VEINTIOCHO

2.9K 446 556
                                    

HYUKJAE

Lo primero que veo al abrir los ojos es un montón de pelo castaño que sobresale de las sábanas y cubre mi pecho. Cojo estás con cuidado para levantarlas, cosa que me deja ver perfectamente al chico que duerme abrazado a mi abdomen, estirado entre mis piernas. No entiendo cómo no se ahoga.

—Uhm... hace frío... —se queja en sueños.

Me obligo a no reír porque no quiero que se despierte y vuelvo a dejar las sábanas en su sitio. No obstante, vuelve a quejarse. Lo noto moverse, trepar sobre mi cuerpo. Veo su cabeza emergir de repente y volver a perderse contra mi cuello. Su cabello cae sobre mi rostro. Echaba de menos apretar los labios para que no me entren pelos en la boca.

Echaba de menos acariciarle la espalda y disfrutar de su calor mientras espero a que se despierte. La verdad es que no recuerdo cómo llegamos a quedarnos dormidos. Ni siquiera planeaba que sucediera. Lo que yo quería era llevármelo de vuelta al Norte y contarle toda la verdad cuando estuviéramos a salvo en el castillo. Pero cuando me ha amenazado con su magia casi tengo una erección. No ha cambiado nada. Sabía que su madre no iba a poder hacer mucho ahora que su talismán está roto, pero tampoco imaginaba que fuese a darle tanta libertad. Creía que necesitaba ser salvado, sin embargo, estaba equivocado.

Mi principito puede salvarse a sí mismo, lo único que necesita es un poco de ayuda.

La cuestión no es solo escapar, no es seguir jugando a las escondidas con su madre eternamente. Seis meses han sido suficiente. Lo que queremos es que Donghae sea libre para siempre, sin nadie que lo persiga, sin necesitar cubrirse con un pañuelo para que no lo vean, sin tener que vivir en un reino protegido por nigromantes, sin miedo de que alguien entre por la ventana y le borre la memoria. Que pueda seguir practicando y mejorando sus habilidades con Siwon. Que enseñe a los chicos a leer.

Que se enamore.

No puede irse de la Academia. Tenemos que encontrar la forma de deshacernos de ella para que Donghae no deba preocuparse por nada ni por nadie cuando se marche. Pero para eso necesitamos investigar. Y una buena investigación se hace desde dentro, así que, aunque odie la idea de alejarme de él otra vez, no tengo más remedio que aceptarlo.

Si pudiera hacer magia, me infiltraría en el cuerpo de algún estudiante. Pero no sé y la poción multijugos solo cambia la forma del cuerpo, no sus capacidades. Me tendré que conformar con colarme en su habitación por las noches y marcharme antes de que salga el sol. Como hoy.

Miro hacia las velas encendidas y luego hacia la ventana. Me sorprende ver el cielo pintado de naranja. El amanecer.

—¡Principito! —le grito y lo sacudo para que despierte.

Él se queja, pero levanta la cabeza para mirarme con ojos entornados. Es tan adorable... No, no, no. ¡Ahora no, Hyukjae!

—¿Qué pasa?

—El sol —señalo.

—¿El sol? —sigue la dirección de mi dedo. En cuanto se da cuenta, abre los ojos de par en par y salta fuera de la cama— ¡Nos hemos dormido!

Me tira del brazo para levantarme y me empuja hacia la ventana. Él mismo se acuerda de que no puedo salir luciendo como un pirata que debería estar amnésico en el Norte, así que se detiene y comienza a rebuscar en mis bolsillos hasta dar con la botellita de poción multijugos.

—Bébetela —me la acerca a la boca—. No, espera —la aleja.

—¿Qué pasa?

—Dame un beso primero.

No me río porque no tengo tiempo. Hundo una mano en su pelo y me inclino para tomar su boca. Es profundo y lento, pero demasiado corto. No debería haberlo hecho. Ahora solo quiero mandar a la mierda nuestros planes y sacarlo de allí.

En busca de Talasa [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora