#001 ; 🌹 ALTAR - BYAKUYA TOGAMI 💭

Prólogo.

Un día más, me cuesta trabajo levantarme, pero lo debo hacer.

Ayer fue un día completamente desastroso para mi, y es que por fin le confesé a Togami mis sentimientos hacía el, pero vayamos por partes.

Soy la Bailarina de Danza Clásica Definitiva y la verdad no es cosa fácil, debo de ensayar durante períodos largos de hasta semanas.

¿Que si estoy estresada por eso?, claro que lo estoy, no puedo dar un paso en falso ya que mi carrera depende plenamente de ello, mi mente y mi cuerpo debe estar en sincronía.

No mentiré, a veces odio este talento, quiero dejarlo e irme con el poco dinero que mis padres me dan de mis ganancias, y ese es un plan que tengo a futuro.

Siempre tuve que ser una chica reservada, y no por que me gustará, si no por que el pensar en amistades me hacían perder el tiempo, según mis padres.

Claro, que cuando era por conveniencia, no tenia ni voz para negarme a hablar con ellos, resultado de esto conocí a varios chicos que aunque, son mis amigos mas por conveniencia no podemos evitar llevarnos bien.

Celestia Ludenberg, Sonia Nevermind, Nagito Komaeda, Kaede Akamatsu y Byakuya Togami, este último es el mas interesante.

Togami y yo llevamos siendo amigos desde que éramos pequeños, y es el único que siempre me ha tratado con confianza, a pesar de aveces actuar como si no me conociera.

Durante mucho tiempo el me reconfortaba, me hacia ver que valía la pena el luchar por ser tan experta en la danza como lo soy ahora, sentía una fuerte conexión a su lado.

Pero, conformé los años pasaban rápido, el cambiaba y se apegaba mas a las reglas de su familia, volviéndose alguien aun mas grosero y orgulloso.

Aunque el fuera así, eso nunca me importó.

Me costó trabajo el aceptar que lo amaba, en especial por que para mi era algo nuevo, pero cuando me animé a decirlo, el solo me miró de una manera en la que nunca pensé que me miraría, hizo una mueca de asco y solo respondió que se negaba a salir con alguien tan repugnante como yo.

En verdad, esas palabras me rompieron, e inmediatamente como llegue me encerré en mi habitación, llorando y abrazando una almohada el día de ayer.

Hoy me acaba de decir mi madre que me iré junto a ella a vivir a Nueva York, y que una vez ahí conseguiré mas amigos y una vida mejor.

Acepté no por que me animará, si no por que me da vergüenza regresar y que todos se rían de mi por hacer algo tan estúpido como el declararse al Togami.

No quiero regresar a Japón, y menos ahora. Creo que necesitaré un descanso.

«El auto de huida esta esperando, y haré un viaje a la melancolía.»