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La mañana siguiente, me desperté con el sonido de unas voces apagadas que procedían del salón.

Me di la vuelta y lancé una mirada al reloj que había junto a mi cama.

Las siete y media...

¡Las siete y media!

Salté de la cama y me puse la bata, antes de darme cuenta de que no estaba en casa de Yoongi.

Estaba en un hotel.

En Tampa.

Allí no había cocina.

No tenía que preparar el desayuno.

Aliviado, me volví a sentar en la cama, vi la botella de agua y los dos ibuprofenos que había en la mesilla de noche.

Ese recordatorio de lo mucho que Yoongi se preocupaba por mí me hizo estremecer.

Me tomé las pastillas con agua fría y fui al baño.

SeokJin y Suran no habían dicho a qué hora tenía que reunirme con ambos en el spa, así que me tomé mi tiempo para ducharme y prepararme.

Para ser sincero, pasé la mayor parte del tiempo pensando en lo sucedido.

Yo creía que la noche que pasamos en la biblioteca lo había cambiado todo entre Yoongi y yo, pero al mirar atrás, supe que estaba equivocado.

La noche pasada sí que lo había cambiado todo.

El día anterior me preocupaba llevar el collar al spa, pero esa mañana hubiera caminado por encima de un montón de cristales rotos tan solo por Yoongi.

O sobre piedras ardientes.

Sobre cristales rotos mezclados con piedras ardientes.

Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa que me pidiera.

Y llevaría su collar al spa con orgullo.

Salí al salón de la suite.

Él estaba sentado a la mesa y yo agaché la cabeza cuando lo vi.

— Ven a sentarte y a desayunar, Jimin —dijo.

Me acerqué a la mesa.

Probablemente me había despertado el servicio de habitaciones.

Mi desayuno seguía caliente:

Beicon, huevos, fruta y tostadas.

Zumo de naranja recién hecho y café.

Me rugió el estómago.

— Suran y SeokJin piden que Tae Hyung y tú estén en el spa a las nueve y media —explicó— No estoy seguro de lo que tienen planeado, pero por lo visto no acabarán hasta por la tarde.

De repente, me entristeció pensar que no iba a pasar el día con él.

Aquél era el único día de todo el fin de semana que teníamos para estar juntos, y yo estaría en el spa y él jugando al golf.

Era ridículo que me sintiera triste, pero lo estaba.

Comí en silencio, pensando en cómo podría librarme de pasar el día separado de Yoongi; quizá pudiera quejarme de dolor de estómago o de un repentino brote de gripe, incluso utilizar la popular excusa del síndrome premenstrual.

Pero era día de spa, y lo pasaría con SeokJin, Tae Hyung y Suran.

Por otra parte, siempre nos quedaría la noche...

✔ ⛓§ʉɱιʂø⛓¹【YM】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora