Extra 3: Chale, ¿a que venía?
3:01 am.
Wei WuXian dejó el vaso de agua fría en la encimera de la cocina y parpadeó hacia el reloj digital colgado por encima del lavatrastos. Con el ceño fruncido buscó a tientas su teléfono, la luz azulada de la pantalla iluminando momentáneamente su rostro mientras buscaba entre los contactos el número de su hermanito (lo maldijo un par de veces por no estar dormido en la comodidad de su camita o mínimo avisarle por medio de un mensaje que saldría) para saber dónde carajos se metió tan noche.
¡Ese mocoso se las iba a pagar!
Recientemente, A-Xian descubrió lo desalmadas que eran las hormonas. Ahora mismo tenía una crisis, una donde su omega interior asfixiaba su agitado corazón al imaginarse que algo malo pudo haberle pasado a su cachorro. Luego, en un giro brusco de 180 grados, sus pensamientos volaron a cuán fuerte lo golpearía nada más cruzara esa maldita puerta.
¡Sería un digno hermano mayor y patearía su trasero!
Estaba por presionar el botón de llamada cuando el aroma a lotos de su hermano flotó hasta su nariz. Wei WuXian entornó los ojos en dirección a la puerta, divisando a dos figuras conocidas que arrojaban sus zapatos y abrigos descuidadamente en la entrada. Unos segundos después se escuchó un golpe seco seguido de un gemido lastimero.
—No hagas tanto ruido A-Cheng, nuestros hermanos están durmiendo.
—Maldita sea. ¿De quién fue la brillante idea de poner esta estúpida mesa en la estúpida entrada? No veo dónde-- ¡Oh, jodida mierda! ¡A-Huan, no te rías! ¿Por qué te ríes? ¡Deja de reírte!
—Me río porque fuiste tú quién puso esta estúpida mesa aquí, mi amor.
... ¿Qué?
¡¿PERO QUÉ DEMONIOS?! ¡¿CÓMO QUE "A-HUAN" Y "MI AMOR"?! ¡¡AH MIERDA~!!
Wei WuXian hizo cortocircuito y se fundió en un charco incoherente de escandalosos gritos mentales. ¡¿Cómo se atrevía ese omega a llamar así a su hermano?! ¡¿Con qué maldito derecho?!
Apretó los dientes, el sabor amargo de los celos se combinó con el feroz y primitivo gruñido que arañó su garganta al ver la sonrisa resplandeciente de Lan XiChen mientras cruzaban la sala tomados de la mano. El omega Wei sintió la urgente necesidad de armar un alboroto de reclamos para hacerse notar, ya que claramente ellos estaban zambullidos en su burbuja de lo-que-sea-que-tuvieran y lo ignoraron por completo.
La parejita de amantes mantenía una conversación a bajos susurros, incapaces de escuchar el ruidito de los vehementes pies descalzos de Wei Ying que se detuvieron en la esquina oscura del pasillo, completamente absortos en su dilema.
—¿Podemos dormir juntos? —la esperanza en la voz del alfa sacó una risita de su pareja. Jiang Cheng se acercó a sus labios y lo besó. Suave y con calma, ronroneando como un gatito mimoso. El omega lo sostuvo de la cintura y profundizó el beso, lamiendo y mordisqueando las costuras de su boca.
—Sí. Vamos a la cama, A-Cheng.
«¡Lan XiChen, este es el colmo de tu descaro!»
Wei Ying bufó enojado. Bajo ninguna circunstancia dejaría que ese omega le quitara a su retoño, no señor. Avanzó a la puerta del mencionado con todas las intenciones de gritarle que alejara sus sucias garras de su preciosa flor de loto o lo que sea que se le ocurriera en el instante. ¡Tenía que detener esta patraña, maldita sea!
Sin embargo, la risa de Jiang Cheng lo congeló.
...
¿Cuándo fue la última vez que pudo deleitarse con el hermoso sonido de la risa genuina de su hermanito?
