Vives en mi oscuro pasado (Republicando)

III

-Dos semanas después-
-24 de enero-

Goku- ¿Estás listo? -preguntó recostado sobre el capo de su auto.-

Vegeta- Sí.

Respondió y subió al auto antes que Goku. Su primer y horrendo día de clases en una escuela de gente que no era de un orfanato.

Goku- ¿Estás nervioso?

Vegeta- No, solo... No había ido a una escuela hace mucho tiempo.

Goku- -sonrió.- Hoy es cuando. ¿Te va bien en la escuela? ¿O eres como yo que solo iba por ir?

Vegeta- Me va bien. Siempre tengo los mejores promedios.

Goku- Vaya. Que suerte los que tienen ese don.

-

Aparcó el auto dos cuadras antes de llegar a la institución. Abrió las ventanillas y quitó el seguro de la puerta.

Goku- Ya puedes bajar. -comentó y le miró como siempre, con la carita de lado y una risita pequeñita pero tierna.-

Vegeta- ¿Aquí?

Goku- Sí. ¿O es qué acaso quieres que un viejo te lleve a la puerta de la escuela? -Preguntó poniendo su dedo índice en su mentón-

Vegeta- No. Ni de broma.

Goku- -soltó una risita- Vendré a recogerte. Pero si irás a otro lado me llamas para no esperar toda la tarde.

Vegeta- -asintio y bajo- Adiós.

Goku- Adiós. Espero que te vaya bien. -comentó y le vio irse.

Caminó algo rápido, no volteó a ver a Goku pero sentía su mirada detrás de él.
Enfrente de la escuela miró a todos los demás en grupos donde claramente ya se conocían. Se incomodó demasiado, y no por el hecho anterior sino que, había demasiada gente.

Sonó el timbre, ni él supo cómo carajos llegó a la clase que le correspondía.

Satán- Oh, buenos días Joven Ouji. -Saludó con su voz relajada al ver entrar al peli-flama de último.-

Vegeta- Buenos días.

Satán- Jóvenes. -llamó la atención a los demás-
Él es Vegeta Ouji, un nuevo estudiante de la escuela. Espero lo reciban con los brazos abiertos. -Dijo y tocó el hombro del menor.- ¿Quisiera presentarse?

Vegeta- No. -dijo de un golpe y se cruzó de brazos-

Satán- Pero, quizá algunos de tus nuevos compañeros quieran saber algo de ti.

Vegeta- No lo creo.

Satán- Bueno, entonces toma asiento. -Pidió sorprendido por las tan cortantes respuestas del peli-flama-

Pasó con sus manos entre los bolsillos de su pantalón e ignoró a todos. Se sentó en el escritorio que le habían dejado y fijó su vista hacia el frente.
Sentía la mirada de la mitad de la clase. Pero sentía como puñaladas en el cuello las dos miradas de dos chicas detrás de él.