Recuerdos Rotos (Reyes Volturi)

ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ²⁸

El tiempo a solas con nuestro nuevo bebé se interrumpió cuando nuestra propia hija entró corriendo a la habitación, lista para luchar contra lo que ella pensara que nos estaba reteniendo aquí durante tanto tiempo. La expresión del rostro de Jane cuando se dio cuenta de que todos estábamos bien.

La verdadera expresión de valor incalculable llegó cuando miró por primera vez a su nuevo hermanito. "¿Qué diablos es ese maldito bebé?"

"Jane", Marcus mira a la chica vampiro, "Ese es uso excesivo de blasfemias para mí".

Mi hija del alma mira fijamente a Helios, quien estaba acurrucado en mis brazos, muy feliz de ser abrazado y de que Aro lo arrullara. Caius todavía estaba casi tan sorprendido como Jane, sin saber realmente cómo reaccionar ante el hecho de que en el lapso de unos minutos se había convertido en padre de un niño híbrido que no tenía ni idea de que pudiera existir.

"Madre", mi hija del alma vuelve la cabeza hacia mí, "¿Por qué huele raro?"

"Helios huele raro porque es mitad humano y mitad vampiro", trato de explicar. Mi hija simplemente abre la boca, a punto de objetar tal declaración, pero Marcus y Caius simplemente niegan con la cabeza. "Es tan lindo, ¿no? Ven, Jane, saluda a tu nuevo hermanito".

Dando unos pasos hacia adelante, Jane mira a su hermano y se da cuenta de que acaba de convertirse en hermana de otro hombrecito. Mi hija coloca su mano fría sobre la cálida mejilla de Helios y deja escapar un gemido de terror, retrocediendo unos pasos más. En ese momento, su gemelo había entrado en la habitación, mucho más tranquilo en su postura.

"Hermana, ¿qué pasa?" Se interrumpió una vez que vio a Helios, quien lo señaló y arrulló, haciendo que Alec diera un pequeño paso hacia atrás. "Mamá, ¿por qué estás cargando a un bebé?"

"Descubrimos algo realmente genial hoy", le informé. "Los vampiros masculinos pueden embarazar a mujeres, pero solo a mujeres humanas. Desafortunadamente, su madre biológica", señalo el cadáver de Lana, "murió dándole a luz. Fue malo. Había sangre por todas partes. Ni siquiera sé cómo sobrevivió a la terrible experiencia. De todos modos, tuvo a este hombrecito y ahora es mío".

"Realmente fue brutal", murmura Marcus, los ojos se oscurecen al pensar en toda la sangre en la cama y el piso.

Alec da un solo paso hacia adelante, mirando más intensamente a Helios, quien solo sonrió y se rió de él, haciendo que mi hijo le dedique una pequeña sonrisa al bebé. Con mucho menos miedo que su gemelo, Alec se acerca a su hermano y le frota la cabeza expuesta, dejando escapar una carcajada por la calidez que estaba dejando escapar.

"¿Qué vas a hacer, madre? La guardia querrá saber acerca de un pequeño príncipe híbrido que corre por el castillo. Quiero decir, el hecho de que no es un niño inmortal es importante que lo sepan", suspiro.

"¿Dónde están todos ahora?" Pregunto.

"Afuera, esperando a que salgamos todos. No tengo ninguna duda de que alguien va a entrar si no salimos lo suficientemente rápido", nos dice Alec.

"Vamos, entonces. Tenemos que ver qué sucede cuando su piel se encuentra con el sol de todos modos", refunfuña Caius, abriendo las puertas de la enfermería. "Haré que alguien entierre su cuerpo para que no parezca sospechoso".

Le di las gracias a mi compañero antes de apoyar al bebé en mi pecho, permitiéndole ver los pasillos mientras caminábamos por ellos. Sus ojos estaban llenos de curiosidad y asombro, arrullando cada vez que alguien le prestaba una pizca de atención. Si bien los pasillos parecían mucho más oscuros que antes, pude salir al exterior.

Allí estaban esperando los miembros del aquelarre que habíamos traído con nosotros a la batalla. La totalidad de la guardia y sus compañeros, como no podían estar tan lejos de ellos y estar cómodos, rodearon los restos del fuego que habían apagado. La mayoría de ellos estaban molestos y uno de ellos incluso gruñó sobre cómo acababan de apagar el fuego por los Niños Inmortales. Resoplé, sabiendo que Helios estaba lejos de ser un Niño Inmortal.