-Ran Haitani x BNHA-

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Me encontraba en mi espacioso cuarto arreglándome, esta noche había una numerosa fiesta de grupos de mafiosos aliados para celebrar la gran subida y mejora en nuestras ganancias.

-Sam, tienes la plancha del pelo?- Koko se asomó a la puerta y asentí yendo a mi tocador para coger el objeto y dárselo.

-Por qué no compráis una propia para vosotros y dejáis de pedírmela- bufé molesta, retocando mi aspecto:

Terminé de vestirme y peinarme, para luego maquillarme y alistar mi pequeño bolso y mi abrigo largo de piel color rojo

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Terminé de vestirme y peinarme, para luego maquillarme y alistar mi pequeño bolso y mi abrigo largo de piel color rojo.

-Estás reina?- preguntó Kakucho, asomado a la puerta mirando la hora en su reloj, y yo asentí caminando en su dirección- irás en mi coche, el resto ya fueron hace un momento para "comprobar todo".

-Para emborracharse antes en resumidas cuentas- salí de casa con el riéndonos de los demás. Montamos en una limusina negra e ir en dirección a la fiesta.

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Al llegar, el chófer abrió nuestra puerta, y unas personas de seguridad nos guiaban a la gran mansión de uno de los allí presentes, de la cual se apreciaba entre la oscuridad de la noche luces de colores salir de la misma además del eco de la música.

-Que empiece la fiesta- entré la primera, seguida de Kakucho, que al instante se alejó para meterse en la multitud.

Los primeros momentos fueron de saludar a conocidos, y ver a los de mi organización dispersados, algunos entrando en habitaciones con alguna mujer, o simplemente charlando con más gente y bebiendo.

Me alejé de la multitud, para acercarme a un balcón el cual estaba abierto pero con la puerta cerrada, y fuera se encontraba una persona la cual conocía. Saqué mi caja de cigarrillos y caminé en su dirección, haciendo resonar mis altos tacones en el suelo de la terraza.

-El pájaro está aquí fuera, me sorprende- prendí mi cigarrillo, mirando al rubio al lado mío, quien soltó una carcajada mirándome de arriba a abajo.

-Hola linda, parece que lo pasabas bien ahí dentro- el chico terminó su cigarrillo y lo apagó con el pie, girándose y apoyando su espalda en la barandilla para cruzar sus brazos y mirarme.- no pensaba invitar tanta gente, pero la cosa se salió de madres.

-Oh vamos Hawks, no pensarás hacer una gran celebración sin una multitud de drogadictos mafiosos?- reí con el, mientras daba caladas a mi cigarro cada poco.

-Cómo te va?-

-Muy bien la verdad, tengo a los mejores en el sector del dinero, y nuestro jefe sabe qué hace aún con ese aspecto tan siniestro.

-Más siniestro que tú?- chasqueé la lengua y reí golpeando levemente su brazo asintiendo.

-Aún más que yo- dejé de mirar las vistas para dirigir la mirada al chico, quien no paraba de observarme- parece que te gusta lo que ves, pero haz el favor de no comerme con la mirada, pájaro calenturiento- acabé mi cigarrillo girando mi cuerpo hacia dentro y apoyando mi espalda en la baranda. El chico rio ganando un tono rosáceo en sus mejillas.

-Señor Takami, el empresario le está esperando en la puerta de la mansión.- por la puerta del balcón asomó lo que parecía un chico experimentado en tratos con gente de altos cargos, con su traje negro, pelo color verde oscuro y mirada seria. El mencionado asintió, alejándose del lugar.

-Fue un placer verte de nuevo Sam, nos veremos pronto- guiñó un ojo, despidiéndose y caminando tras el chico peli verde. 

Suspiré mirando el amplio horizonte que se visualizaba desde el balcón. La puerta se volvió a abrir, pero no me importaba compartir espacio con alguien más de la fiesta.

-Parece que el pájaro se fue por fin. Con permiso señorita- una mano tatuada desde la mitad de la misma me extendió una copa de vino. Observé al chico y amplié mi sonrisa.

-Cuánto tiempo, Dabi.- agarré la copa para darle un sorbo. El chico llevaba un traje negro simple, con la corbata algo más suelta probablemente por el alcohol y el calor.

-Pensaba que no me reconocerías, ha pasado mucho y cambié mucho, incluyendo tu aspecto- acarició levemente mi pelo a capas bicolor mientras reía y lo miré. Su cara estaba casi al completo tatuada, y su pelo color negro intenso

-Llevamos mucho tiempo de amistad Dabi, siendo el vagabundo que eres te reconoceré igual- rei, alzando la copa para chocar mi copa con la suya, mientras su cara era de ofendido pero risueño.

-Y cuánto tiempo llevamos dices?- se acercó a mis labios, mientras yo sonreía y agarré su cara con mi mano, apretando levemente.

-Creo haber perdido la cuenta- susurré, juntando nuestros labios en un corto pero intenso beso. Me alejé de él, despidiéndome y dejándolo con la palabra en la boca. Entré de nuevo al ambiente de antes.

Caminé, mientras continuaba saludando a los invitados. De la multitud, se extendió una mano que me agarró de la muñeca para arrastrarme lejos de la pista de baile.

-Veo a un Haitani cabreado- solté burlona, mientras miraba la cabellera corta del mayor de los hermanos. El chico paro en seco y se giró para mirarme.

-Vas besando a todos por ahí ahora reina?- me acorraló contra la pared más cercana, y entablamos un duelo de miradas. Ambos éramos muy parecidos en personalidad, y es por eso que nunca habíamos tenido ningún tipo de enfrentamiento.

-No debería importarte Haitani, hace escasos minutos tu entrabas a una de estas habitaciones con una de las invitadas, y las que habrán seguido mientras yo me encontraba en la terraza- apoyé mi mano en su hombro, acercándolo más a mí, mientras sonreía.

-No tienes arreglo eh?- susurró en mis labios, para rápidamente juntarlos y besarnos de manera desesperada.
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Me estiré en la cama, tapando levemente ni cuerpo desnudo. Extendí mi mano a la mesita de al lado para coger mi caja de cigarrillos. Agarré uno y lo encendí. El mayor se giró en la cama, y extendió su mano para darle una calada a él antes mencionado, y dármelo de nuevo en la mano.

-Que hora es?- se estiró en mi cama para mirarme.

-Son las 7 y 20 de la mañana corazón, has dormido del tirón. Si yo pudiese...- suspiré acabando el cigarrillo.

Toqué ni cabeza, recordando la noche anterior.

Eran las 2 de la mañana, y Ran y yo salimos en el coche de Kakucho hacia casa y lo demás creo que se entiende.

Suspiré, pues no quería levantarme. Giré mi cabeza viendo al mayor de los hermanos dormido de nuevo. Reí fastidiada por su comportamiento.

-Quién coño te saca ahora de la cama Ran?- reí, levantándome para vestirme algo de estar en casa y salir a por algo de comida.

-Por qué no invitasteis ayer.- apareció Sanzu como si de un ente se tratase, para seguirme como perro feliz hasta la cocina.

-Algún día Sanzu, algún día- bostecé restándole importancia mientras comenzaba a prepararme un café

Our queen... (Bonten  x oc (fem!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora