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El silencio de la boca de Togami había apaciguado por completo la discusión, ambos individuos se veían con molestia y confrontamiento, Akamatsu solo veía asustada lo que podía llegar a pasar, en esos momentos quería que la tierra se la tragará.

Toshiko, ¿se podría saber que demonios haces aquí?, se suponía que estabas lejos.

La voz del rubio retumbó mientras acomodaba sus gafas, mirando al suelo.

— Verás Togami-San, decidí pasar el tiempo con Kaede, ¿acasó tengo que pedirte permiso para eso?

— No, en realidad no. Solo creía que venías por mi boda, esperaba que fueras la invitada especial.

Se formó una sonrisa en la cara de Togami, _____ solo miraba con el ceño fruncido al heredero, dios, lo que tiene de ciego lo tiene de imbécil.

— Escucha, que si tu crees que voy a ir sin antes salir un rato con mi “amigo” estas equivocado, al menos deberíamos pasar un rato juntos.

_____ sonreía viendo al mayor, notó como un ligero sonrojo se había formado en sus mejillas observando confundido a la menor.

— Bueno, parece que no vas a decir nada, así que agradecería si te fueras, viejo gruñón, yo y Kaede íbamos a pasar el día juntas.

Y-yo no tengo por que irme, es más, voy a estar aquí un rato en lo que me explicas bien tus intenciones, bruh.

Kaede estaba a punto de hablar, quería objetar ante el heredero ya que ni lo había invitado, por lo cuál, el chico tapó su boca y siguió hablando.

— Y como te das cuenta, a Kaede-San no le importa mi presencia, así que no tienes escapatoria ____.

— Vete al infierno, Togami.

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Ya había pasado 2 horas desde que el incidente de la mañana había pasado. Los tres chicos estaban hechados en el sofá mientras veían la televisión, se había oscurecido el cielo.

Sin embargo, había cosas que no se podían ignorar.

La rubia pianista notó las miradas que ambos muchachos se lanzaban durante la cinta, no era normal que pasará.

Era como si pudiera regresar en el tiempo, recordando cuando hacían lo mismo en los salones de Kibougamine, todos en el salón se daban cuenta de lo enamorados que estaban el uno del otro, pero ellos no.

_____ también recordaba aquellos días, le gustaba apreciar el rostro de Togami y más cuando se encontraba concentrado, le parecía muy atractivo.

Si bien, Byakuya se sentía algo extraño con la presencia de _____, también sentía algo más, era una sensación rara, no le parecía incómodo, simplemente le costaba tener alguna charla con ella.

Al ver que ya casi era de noche, el de anteojos tuvo que retirarse, llamó a su casa para que un vehículo pasará por él, mientras esperaba Kaede sirvió chocolate caliente a sus amigos y a ella misma.

— Me alegra haber pasado la tarde con ustedes, es muy bueno estar rodeada de amigos.

Dijo sorbiendo a su taza, había traído galletas y se podía decir que estaban comiendo entre los tres.

— La película me gustó.

— Igual a mi, aunque el silencio fue espantoso, ¿no creen?, deberían abrirse más, se supone que son mejores amigos.

_____ y Byakuya solo bebían su chocolate sin saber que decir, aunque Kaede tenia razón como es que sacarían un tema del cual hablar luego de mucho tiempo.

— Podríamos ir mañana a pasear, solo si quieren.

Dijo _____ a ambos y ellos aceptaron, realmente Kaede no quería incomodar así que decidió invitar a Rantaro para que fuera con ella mientras que Toshiko y Togami se divertían.

— Aceptó tu invitación Toshiko, no estoy seguro de como mi novia lo vaya a tomar pero puedes confiar en que iré.

El celular del chico había sonado por lo cuál el vehículo estaba afuera, este se despidió de ellas para luego salir a fuera y subir a su automóvil.

— “Señor Byakuya, ¿quienes eran esas dos chicas que estaban con usted?”

— Ah, ellas son mis amigas...supongo.

El rubio miraba la ventana durante el viaje, se le haría difícil sacarse a _____ de la mente lo que restaba del día.

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Komaeda-Kun, ¿qué tal éstas?

Él albino, que acababa de tomar una ducha se encontraba sentado sobre su cama contestando el teléfono, al escuchar la dulce voz de la bailarina sin querer había sonreído de manera boba.

— Oh, ¡Toshiko-San!, estoy bien, ¿y tú cómo éstas?

Su voz era mas acaramelada y relajante que de costumbre, era una dulce sorpresa que la chica lo hubiera llamado.

— Igual, estoy igual, bueno, solo quería llamarte para saber como te encontrabas, quisiera hablar un rato más contigo pero mañana debo levantarme temprano jaja.

— No tienes de que preocuparte Toshiko, quizás luego podamos ir por un café o algo para hablar un rato, ¿no crees?

— Me agrada esa idea Komaeda-Kun, te habló luego, besos.

Luego de que la llamada se cortará, Nagito término de secar su cabello, hechandose sobre la cama mientras suspiraba enamorado, aquella chica si que lo traía a sus pies.

— Que descanses, mi amada princesa.


#001 ; 🌹 ALTAR - BYAKUYA TOGAMI 💭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora