hace una semana. No sabes realmente como soy —Puse una carita suspirando.

—Por eso te sigo hablando, Abby. Quiero conocerte más aún. Tengo la necesidad de hacerlo.

Mordí mi labio inferior.

—Yo también quiero conocerte más.

Hubo unos 10 minutos en los que ninguno de los dos dijo nada. Creo que él también se quedó pensando en esto, en lo que estabamos haciendo.

Obsession {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora