IX.

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Un ambiente distinto podía notarse en el Castillo del Abismo, Aether lo sabía, algo no iba bien.Los pasillos, usualmente llenos de Magos del Abismo a los que el chico rubio gritaba y ridiculizaba, ahora estaban vacíos.

Todo estaba vacío.

-(¿Dónde están esos jodidos incompetentes?)- se preguntaba el príncipe, mientras pensaba en múltiples insultos acerca de sus inferiores.

-No me puedo creer que el príncipe esté pensando en traicionarnos...- se escuchó detrás de una gran puerta, perteneciente a la sala de comedor.

Aether palideció, y sigilosamente se acercó todo lo posible a aquella gran puerta.

-La verdad esque me lo esperaba, lleva semanas escaqueándose de sus deberes, con la excusa de que tenía que interrogar a la mujer de la Posada Wangshu- se oyó.

-¡Debemos poner fin a esto!- se escuchó decir a un Mago del Abismo.

Aether enfureció, alguien había estado espiandolo y lo había delatado, por un momento pensó en entrar en aquella sala y matar a todo el que se encontrara dentro,pero por todos los murmullos que se oían probablemente eran demasiados, incluso para él.

-¡Silencio!- obligó a callar una voz grave y profunda.

Se escuchó un silencio sepulcral en la habitación.

-Sólo hay una cosa que podemos hacer- continuó la voz. -Continuar el plan que el príncipe lleva posponiendo dos meses-

Aplausos y gritos empezaron a salir de la habitación. Aether conocía bien aquel plan, destruir los edificios más importantes de Liyue, y acabar con todo ser vivo que estuviera dentro, empezando con la Funeraria el Camino, Aether no podía permitirlo.

Se alejó silenciosamente de la habitación y ya lejos, corrió escaleras abajo en dirección a las prisiones.

-¡Rápido, tenemos que salir todos de aquí!- gritaba mientras abría las celdas de todos los prisioneros.

-¿Aether?- preguntó Verr Goldet algo confusa mientras salía de la celda en la que llevaba viviendo dos meses.

-Me han descubierto, Verr Goldet, este lugar ya no es seguro para ninguno-  se limitó a contestar, y a continuación creó un portal para salir de allí.

Este portal los llevó al Desfiladero Jueyun, en las afueras de Liyue. La gran mayoría de aquellos prisioneros salieron corriendo hacia su libertad, jurando que nunca dirían nada a nadie de lo ocurrido en el Castillo del Abismo, y tampoco de su localización, eso era algo de lo que Aether se encargaría.

-¿Qué haremos ahora, Aether?- preguntó Verr Goldet, la cual seguía al lado suya.

-¿Haremos...? No, Verr Goldet... Esto es solo asunto mío- dijo Aether, sin ni siquiera mirarla.

-Pero...- ella iba a replicar algo, pero Aether la cortó.

-He dicho que no-

Los últimos rayos del Sol se escondieron tras las enormes montañas de Liyue, y el Príncipe, o mejor dicho, el ex Príncipe del Abismo los observó en silencio.

・꒰꒱𓂃All I wanted was you...﹆ᰍ [Aether Abyss x Alatus Yaksha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora