𝗖𝗶𝗻𝗰𝗼

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─ ¿Alfa? ─ la vocecita del menor se hizo resonar por la casa. Jake se alarmó al escucharlo y salió de la cocina.

Encontrándose a su omega a mitad de las escaleras, descalzo y con una sola polera tapando su cuerpo.

─ Hoon. ¿Qué haces levantado?

─ No estabas conmigo. ─ dijo con los ojos llorosos. Jake se encaminó a su dirección y lo abrazó inmediatamente cuando sus sollozos se hicieron oír.

─ Oye tranquilo, tranquilo bebé, estoy aquí... ─ tomó su rostro y limpio sus mejillas.  ─ ...Aquí estoy Hoonnie. ─ susurró preocupado.

Su lobo comenzó a decirle que algo no andaba bien, realmente la actitud empalagosa del omega era así casi siempre, pero el hecho de que llorara la mayoría del tiempo al punto de temer soltarlo era algo que su destinado no solía hacer y realmente le estaba preocupando.

─ Vuelve a la cama conmigo. ─ lo tomó de la muñeca.

─ Espera, solo que estaba...

─ ¡Ahora! ─ el omega chilló demandante.

─ Ah bien, bien, vamos. ─ el castaño abrió los brazos y el omega dio un saltito para ser cargado.

─ Realmente cuando estas en celo parases peor que un bebé. ─ dijo mientras se sentaba en la cama con el pelinegro en sus piernas. ─ Pero amo consentirte, así que, realmente no me quejo. ─ le dio un besito esquimal que lo hizo reír y a él sonreír.

El pelinegro se removió un poco entre sus brazos, pidiendo por más atención que claramente Jake le propino. Beso su bonita nariz perfilada y después sus esponjosos labios. El beso se intensifico hasta volverse uno profundo poniéndolo más caliente, tiro de los cabellos castaños de su alfa para sentirlo más cerca. Las respiraciones se volvieron erráticas, y en la habitación solo podían escucharse los leves jadeos del omega ante el calor de su cuerpo y cuando sentía las grandes manos de su alfa pasearse por su cintura bajo la única prenda que traía.

─ Alfa~... ─ el omega lo miro a los ojos, con pupilas dilatadas y sus ojitos más destellantes que antes. Estaba suplicándole que continuara.

Comenzó a moverse y a soltar más feromonas para provocarlo, que Jake no pudo evitar soltar un jadeo cuando su pomposo trasero choco en su entrepierna. Fue ahí cuando el lado racional de Jake reacciono a lo que estaban haciendo e intento detenerlo. ─ No, Hoon esto no... ¡Ah! ─ Jake soltó un grave gemido cuando el pelinegro mordió su cuello.

─ Alfa, te necesito~ ─ susurro en su odio dulcemente y Jake cerro los ojos. Ni siquiera él sabía cómo estaba aguantándose a esas provocaciones del pelinegro.

─ No, no, no. No podemos hacerlo ahora. No pienso aprovecharme de esto... Sunghoon. ─ susurró, el menor realmente no estaba escuchándolo. Estaba tan nublado por la excitación de su celo que seguía moviendo sus caderas lentamente sobre el castaño.

Si continuaba de esta manera Jake no podría soportarlo más y se dejaría ganar por los instintos de su lobo. Pero él no podía...

Omega para ya. ─ habló con la voz de mando y lo sujeto fuertemente de la cadera para detener sus movimientos. Sunghoon lo miró con ojitos confundidos, pero éste sin mirarlo un momento sólo bajo de su regazo al omega y lo sentó en la cama.

Sabía que si miraba esos bellos ojos violetas que le hacían perder la cabeza accedería a todo lo que el omega quisiera. Y eso no sucedería ahora.

─ Es mejor que descanses Hoonnie... ─ besó su frente y el omega cerro los ojos tras sentir el contacto.

─ No, pero Jakey... espera. ─ susurró débilmente Sunghoon.

─ Volveré. ─ lo acostó y tapo con las frazadas.

Escapar del momento otra vez no era buena idea, pero Jake no podía evitar sentirse inseguro.

El pequeño omega simplemente decidió ya no objetar y cerro sus ojitos, cayendo en los brazos de Morfeo rápidamente.

Sin embargo, su lobo del mayor solo rasguñaba en su interior, diciéndole que todo estaba mal y que hiciera algo. Su omega estaba débil. Él podía sentirlo, pero Jake prefirió ignorarlo y dio media vuelta para salir del cuarto y continuar con lo que antes estaba haciendo.

𝗟𝗮𝘇𝗼 | 𝗝𝗮𝗸𝗲𝗛𝗼𝗼𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora