Carlos estaciona la camioneta en la puerta principal del instituto y me despido de el para abrir la puerta y bajar. De inmediato Dilan y varios amigos más me interceptan en la entrada para saludarme.
— ¿Por qué no han entrado? —Cuestiono de buen humor, observándolos a todos después de haberlos saludado. Ya me sentía mejor que el día anterior. Dilan, que esta recostado a un muro y con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón es quien responde audaz y con un sonrisa llena de superioridad en su rosto.
—Te estábamos esperando. Yo no entro sino ha llegado mi mejor amigo Dallan Venacci. —Intente esconder la sonrisa en mis labios y lo mire curioso. Eso no es cierto. Siempre me lo encuentro en los salones de clases, pasa uno de sus brazos por mis hombros y nos encaminamos al aula.
— ¿Cómo estas hoy? —Dilan es un muy buen amigo. De eso no tengo duda y ahora entiendo porque está haciendo todo esto. —. Discúlpame por cómo me comporte ayer, ¿sí? —Y coloca su mejor cara de arrepentimiento.
—De acuerdo, no tienes que... —Quitaba su brazo de mis hombros cuando la vi pasar con dos hombres detrás de ella – imagino que gente de su seguridad- Ni siquiera me miro, su cabello va suelto y con unas ondulaciones que, por cómo se forman, imagino son naturales, el uniforme y nada más, porque maquillaje sí que estaba seguro que no lleva.
—Oh, la baba... —Habla Dilan y hace un gesto de secar algo inexistente en mi boca. Aparte sus manos de mi rostro con fastidio. —. De acuerdo, ya, lo siento. —Dice con ambas manos a los costados en modo de rendición. —. Vamos detrás de la princesa Mia Charlotte.
No me pareció gracioso su sarcasmo aunque siempre lo ha empleado, pero tampoco iba a reprocharle nada ahora mismo. De pronto, me sentí molesto por este tema de Mia pasando sin siquiera saludar.
¿Por qué ahora lleva seguridad hasta en el Instituto?
Fuimos los últimos en entrar a nuestra primera clase y, para mi sorpresa, el único asiento vacío estaba a su lado. Como cosa del destino, el karma o lo que sea que nos quiera juntos, tome asiento a su lado en una mesa casi al final de la clase.
Dilan toma asiento a un costado en la siguiente fila. No la mire siquiera, de verdad sabia interpretar cuando alguien no me quería cerca y aunque pude sentir su mirada fija en mí, pude concentrarme en lo que habla el profesor.
A la mitad de la clase Dilan me lanza una bola de papel y cuando me vuelvo hacia él sus cejas se mueven de arriba hacia abajo con picardía y señala a Mia. Me vuelvo rodando los ojos e ignorándolo. A veces era muy infantil.
Para cuando el timbre suena no la he mirado ni una sola vez y me felicito a mí mismo por eso. También tengo mi orgullo.
Meto mi portátil en el morar y voy a tomar el libro cuando siento una de sus manos rosar la mía y dejar un pequeño papel cerca de mis dedos. La miro serio, con un gesto de confusión y molestia.
Joder, sí que es difícil hasta tratar de hablar con ella.
Mia termina por salir y puedo ver, después de tomar el pequeño papel y meterlo en uno de los bolsillos de mi pantalón, cuando sale del salón de clases y enseguida tenía a su seguridad al lado.
— ¿Vieron a la señorita "el estado me protege"? —Habla Olivia con un gesto de incredulidad y reproche en su rostro.
—A ella no la protege el estado, es seguridad privada. —Digo y mi voz suena más dura de lo que pensé.
—Hay no, perdona mi ignorancia, Dallan. ¿Desde cuándo la defiendes tanto? —Cuestiona, y su voz es más alta de lo necesario cuando dice lo último.
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DALLAN
Teen FictionNo sabes lo es que la vida hasta que llega la adolescencia, sus problemas y sus amores... Dallan Vernacci comprende que es mejor no apegarse a nada ni a nadie en la vida de la peor manera posible. BIENVENIDAS A ESTA NUEVA AVENTURA, NIÑAS. PROHIBID...