Madison Lee o mayormente conocida como Maddie fue una chica que Clementine conoció mientras pasaba tiempo en Prescott.
Apesar de ser soñadora y alegre Clementine le enseñó a Maddie todo lo que sabía de supervivencia siendo separadas por la horda de...
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— ¿Madison...? — Clementine vio como la menor se acercaba a ella pero el arma apuntando directo a su cabeza y la bota aprisionándola contra el suelo le impedía el querer correr hacia Maddie y protegerla — ¿los conoces?
— Clem... yo
M i n u t o s a n t e s
Violet veía fijamente a la menor, intercalando miradas entre su rostro y su mano extendida. Solamente soltó un bufido molesto antes de darle la espalda por completo al trío.
— creo que debí haber tenido un poco más de tacto ¿no?
AJ y Clementine abrazaron a Madison, recibiéndola en su pequeño grupo. Ahora la gran pregunta era ¿Dónde MIERDA debían ir? Una opción era ir camino a "BLACK SHEEP" una pequeña comunidad donde Madison estuvo ocultándose por un tiempo, el único PERO es que, no sabía si el lugar seguía en pie.
No tenían mucho tiempo para pensar pues la noche estaba comenzando su pijamada, preocupando mayoritariamente a Clementine pues dormir a la mitad del bosque no era una buena idea, pero parecía ser su única opción hasta ahora.
Madison se acercó a uno de los tantos árboles subiendo por este como si fuera una lagartija — este parece firme — llegando fácilmente a una de las ramas altas
— ¿quiere que durmamos en un árbol? — AJ tiro suavemente de uno de los brazos de Clementine. Susurrando — ¿segura que esta cuerdia?
Luego de una corta risa Clementine se agachó a la altura de AJ — es cu-er-da y, no es tan extraño como parece, yo tenía una casa en el árbol cuando era más pequeña.
— ¡EN SERIO! — AJ alzó la voz por accidente y justo después se escuchó un fuerte disparo alertando a todos.
— ¿Maddie? —susurró Clementine perdiendo de vista a la rubia.
Las hojas, la hierva y el barro delataban aquellos pasos ajenos, permitiéndole a Clem ocultarse del hombre.
AJ lo reconoció de inmediato, era el mismo hombre de la estación de ferrocarril sintiendo su sangre hervir. Clementine se acercó atacando por la espalda pero fue intervenida por una mujer quien rápidamente la redujo, aprisionando su cuello entre el piso y su bota.
Madison vio todo desde lo alto, cubriendo su boca aun con su mano temblorosa para que no la escucharan. Sentía como su corazón iba a mil por hora por ver a Clementine en aquellos aprietos, pero su sangre se congeló cuando distinguió a la mujer.