... Sinceramente, no lo recordaba.
La curiosidad rápidamente reemplazó la ira y el descontento. Se agachó para fisgonear a través de la diminuta rendija de la puerta entreabierta, y por primera vez en todo este tiempo, quedó maravillado al verlos.
Era una imagen preciosa; con la mejilla apoyada en el amplio pecho de Lan XiChen, Jiang Cheng tenía la sonrisa más bonita del mundo y la dulce melodía parecía hacerse más y más fuerte por lo que sea que el omega murmuraba. Incapaz de apartar la mirada, vio como rozaron sus narices en un besito esquimal y se abrazaron con cariño, las palabras que pretendían ser un íntimo siseo llegaron a los distantes oídos del joven Wei.
—Te amo.
Su hermano reverenció esas dos palabras con tanto amor que lágrimas de asombro nublaron la visión de Wei WuXian y un sentimiento cálido floreció en su pecho. Eran muy lindos juntos. Realmente estaban enamorados.
Y él amenazaba con arruinarlo.
La respiración se atoró en su tráquea al asimilarlo. Justo en ese momento pudo admitir con cierta vergüenza que sus acciones no estuvieron bien y que se había comportado de una manera infantil y caprichosa desde el inicio. ¡Debió haber sido fastidioso e insoportable para todos! Dios...
Fue entonces que comprendió que él no era nadie para decidir sobre la vida de su hermano menor (¡vaya que se tardó un poquito!). A quién le entregaba su corazón era asunto de Jiang Cheng y solo de Jiang Cheng. ¿Por qué tenía que meterse, si amar y ser amado es algo hermoso? ¿Por qué razón se lo negaba?
«Porque eres un hipócrita egoísta» increpó una vocecita desde el fondo de su mente «Jiang Cheng jamás se metió con tu relación, pero tú no lo dejas ser feliz en la suya»
Una punzada de culpa acalambró su corazón y le dio la razón a su subconsciente. Así fueron las cosas y se sentía estúpido. Intentar monopolizar el cariño de Jiang Cheng fue, sin duda alguna, la mayor de sus tonterías. ¿Cómo llegó a pensar que su hermanito dejaría de quererlo solo por enamorarse? Era un pensamiento ridículo. Casi deseó darse una bofetada por etiquetar erróneamente el afecto de A-Cheng como algo pasajero y cambiante, cuando era todo menos eso.
Jiang Cheng era su pequeño tesoro y dejarlo ir sería difícil, pero no imposible. Hay decisiones que él debe respetar y esta es una de ellas. Además, si debía confiar los sentimientos de su hermanito en alguien, ese sin duda sería el primer jade. WuXian sabía que el omega le daría la felicidad que se merece. Que ambos se merecen.
Esbozando una pequeña sonrisa, dirigió su vista al interior una última vez. En la habitación, Lan Huan contemplaba al Jiang con esa expresión de amorosa adoración propia de un hombre que ha encontrado a su alma gemela.
—... Felicidades... —exhaló A-Xian, y lo decía en serio. Ya de pie, recorriendo el tramo faltante a la habitación donde dormía el amor de su vida, su A-Zhan. Mientras lo hacía una cosita apareció en su mente.
Tal vez era hora de hacer las paces con XiChen.
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¡Hola! Para que vean que los milagros si existen, les traigo el tercer extra de esta historia.
¡Nuestro Wifi ya se dio cuenta! ¿Cómo creen que irán las cosas de ahora en adelante? ¿Seguirá siendo tan... o hará de LXC su nuevo bestie?
Ya que no me acuerdo qué más iba a decirles, nos leemos en la próxima actualización.
Abrazos a todos.
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Guía rápida para conseguirle novio a tu hermano | ChengXi
FanficLas prioridades de una persona tienen una escala diferente dependiendo su personalidad; para Lan WangJi lo más importante era su tiempo como pareja de Wei WuXian. Cuando su novio y Jiang WanYin se mudan inesperadamente a su departamento, su hermano...