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Fueron dos días muy largos.

Aunque no tuve tiempo de aburrirme.

Explorar la biblioteca se convirtió en mi nuevo pasatiempo favorito y pasaba horas descubriendo libros nuevos y reencontrándome con viejos conocidos.

Yoongi se mostraba muy considerado conmigo.

Educado.

Incluso quizá un poco distante.

Me tenía muy bien alimentado y se aseguraba de que descansaba bien.

A veces se reunía conmigo en la biblioteca, pero no se quedaba mucho rato.

Yo estaba empezando a añorar su faceta dominante, aunque no tanto como para hacerlo enfadar a propósito.

Tampoco es que la añorase tanto.

No volvimos a hablar del coche.

Pensé en lo que había dicho movido por la responsabilidad que tenía de cuidar de mí y garantizar que mis necesidades estuviesen cubiertas.

Y eso era lo que estaba haciendo ese fin de semana.

Y por mucho que yo quisiera creer que los detalles que había tenido conmigo en el hospital y al cederme la biblioteca como espacio libre eran románticos, sabía que no era así.

Estaba haciendo ni más ni menos que lo que había dicho en el coche:

Asegurarse de satisfacer mis necesidades.

Él necesitaba un sumiso sano y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que estuviera en su mano para que así fuera.

Eso era todo.

Punto.

Pero me molestaba un poco que no me hubiera tocado.

Había descansado todo el fin de semana.

Me sentía perfectamente bien.

Y estaba empezando a tener necesidades insatisfechas.

Dejé el vaso que había utilizado en el lavavajillas y salí de la cocina.

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Miré el reloj:

La una del mediodía.

El partido no empezaba hasta las tres.

Teníamos tiempo de sobra.

Pasé junto al gimnasio.

Vacío.

Tampoco encontré a Yoongi en el salón.

Me pregunté si estaría fuera o en su dormitorio.

No, estaba trabajando en la biblioteca.

Sentado tras el pequeño escritorio del rincón.

Cuando me vio entrar, levantó la vista.

– ¿Va todo bien? ¿Necesitas algo?

– Sí... A ti.

Me quité la camiseta por encima de la cabeza.

Él dejó los documentos que estaba leyendo.

– Necesitas descansar.

No sonó como una orden directa, así que no dije nada.

Me desabroché los pantalones y me los bajé.

Saqué una pierna detrás de la otra.

Y, además, estábamos en «mi» biblioteca.

✔ ⛓§ʉɱιʂø⛓¹【YM】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora