III

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Cálido.

Fue el primer pensamiento que tuvo Ten cuando pasó el umbral de la entrada principal y supo que el departamento del otro era realmente cálido.

ㅡPuedes dejar tus zapatos por ahí, oh, y puedes poner eso en aquellos ganchos.

A Ten le tomó un poco de tiempo asimilar las dos indicaciones que el ajeno le dió hasta que finalmente se quitó los zapatos y los dejó en la entrada, justo después se sacaba el saco que el más alto traía puesto y había tenido que darle por el frío para colgarlo en los ganchos que había señalado.

Ten pensó "¿qué es esto?" puesto que en su casa no hacía cosa tal cual, ¿para qué sacarse los zapatos?

Caminó de forma curiosa dentro del hogar ajeno y pudo notar enseguida que era bastante pequeño; la cocina, lo que suponía era su comedor, la sala de estar y también sus botes de basura estaban en la misma habitación, eso era bastante extraño.

Se estaba distrayendo por ahí sólo mirando hasta que sintió la presencia del otro chico nuevamente cerca suya y tuvo que voltear a verlo para recibir la información que debía decirle.

ㅡTe preparé un baño, el agua está bien caliente para que no enfermes, dejé tu mochila en la habitación, así que ve a bañarte, anda.

Ten no tuvo muchas opciones a escoger y finalmente tuvo que meterse al baño; ahí se quedó un buen rato mirando puesto que también era extrañamente diferente, demasiado, veía una bañera grande con agua y burbujas en ella, podía notar una esponja bastante suave para su gusto y un pequeño pero llamativo bote que sólo suponía debía ser el shampoo, en su casa únicamente contaban con un calentador solar que ponía a temperatura el agua que echaran dentro de ese, lo demás era historia.

Johnny mientras se encontraba acomodando su habitación un poco como si aquello fuese lo más importante en esos momentos, luego, se atrevió a husmear en la mochila del más bajo para encontrarse con unas cuántas prendas más de ropa, aquello le serviría para pasar la noche pero ¿y después?

Salió de la habitación para dirigirse a su cocina y se recargó en la barra un momento, se dijo a sí mismo "¿qué demonios estás haciendo Seo? no sabes quién es ese chico, podría ser un criminal o algo así" pero por alguna extraña razón también prefería ignorarse a sí mismo y mejor pensar en si era mejor preparar algo de fideos instantáneos o pedir pollo frito a mitad de la noche.
De una u otra forma, terminó por hacer ambas cosas.

Ten salió después de un rato del baño, a pesar de todo ser muy nuevo para él se había divertido en su ducha, su cabello ahora olía como a miel con almendras y su cuerpo era perfumoso, jamás había olido así en toda su vida y supuso que todo era gracias a los productos que el alto tenía ahí para bañarse, podría decir que era una experiencia que definitivamente repetiría.

Una vez pudo entrar a la habitación de aquel joven dueño del departamento, miró por todos lados y no entendió por qué incluso las habitaciones de la ciudad tenían que ser extraña y completamente diferentes a la suya, incluso tenía un ventanal enorme que daba hacia afuera "¿qué no tiene vergüenza?" se preguntó, yendo rápido a cerrar las cortinas para evitar que alguien fuese a verlo, claro, ignorando que estaba en el octavo piso de un edificio y nadie podía mirar hasta esa altura.

Tomó su lugar en una esquina de la cama y sacó de su mochila la ropa que había traído consigo para ponérsela, estaba tan calentito ahora que se sentía muy a gusto y casi que olvidaba por qué estaba pensando cometer la suicidación hace un buen rato.

De la puerta se escucharon unos golpecitos que llamaban la misma y a los segundos el joven alto se estaba metiendo en la habitación con una sonrisilla en los labios.

Between flowers and towers [JOHNTEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora