8: Punto de tensión

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A ver, a ver, ¿qué pasó?

Un mes y veinte días de ser compañeros, 2:25 de la tarde.

—¿Te gusta?

Los labios de Lan XiChen se estiraron en una sonrisa coqueta y sus ojos de cervatillo miraron con fascinación el establecimiento frente a él. Jiang Cheng apagó el motor y se estiró perezosamente en el volante, devolviéndole el mismo mohín encantador.

—Cuando dijiste cinco estrellas tenía otro lugar en mente —dijo el Lan—. Pero esto no está mal.

Jiang WanYin se echó a reír y miró enternecido al primer jade.

—Tienes una mentecilla tan sucia, maestro Lan —acusó, dándole un ligero golpecito en la frente. XiChen abultó los labios en un puchero adorable en defensa.

—¿Y de quién es la culpa, maestro Jiang?

—No lo sé.

La esponjosa gatita en el regazo del omega maulló, llamando la atención de los dos hombres con un meneo de su cola rayada. Jiang Cheng le acarició detrás de las orejitas puntiagudas y la alzó en brazos, mostrándole el agradable local frente a la ventana del conductor. Había una emoción inexplicable brillando en los cristalinos ojos azules del joven alfa mientras pegaba la nariz rosada del animal al cristal levemente ahumado.

—¿Ves lo que hay allá, preciosa bola de pulgas? ¡Hoy harás muchos amigos!

El alfa inició un parloteo animado con la minina, la sonrisa del omega sentado junto a él se hizo cariñosa al verlo tan entusiasmado. Michi tenía sus bonitos orbes amarillentos enfocados en el Jiang, hipnotizada por la dulzura y el encanto natural del chico con el delicioso aroma a lotos. XiChen vagamente se preguntó si la estrategia de engatusar a su mascota fue la que facilitó que el alfa escondiera a su gata en los asientos traseros del auto sin que él se diera cuenta.

¡Jiang Cheng realmente tenía varios talentos ocultos! En verdad el jade no recordaba haberlo visto meter furtivamente a la felina en el auto, y tampoco escuchó algún quejido de disconformidad del animalito durante el trayecto al misterioso lugar de su cita.

«¿Cómo la escucharías, eh? ¡Si cuando estás con tu alfa no prestas la mínima atención!» Le regañó su subconsciente y él, a regañadientes, le dio la razón. Culpaba a Jiang Cheng por tener ese efecto en él; si estaban juntos, el mundo podría desmoronarse y él no se daría cuenta. Nada ni nadie importaba más que ellos.

Todo el camino al lugar de su improvisada cita sorpresa XiChen no paró de reír, divirtiéndose con las tonterías del alfa. Iniciaron teniendo un mini concierto de pegajosas canciones que ninguno de los dos sabía pronunciar y terminaron enfrascados en una colección de historias vergonzosas de sus tiernas infancias y terribles adolescencias. Jiang Cheng se burló de la penosa anécdota del baile de graduación de XiChen, y este soltó lágrimas de risa al escuchar como A-Yao volcó la sopa en la cabeza de Yu ZiYuan durante el pomposo cumpleaños de su hermano.

Los dos estaban bastante cómodos con la agradable burbuja de felicidad que los rodeaba, y pronto el ambiente sucumbió al romance entre un alfa y un omega en pleno cortejo. Otra vez a ninguno le importó y disfrutaron de las mieles del cariño ajeno.

Luego del viaje de media hora por las calles del centro de la ciudad, el auto se detuvo en la acera de una vistosa cafetería con temática de gatos. Los ojitos de XiChen brillaron con incredulidad y emoción, viendo a la distancia como algunos gatos trepaban de un lado al otro en los rascadores, otros siendo acariciados por los clientes dentro y unos más descansando a la luz del sol. Para un amante de los animales como él, ese local era un paraíso en la tierra.

Guía rápida para conseguirle novio a tu hermano | ChengXiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora