Una chica que odia la violencia, aunque eso no evite que consiga lo que quiere con métodos algo cuestionables.
Un pelirrojo que con su simple reputación es capaz de inmutar a cualquiera
¿Que pasaría si ese explosivo duo se conociera?
Seguramente a...
- ¿Que? ¿Por qué no? Nos falta una integrante en el equipo y tú eres una gran opción-.
Nakamura llevaba más de quince minutos rogándole a la albina para que esta se una al equipo que participaría en el torneo contra el equipo de basketball oficial del campus.
-No quiero. Ese torneo solo se hace para burlarse de las clases inferiores. Me niego a ser el hazmerreír del lugar-
Sin esperar más, la rubia puso en marcha su plan de convencimiento.
-Vamos~ Tu eres una gran estratega. Además, tienes buenos reflejos, eso nos ayudaría mucho-
Primera fase: alabarla
lo que Nakamura olvido fue que se estaba enfrentando a la gran reina de la psicología y manipulación.
- ¿Tratas de subir mi ego para que acepte? Es tierno verte intentar usar mis técnicas de convencimiento- Una sonrisa salió de sus finos labios, sintiéndose orgullosa de haberle enseñado bien a su amiga.
-Tenía que intentarlo- soltó un pesado suspiro, dándose por vencida.
Nakamura se dejó caer en la banca en la cual estaban sentadas. Una triste aura de decepción la rodeaba, provocando que la peliblanca sintiera como si con esa actitud la oji azul apuñalara su conciencia.
Tratando de no sentirse tan culpable de decepcionar a la rubia, quiso excusarse. Tal vez el recalcar la pésima opción que era reclutarla haría que la chica se sintiera mejor
-No soy una buena candidata de eso. Mi condición física me impide ayudarles en esta ocupación, solo les estorbaría-
-Puedes ayudarnos desde la banca, serias una gran líder- reclamó la mayor.
-De nada les sirve un líder que no esté a su lado en la cancha, y tú y yo sabemos que no soy buena en los deportes como para serles de ayuda en la acción. Además, mi mala suerte hace que siempre un balón termine rebotando en mi cara- Habló aun dudosa de la oferta
Ese singular tono no paso desapercibido por la contraria, logrando que sus esperanzas revivieran.
Rápidamente se enderezo y tomo de los hombros a la albina, haciendo que la mire directamente a los ojos.
Esa errática reacción tomo por desprevenida a la menor.
-Te prometo que te cuidare de cualquier pelota que se acerque. Y si ser líder es demasiada presión para ti, se lo dejaremos a Kataoka. pero yo quiero que mi mejor amiga este conmigo en ese juego, no me importa si perdemos, mientras que este contigo divirtiéndome lo demás no importa.
Una intensa batalla de miradas nació en ese instante.
Por un lado, Nakamura le dedicaba una intensa mirada a su contrincante, sintiendo como poco a poco esta cedía ante ella.
Y por el otro lado, Kouha trataba de que no se notara lo mucho que la habían conmovido esas palabras.
Unos segundos bastaron para que la oji escarlata desviara su cabeza y se rindiera de una vez por todas,
-Bien, lo hare. - dijo una vez había sido derrotada.
- ¡Si ¡No te arrepentirás! Nos la pasaremos genial, lo juro- celebró, aguantando las ganas de hacer un pequeño baile de felicidad al ver como poco a poco la actitud terca de su amiga se disolvía.
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