❈•≪13. Cruda realidad≫•❈

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—¿Es tu cachorro?

HongJoong brincó en su asiento y cubrió la fotografía con ambas manos, su rostro se giró bruscamente y sus ojos se enfocaron en su compañero de trabajo. Quien se había sentado sobre su escritorio con absoluta comodidad mientras le miraba burlesco por conseguir sorprenderlo.

Si no le agradara como lo hacía, lo hubiera mandado de una patada directo al infierno.

Luego de largar una profunda exhalación, deslizó una mano por entre sus hebras oscuras.

—¿Qué?— el tipo de cabellera café se rió con brevedad de su confusión y estiró su brazo, con su dedo golpeteó tres veces sobre la imagen descubierta—. Oh, no, no. No tengo mascotas.

Él traía esa foto de Kkima encima, únicamente porque MinGi estaba en ella. En un segundo plano, pero allí estaba. No era la mejor foto que había tomado pero teniendo en cuenta la resistencia del noble, estaba satisfecho. Porque pese a lo complaciente que fue en su última salida, el día de la cena, se negó por largos y casi interminables minutos a ser retratado en una imagen y para la posterioridad.

Algo es algo, había escuchado a un humano decir tiempo atrás. Y concordaba, ahora podía hacerlo.

—Es un lindo cachorro.— concedió el contrario, un tono afable y una sonrisa en sus labios.

—Sí, lo es. Y una cosa interesada también.— replicó en un resoplido.

—¿No te gustan los perros?

—Las mascotas en general.— respondió tras considerar sus palabras con seriedad—. No veo qué tan funcionales serían en mi vida, aparte de como un suministro de respaldo.— explicó con sencillez, encogiéndose de hombros. Su indiferencia pareció asombrar al impropio—. Tampoco es que no me gusten, simplemente no me interesan, a menos que sea para tener un buen almuerzo.

—¿Le tomas fotos antes de bueno... tú, ya sabes... eso?

HongJoong se rió, genuinamente divertido—. ¿Suena tan espeluznante?— preguntó con diversión—. Una vez los dejas secos, no lucen igual. El cuerpo se comprime y pierde forma. Nada lindo.— aseguró con su nariz arrugada.

SeongHwa no supo qué decir, sus ojos se movieron con nerviosismo en los suyos, estaba en blanco. Su estupor le causó gracia. Incluso sus palpitaciones se dispararon y él pudo captar el momento preciso en el que lo hicieron.

¿Pero qué esperaba oír?, era un vampiro por todo lo sagrado del mundo. Su cuerpo se nutría de sangre, mayormente humana o de sus iguales. Pero también de otras pequeñas especies. Si alguien de los suyos tenía una "mascota" era como un suministro desesperado y alternativo. Canarios, conejos, perros, gatos, se los comían. ¿Qué era lo inconcebible allí?

«Humanos», pensó con irritación.

—Esta pequeña cosa de aquí es Kkima.— dijo sin una pizca de humor, mostrándole la foto antes de guardarla en su agenda—. MinGi lo cuida bien.— reconoció más para sí que para el contrario, todavía incrédulo de esto. El pura sangre no se veía como alguien de mascotas—. Va a cumplir un año pronto.

—¿MinGi es tu amigo?— preguntó el alto luego de haber carraspeado, lo que no sirvió de mucho, porque de todos modos su voz se proyectó inestable—. ¿Sabe que hablas así de su perro o que te lo quieres comer?

—En primer lugar, ya conociste a MinGi. Hace unos días.— musitó con sus cejas arrugadas a causa de su despiste. Su compañero de trabajo se apresuró en asentir de manera frenética luego de haber recordado.

—¿El alto, cierto?

—Sí, y él está al tanto de qué pienso. En segundo lugar— agregó con su dedo medio elevándose—, no me quiero comer a Kkima, me gusta vivir y prefiero seguir haciéndolo.

Bloodiest - [MinJoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora