Capítulo 4: ÉL.

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Mia:

No sabía cómo todo se había salido de control. Nunca voy a la cafetería, desde que llegamos a vivir en Canadá y mi madre decidió que necesitaba dejar las clases en casa e ir a una escuela, nunca había ido a la cafetería ni me había sentado con algún grupo.

Pero hoy, un dolor horrible en el estómago me había atacado y mi única opción de comida era allí. Compre algo rápidamente y me decidía a salir de allí lo más rápido posible cuando sin quererlo, porque prometo que no sabía que Dallan se encontraba en esa mesa con el idiota de Mateo, paso por su mesa. Ni siquiera mire hacia ella, pero no pasaron más de un minuto cuando un alboroto se forma detrás de mí y, al volverme, Dallan golpea a ese chico descontrolado mientras sus amigos intentan apartarlos.

La directora llego inmediatamente, esa mujer tiene cámaras en todos lados de este instituto. Todos hicieron silencio cuando la escucharon hablar. Me hice a un lado como todos los demás cuando Mateo, Dallan y su grupo de amigos salían detrás de la directora. No me miro, el no, pero las chicas de su grupo sí y con cara de muy pocos amigos y no entendía porque.


Cuando llegue al instituto y todos se enteraron que soy la nieta de la reina de Irlanda, todo fue murmullos y miradas para nada furtivas. Varios jóvenes se acercaron muy amables a saludar, Sara y Olivia – las amigas de Dallan- se ofrecieron a mostrarme el instituto y ser "mis amigas" lo que rechace amablemente. No tenía amigas, confiaba en muy pocas personas y ellas no me daban buena espina.

Cuando todos también se enteraron que llegamos casi huyendo de Irlanda y renunciando a nuestros títulos –pertenecientes a la realeza" todo empeoro, ya no me miraban con la misma amabilidad y por supuesto fui humillada y rechazada por Sara y Olivia en el baño de chicas. Le prohibieron a cualquier niña acercarse a mí o serian unas desterradas al igual que yo. –Fueron sus palabras-.

Hasta el momento no tengo a alguien que se acerque a mi aparte de Dallan, que lo ha hecho muy pocas veces.

No estuvieron presente en la última clases ninguno de los amigos de Dallan ni él. Apenas la clase termina Diego y Andrés, mis ahora guarda espaldas estaban esperándome y me escoltan hasta la camioneta en el estacionamiento del enorme lugar. Al salir, puedo reconocer al chofer de Dallan y, cuando su vista queda fija en la mía, lo saludo asintiendo y con un atisbo de sonrisa en mis labios. Recuerdo perfectamente el día que amablemente me llevaron a casa. Se veía algo preocupado, pero no sería yo quien le contara lo sucedido.


Ya en la camioneta y camino a casa me debato entre escribirle a Dallan, pero bajo mi celular y decido que no. Quizá esta demasiado enojado y no quiere hablar con nadie. Fue demasiado horrible toda esta situación. Y el golpe que le dio esa chica, por Dios y dice llamarse su amiga. Aunque el golpeado fue su hermano pero se lo merece por idiota. Desde que llegue al Instituto lo único que le he escuchado decir son idioteces y barbaridades sobre chicas.

—Mia, recuerda las clases de equitación. Hoy viajo a Irlanda a ver a tu abuela. ¿Quieres que le de algún mensaje de tu parte? —La que habla es mi madre. Anttonieta Pussett, se las presento.

Aunque no sé si ella desee conocerlos a ustedes.

—Que le envió muchos saludos. —Digo, no muy entusiasmada y con voz baja. Mi abuela no es la mejor persona de este mundo, aunque a ella le importe muy poco mi opinión, no es de mi agrado total ni yo el de ella. Dice que me parezco demasiado a mi padre y no saque nada de ella ni de mi madre. Siempre me saca en cara que, "cuando yo sea reina" –que espero eso nunca pase y muera antes- tendré que aprender muchas cosas y dejar de ser tan mojigata. Sí, no todos los abuelos son los mejores del mundo.

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⏰ Última actualización: Mar 07, 2022 ⏰

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