⊶7⊷

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- De acuerdo- el delta no iba a negar que en el fondo le gustaba su compañía- Desde que llegué a la empresa cumplí los horarios estrictamente, me negué a hacer horas extras y falté a todos los eventos sociales.

- Pero a ti te gusta tu trabajo, se te da bien- el secretario colocó su mano en el muslo ajeno.

- Estoy hablando y soy mayor que tu, cállate. No me desagrada mi trabajo, no obstante, hago lo que tengo que hacer y ya. Prefiero estar en mi casa jugando a la Wii- sus ojos almendrados se encontraron con los afilados del alfa- Mientras mi sueldo me permita una casa y un asilo de ancianos, todo lo demás me da igual. No quiero ganar más dinero, tampoco me interesan las responsabilidades extras disfrazadas de estatus, estoy a gusto con mi vida.

La sociedad coreana gritaba a sus ciudadanos que siempre debían aspirar a más, debían pisar a sus compañeros y hacer cualquier cosa por llegar a la cima; entregarse a su trabajo era un deber. Sus vidas cobraban sentido a través de sus logros. Pero Seokjin no pensaba igual que millones de personas, la ambición no le resultaba atractiva y no tenía que demostrar nada a nadie, su valor no dependía de su puesto en la oficina. 

¿Eso estaba mal? Técnicamente no, sin embargo, se sentía incorrecto, una discordia en las primeras enseñanzas de un niño. Trabaja duro, gana ese trofeo y estaré orgulloso de ti, has sacado la mejor calificación de la clase, serás admirado por tus compañeros... Debes anhelar el éxito. Y él solo anhelaba vivir tranquilo en la mediocridad.

- Nunca había conocido a nadie así- el secretario no sabía como tomarse aquello- ¿Esa noche en el club no te fuiste a hacer horas extras en plena madrugada?

- Eso fue un favor a Min, no de parte de su subordinado sino de un amigo, no dudaría en ayudar a un amigo aunque sea en plena madrugada- Namjoon sonrió, simplemente le encantaba esa persona.

- Eres genial- ¡Pa! Golpe en el brazo.

- Deja de decir tonterías- sus orejas se sonrojaron.

- ¿Desean tomar algo?- un camarero les había visto a la distancia y había llevado su bandeja de cócteles, la noche se cernía sobre ellos por lo que el champán se había vuelto insuficiente.

- ¿Secretario Kim?- el alfa no se esperó que el delta tomara la fuente entera.

- Tranquilo, tengo buena resistencia al alcohol- el vicepresidente Kim era demasiado ciego, sus ojos no captaban que Seokjin necesitaba de un trago antes de tomar el valor para seguir hablándole a la cara, que su cuello se había enrojecido y que portaba una sonrisita tonta. Las horas pasaban y ellos continuaban allí charlando- ...y por eso pienso que Luigi es delta y está enamorado de Toad- horas y horas conversando de Super Mario Bros. 

Namjoon podría decir que fue infernal pues no entendía nada de consolas y videojuegos, no obstante, le gustaba escuchar esa voz que era a partes iguales grave y suave. Una voz entusiasmada pues por primera vez alguien le pedía que hablara de su pasión oculta.

- Tus argumentos son sólidos- el secretario apoyó la frente en su hombro repentinamente- ¿Kim?- un bajo ronquido le sobresaltó- Bebiste demasiado, ¿cómo vas a volver a casa?- su teléfono empezó a sonar- ¿Taehyung?

- ¿¡Dónde estás!? ¡Voy a matarte!

- Uh, me pasé de copas, regresaré en un taxi propio- el borracho probablemente no apreciaría que la empresa entera supiera que no podía ni caminar en línea recta debido a que le daba vergüenza hablar con extraños, su reputación de alfa se ablandaría y sus pretendientes omegas tomarían una estrategia más agresiva.

- ...¿Te encuentras bien? No sueles beber en exceso- le dolió preocupar a su mejor amigo.

- Me abrumé por todo un poco, nos vemos el lunes, ¡disfruta la fiesta!- entró en uno de los taxis que esperaban a la salida por cortesía del gran jefe y colgó- ¿Dónde vives?- Seokjin le murmuró la dirección a regañadientes. Si fuera un omega, el taxista habría llamado a la policía creyendo que estaba drogado, al ser dos alfas no sospechó de dobles intenciones- ¿Hay... un alfa esperándote en casa?- el delta bufó.

- No te cansas de decir tonterías, ¿eh?- apoyado en su hombro de nuevo, hundiendo la nariz discretamente en su cuello, volvió a dormir en el trayecto.

Fue una aventura conseguir que recordara cual era la llave del portal y fue una odisea llegar al apartamento sin que se cayera por las escaleras. Cuando pensó que nada podía ir peor, vio el interior de esa vivienda.

- ¡¿Qué demonios es esto?!- al encender la luz un rosa vibrante le atacó por todos los flancos dejándole ciego, allá a donde mirara ese horrible color le perseguía, incluso los utensilios de cocina eran rosa pastel. Y eso no era lo único. Jamás en su vida había visto una decoración tan estrafalaria, en las paredes no había fotos de su familia, había fotos de alpacas

El sofá era un hinchable naranja, había pompones de colores pegados al techo junto a estrellas que brillaban en la oscuridad, un pez de mentira colgado encima del televisor hacía de altavoz, las figuritas de Nintendo iban desde los cinco centímetros hasta el medio metro, destacando más la del Mario gigante que daba la bienvenida en la puerta. Llegó al dormitorio y dejó a Seokjin sobre la cama de colchas satinadas y fucsias.

- ¿Cómo puedes dormir en esta cosa?

- No puedo, eso es lo divertido- se deslizó como un gusano de un lado a otro- ¿Dónde está RJ?

- ¿Quién?- vio un peluche blanco en el suelo- ¿Esto?

- Dámelo, todavía no está casado- lo arropó a su lado y cerro los ojos volviendo a roncar. Si fuera Taehyung le quitaría el traje para que descansara mejor, no obstante, no quería tomarse tantas libertades con un delta. Porque Seokjin no le gustaba de esa forma y no deseaba crear malentendidos.

La cantidad de espejos que había en ese hogar era escalofriante.

Había un tocador al estilo Hollywood en el cuarto, rosa por supuesto, repleto de maquillaje que llamó su atención. No por los cosméticos sino por la libreta abierta en él, un bolígrafo brillante y rosa todavía sobre sus páginas. Un tanto ebrio, no pensó que estuviera mal ojear, quizás así sabría por qué el secretario Kim era así de esquivo con él.

Si se que es imposible, ¿por qué no dejo de ver a ese estúpido alfa a través del cristal? Ahí estaba, hermoso en todo su porte, bebiendo café de forma sexy, aparentando ser un CEO que le sacaría de la pobreza. 

Su familia adinerada estaría en contra de nuestra unión, su padre le pagaría por irse del país y su madre le acusaría de estar con él por su dinero en la primera cena familiar. Al final, el alfa le diría bajo el sonido de las olas romperse contra un acantilado que le amaba y que no le importaba ser pobres juntos... se había desviado del tema. 

¡Kim Namjoon te odio por ser el alfa más atractivo que he conocido en mi vida! ¡Me estás volviendo jodidamente loco!

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Inspirado en el cuarto real de Kim Seokjin de hace años:

Inspirado en el cuarto real de Kim Seokjin de hace años:

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Secretary Kim, look at me! [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora