TREINTA Y CINCO

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HYUKJAE

Me llevo las manos a la cabeza con desesperación. El cielo está oscuro y ni siquiera con la magia de Siwon somos capaces de encontrarlo. ¿Adónde diablos le ha llevado ese portal? Si estaba tan nervioso como imagino, puede haber abierto uno a cualquier parte del mundo.

Espero que no. Deseo con todas mis fuerzas que no, porque entonces no podremos encontrarlo. No podremos ayudarlo si ese maldito elfo lo pone en peligro. Y yo necesito que esté sano y salvo. Me voy a volver loco si le ocurre algo. No puedo perderlo a él también. Sabía que iba a pasar algo parecido cuando descubrimos que era capaz de crear portales y ni siquiera he tenido tiempo para convencerme de que solo estaba paranoico.

—¡Joder! —gruño, dándole una patada a la puerta de la última habitación que he revisado. También está vacía.

—Tranquilo —Jungsoo me pone una mano en el hombro—. Antes de que te des cuenta estará con nosotros otra vez.

—Es Hae —agrega Kyuhyun—. Le habrá dado una paliza a ese elfo con sus superpoderes y ahora no será capaz de hacer un simple portal para volver a casa.

No puedo verlos a ninguno de lo dos, pero sé perfectamente quién está sonriendo y quién está poniendo los ojos en blanco. También sé que todos, incluso los que están buscando en otras partes de la Academia, se hallan tan frustrados como yo. Esos somos nosotros. La tripulación de la Luna Plateada. Los que siempre están buscando algo pero nunca lo encuentran.

Cuando terminamos de revisar todas las habitaciones, vamos a la biblioteca y nos unimos a Heechul y Ryeowook, que gritan "Donghae" a todo pulmón sin recibir respuesta. Allí tampoco hay rastro de mi principito.

En el bosque, Zhoumi y Youngwoon se vuelven locos registrando cada árbol, cada arbusto, cada madriguera. Cualquier hueco en el que pueda caber un chico de veinte años, bien porque esté escondido, bien porque esté inconsciente. Aprieto los puños y sacudo la cabeza.

—Toma —dice alguien, y doy un brinco porque pensaba que el único que podía percibirme era Donghae.

Sin embargo, Siwon aparece delante de mí con un frasco del tamaño de su meñique. Él es totalmente visible, así que, cuando me hace un gesto para que coja el frasco, no me opongo. Lo tomo con cuidado y me bebo el contenido.

—Es la poción para revertir el hechizo de invisibilidad —explica—. Será más fácil si podemos vernos entre nosotros.

—Ya...

—Toma —ahora me ofrece una botella de cristal—. Haz que todos beban del frasco. Yo seguiré buscando en el Norte, por si acaso.

—Está bien.

Dejo que se marche sin más. No tengo muchas ganas de hablar con nadie. Ni siquiera con los chicos. Solo los llamo para que beban y luego les explico lo que es y para qué sirven. Ellos creen lo mismo que Siwon, pero a mí me parece que da igual si nosotros nos vemos o no. Lo importante es que Donghae pueda encontrarnos.

Después de eso, nos unimos y pasamos toda la noche buscándolo en el bosque. Nos internamos en él más de lo que probablemente se haya internado cualquier hechicero, pero no vemos nada. Ni siquiera cuando sale el sol y la claridad nos permite analizar nuestro alrededor con mayor facilidad. Nada. Heechul aprieta la concha de su collar mientras aparta ramas con la otra mano, llena de tierra y de arañazos. Las mías están igual. Las de Jungsoo, las de Kyuhyun e incluso las de Siwon están igual. Todos estamos hechos una mierda cuando el último árbol aparece y llegamos a los pies de un pequeño volcán con forma de M.

—Es el Volcán de las Dos Puntas —nos informa Kibum.

—¿Y ahora qué? ¿Volvemos a la Academia? Porque no creo que Hae se haya metido en un volcán.

En busca de Talasa [EunHae +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora