Capítulo 2

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PERIODISTAS.

DALLAN:

La alarma en su buró sonó taladrando sus oídos, Dallan se remueve en su cama y uno de sus brazos sale de esta para apagarla de inmediato. Las cuatro horas de sueño le pasan factura sin siquiera querer moverse de su cama. La noche anterior logro conciliar el sueño casi a las tres de la mañana buscando y leyendo cualquier información sobre Mia; encontrando así más de lo que pensaba, demasiadas noticias y reportes sobre su vida y la de su madre. Sí, su madre...

Resulta que es su madre la duquesa, no su padre como comentaba una de las compañeras del chico en el instituto. La abuela y la madre de esta última le han hecho una guerra increíble por abandonar su título y su país.

El chico agradeció internamente estando más que seguro que su familia nunca le haría algo parecido.

—Dallan, la escuela. —Tocan su puerta para escuchar a su madre.

—Ya casi bajo, mamá. —Mentiras, ni siquiera se había levantado de la cama.

Toma un baño rápido y se enfunda en su uniforme que consiste en un traje tipo esmoquin negro con camisa blanca y en el bolsillo derecho un paño rojo que hace juego con la corbata, zapatos a juego el morral y listo.

Cuando baja al comedor y alza la vista se encuentra con la de su tío Lucas, sus cejas se juntan en confusión, es raro verlo tan temprano en casa.

—Hola, Dallan. —Camina hasta él y lo saluda con un abrazo.

—Buenos días, tío. Qué bueno verte por aquí. ¿Cómo están Bella y Nadia?

—Ambas muy bien, te envían saludos. Ve a visitarlas el fin de semana. —Asintió, tenía días que no las veía. Sus padres toman asiento en la mesa dando los buenos días y proceden a servirles el desayuno.

— ¿Quieres que te lleve al instituto Dallan? —Pregunta su tío y la confusión es notoria en el rostro del chico.

— ¿A pasado algo con Carlos? —Lo busca con la mirada por la estancia, ya que siempre lo espera cerca.

—No, cariño. —Habla su madre. Los mira un poco confundido a todos.

—De acuerdo, Dallan, pasa que tenemos una novedad... —Habla su padre —. Estas en la primera página de varios periódicos de la ciudad. —Mira a Alana y luego a su tío dejando de masticar su desayuno. De acuerdo, ya la preocupación estaba invadiendo su cuerpo.

—Ayer fuiste captado con Mia Gastrell, mi amor. —Habla Alana. —. ¿Sabes de quien te hablamos?

—Por supuesto. Es literalmente nueva en el instituto, ayer no llego su chofer y me ofrecí a llevarla a casa. Vive cerca.

—Si vas a ser su amigo debes saber que serás perseguido por paparazis a donde quiera que vayas. —Habla su tío —. Esa pobre mujer, la madre de esa niña vive un infierno gracias a su propia familia.

—Dallan, no crees que sea mejor que te... ¿Alejes? —Habla su madre. Negó indignado y con su ceño fruncido.

—No voy a alejarme de ella como lo ha hecho todo el instituto. No le tengo miedo ni a los periodistas y a sus abuelas dementes. —Una sonrisa ladeada y victoriosa aparece en los labios de su tío Lucas.

—Lleva mi sangre, se los dije. —Ian mira a su tío con cara de pocos amigos.

—Solo te pedimos prudencia, hijo. Ignóralos en todo momento. En todo momento.

—No te vamos a impedir tu amistad con esa niña, ella debe estar llevando la peor parte. —asiente de acuerdo con su mamá que es quien habla. —. Tu tío va a llevarte hoy porque te aseguro que van a estar esperándote. Debes saber llevarlo. —Termina.

DALLANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora