Between flowers and towers [JOHNTEN]

ESPECIAL

Las 17:01 estaban marcadas en su reloj, el atardecer le pegaba en la cara y el viento despeinaba sus cabellos lacios.

El calor que el sol le brindaba le chocaba hasta los huesos y era agradable, muy agradable, podía perderse en ese baño naranja de crepúsculo que indicaba otro día se les estaba escapando.

ㅡTen, hijo, por favor ayúdame con las gallinas, no puedo agarrar los huevos.
ㅡNo se preocupe suegro, yo me encargo.

Un maduro Johnny en sus cuarentas, estaba cargando paja para llevarla hasta el corral, claro que después tuvo que ir por los dichosos huevos.

ㅡEse esposo tuyo no se cansa, ha estado trabajando todo el día.
ㅡEs muy sano ¿no? —se burló Ten, levantándose del pasto para ayudar a su viejo padre a regresar a casa.
ㅡTu madre dijo algo de hacer panqueques para la cena, si no le llevo esos huevos seguro me pega.
ㅡNo te preocupes, dejaré que me pegue por ti.

Por la puerta de atrás entraron ambos hombres, su casa ahora era más grande, no sólo de ancho, Johnny y Ten se encargaron de levantar un segundo piso con los años para poder residir ahí.

Sí, hace poco más de tres años que se mudaron definitivamente.

ㅡHijo, ven, ven ayúdame, no puedo prender el horno.

Ten tomó el encendedor de manos de su madre y bajó en sus rodillas para poder prender el horno de la estufa.

ㅡMamá, deberías estar descansando, has estado cocinando todo el día.
ㅡEso es porque ya no tengo otra cosa que hacer, desde que ustedes se encargan de este lugar no puedo hacer más que vender mis galletas.

Ten mostró una sonrisa y se acercó a abrazar a su madre, no sabía en qué momento los 33 años se le habían venido encima, tanto para él como para su madre.

ㅡYa ya, quítate para que pueda hornear algo.
ㅡ¡Traje los huevos!

Ten volteó a la entrada de la cocina y sonrió a su esposo, quien amablemente le daba los huevos a su madre.

ㅡ¿Qué pasa? te ves muy feliz hoy. —se burló Johnny.
ㅡEs porque soy feliz, nada más.

Ambos se sonrieron por unos segundos más antes de darse un beso, claro que uno corto pues tuvieron que subir al segundo piso para terminar su trabajo, Johnny se tomó en serio lo de ser un fotógrafo independiente y ahora podía presumir que era conocido como para recibir trabajo incluso si no vivía en la ciudad.

ㅡOye cariño, ¿puedes ayudarme con el marco de aquí? necesito estas fotos para mañana.
ㅡClaro, pero esta vez no olvides pagarme.

Johnny rodó los ojos y aprovechó para sacar las fotos de los productos que tenía que entregar, al menos agradecía tener la ayuda de Ten tanto como asistente como modelo.

Pasaron unas pocas horas pues a las 20:49 les estaban llamando para bajar a cenar y compartir algo de tiempo juntos, sus padres habían envejecido y ahora les gustaba hacer cosas de viejitos como ver la televisión o armar un rompecabezas en familia.

Su pequeña familia de cuatro.

ㅡ¡Hey! la llamada, con Yuta, casi la olvido.
ㅡCierto; suegritos, tenemos que subir, pero bajamos en un rato.
ㅡBueno, bueno, pero por favor préndeme la tele en las novelas de mamá.

Johnny hizo caso y mientras Ten subía a prender la computadora lograron conectar la llamada con su viejo amigo a tiempo.

ㅡ¡Chicos! —gritó Yuta desde el otro lado del monitor.
ㅡ Hey, te cortaste el cabello. —mencionó Johnny.
ㅡMe veo guapo ¿verdad amorcito?

La pareja presenció como Yuta se agarraba a besos a un callado Hansol, quien trataba de quitárselo pues se estaban burlando de ellos.

ㅡ¿Aún no se une Lucas y Yang?
ㅡLucas lo hará en un momento, Yang no me contesta los mensajes. —dijo Yuta.
ㅡSeguramente tiene mucho trabajo.

A los pocos segundos, se mostró otro cuadro abierto que dejó ver a Lucas con su esposa a un lado, sonriendo en cuanto los vio.

ㅡ¡Amigos!
ㅡ¡Lu!
ㅡHombre mírate, eres todo un señor.
ㅡCalla Seo, tú también has envejecido.
ㅡ¡Yo jamás! sólo hoy trabajé mucho.
ㅡSí, sí, ya nadie te cree eso Seo. —se burló Yuta.
ㅡTú cara de-
ㅡ¡Oigan! —interrumpió Lucas— Miren al amor de mi vida.

Johnny estaba apunto de decir que ya conocían a su esposa cuando de pronto vieron a un pequeño bebé posarse en los brazos de ella, haciendo que todos quedaran en shock.

ㅡ¡Tienen un bebé! —gritó Yuta— ¡Hansol yo quiero un bebé!
ㅡTú no te puedes embarazar, ¡quítate!
ㅡDios es tan pequeñita, ¿cuánto tiene? —preguntó Ten.
ㅡApenas dos meses, escondimos esto para darle la sorpresa a todos.
ㅡY vaya que fue una sorpresa para todos. —murmuró Johnny.

Justo en ese momento, el cuarto cuadro que faltaba se abrió, era Yang Yang desde su celular y al parecer estaba en cama acostado.

ㅡMiren quién apareció ¿te enfermaste Yang? —preguntó Yuta.
ㅡ¿Mmm? algo así. —contestó de forma vaga.
ㅡ¡Mira a mi bebé! —gritó Lucas, queriendo presentarle a su otro amigo a su hija también.
ㅡ¿Tuya? wow, es más bonita que tú, se nota que se parece a su madre.
ㅡ¡Oye! yo también soy guapo.

Las risas no se hicieron esperar, después de todo el humos ácido de Yang Yang se había quedado con él por los años.

ㅡOye Yang ¿qué ha sido de ti? —preguntó Ten— No sueles contarnos mucho ¿ya tienes novio?
ㅡ¿Qué? no, no tengo.
ㅡYuta espera, ¿no tiene camisa? —preguntó Hansol, haciendo que Yuta se acercara a la cámara para verificarlo.
ㅡDios Yang, ni siquiera te pusiste ropa.
ㅡN-no es eso —comentó el aludido tratando cubrirse.
ㅡOye, ya no me ocultes más.

Todos quedaron en silencio cuando en la cámara del modelo se mostró un extranjero abrazándolo por encima, quien tampoco traía camisa, dejando la respuesta obvia a lo que pasaba.

ㅡ¡Tú sucio! —gritó Lucas, tapándole los ojos a su hija— ¡No frente a mi bebé!
ㅡOh por dios, Yang sucio, creí que sólo Hansol y yo hacíamos eso.
ㅡ¡Shhh! ¡Hendery, quítate!
ㅡOh vaya, se llama Hendery, ¿piensan invitarnos a la boda o algo así?

Las burlas eran justo como las recordaba cuando trabajaban juntos de jóvenes, todos se tiraban con todos y al parecer los mas prudentes siempre eran, Hansol, la esposa de Lucas y él, limitándose a ver pelear a los demás.

Feliz estaba de saber que a las 23:11 horas de un día de invierno sus amigos vivían felices allá en dónde la vida los había acomodado.