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El sonido de la alarma sonando retumbaba en todas las paredes de esa fría y solitaria habitación del propietario, sus párpados se abrieron con una gran pesadez, para apagar esa horrible alarma que le aturdía los oídos, con cuidado se acomodo en aquella fría cama llena de soledad, para salir de esas calientes cobijas que tapaban su cuerpo, un gran mareo al pararse e intentar caminar lo hizo retroceder y caer a la cama.

Recuperó su sentido de la vista tras ese mareo y continuó con su rutina, que contaba en despertarse, bañarse, cambiarse, desayunar e irse a trabajar.

 Hoy la cambiaria, yendo a ver a su esposa aunque le doliera verla, sabiendo que romperá en llanto y acabaría en el piso implorando perdón, como un bicho más en la sociedad pero lo era y eso nunca cambiaría.

Con cuidado cepillo su cabello que ya estaba algo largo cayéndole hasta la nuca, suspiro profundamente para hacerse una cola alta, se miro al espejo suspirando profundo notando como estaba perdiendo algo de musculatura que tanto le costaba mantener debía seguir haciendo ejercicio más tarde, salió de su habitación para encaminarse a desayunar junto a su hija que estaba de vacaciones dadas por pai Enji para que descansara tras la pelea de aquel villano donde hirió en la espalda a su amada hija. 

El tipo no volvió a ver la luz del dia y eso estaba claro cuando en las noticias anunciaron que el cuerpo de aquel villano se encontró muerto en una bolsa flotando en el río.

—Buenos días Hija— El tono de su vos salió dulce y relajada mientras abrazaba a su retoño que aún se negaba a ver como toda una mujer hecha y derecha.

—Buenos días papá— dijo con dulzura para sólo alejarse a terminar el desayuno de ambos—¿Vas a ver a mamá?

—Si iré a verla, dijo el doctor que hoy sale de ese lugar, para eso ya le compre una casa que está a la vuelta espero para que pueden mudarse con su madre.

—Padre.. Ya hablamos de eso pero no te aburriré con el mismo cuento, toma—le dio el plato para pasárselo —Provecho

—Gracias— se sienta para poder comer feliz con una gran sonrisa dulce y probar el delicioso manjar que está en aquel plato.

Con cuidado se acercaba al hospital psiquiátrico con un ramo de flores del que siempre llevaba a su amada, aunque no lo pareciera sus nervios y problemas del pasado lo volvían arrastrar a un estado de querer caer al piso y llorar suplicando que lo...

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Con cuidado se acercaba al hospital psiquiátrico con un ramo de flores del que siempre llevaba a su amada, aunque no lo pareciera sus nervios y problemas del pasado lo volvían arrastrar a un estado de querer caer al piso y llorar suplicando que lo ayuden.

Pero no podía no salía su voz al pedir ayuda, con cuidado se movió para entrar más rápido a ese hospital y por fin poder rodearse de ese olor tan calmante que necesitaba.

La mujer de la recepción al verlo sonrió gustosa de volver a verlo

—Buenos días sr. Todoroki— dio una dulce sonrisa para sólo poner como una visita —La sra. Rei lo espera, quería verlo.

Salvando al omega BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora