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Antes de conocer a Type, los días de Tharn eran monótonos y sin sentido, esto cambió una vez que se encontró con el moreno, ahora su vida se había vuelto más ajetreada y llena de preocupaciones.

No es que se estuviera quejando, desde que se enteró que era un alfa dedicó gran parte de su tiempo a entrenar para poder proteger a su omega de cualquier peligro, pero era evidente que Type no necesitaba ese tipo de cuidados; de haber sabido que su omega sería tan "especial" le hubiera dedicado menos tiempo a su cuerpo y más a estudiar sobre los distintos géneros y buscar información sobre los destinados.

Sabía perfectamente que si alguien como la doctora Preeda que había dedicado toda su carrera a investigar casos extraños como el de Type no tenía las respuestas, no había nada que un simple estudiante universitario como él pudiera hacer, aun así, quería esforzarse, le costaba quedarse con los brazos cruzados, sobre todo cuando es de su omega de quien estamos hablando.

La primera tarea que se dio fue la de tratar de descifrar el ciclo tan extraño de celo que tenía el moreno, algo que no era nada sencillo. Tan solo el primer mes que pasó desde que descubrió que era un omega, Type había entrado en celo tres veces, sin contar que las primeras dos fueron días seguidos.

Por más que lo pensó, no había nada que le ayude a predecir cuándo tendrá su siguiente celo, lo único con lo que se podía tranquilizar era que al parecer solo ocurría en su presencia.

Con esto en mente solo pudo continuar aferrándose a su antiguo plan de mantener supresores para alfa por todo el cuarto, disponibles para cuando los necesitase.

A pesar de que Type había dado algo parecido a su consentimiento para que tuvieran relaciones sexuales, para el castaño no era suficiente, no podía pretender que no sabía que solo lo dijo porque no tenía control sobre su propio cuerpo. Es por eso por lo que siguió intentando evitarlo, aunque no fuera tan fácil.

Después de pensarlo mucho tuvo una idea que quizás podría funcionar y decidió intentarlo en el próximo celo del moreno, que por supuesto no tardó en llegar.

Estaba dormido en su cama cuando sintió el peso de otro cuerpo sentarse sobre sus caderas, entonces, sin perder más tiempo, tomó dos de sus supresores inyectando uno primero en la pierna del omega para posteriormente usar el otro él.

— ¡¿Qué demonios me pusiste?! —gritó el omega al sentir cómo su cuerpo comenzaba a adormecerse.

— Tranquilo, vas a estar bien —respondió mientras acariciaba su espalda para calmarlo, hasta que sintió que se quedó dormido.

Si bien se sentía aliviado de que por primera vez su plan haya funcionado, era consciente de que no podría hacerlo siempre. Los supresores de alfa no estaban contraindicados en omegas, pero tampoco era aconsejable usarlos tan seguido.

Lo que no contaba es que no dependía de él la decisión de volver a hacerlo o no. Esto lo supo pocos días después cuando Type tuvo su celo otra vez.

Nuevamente se despertó por la presión que sentía en su cuerpo y se apresuró a buscar sus supresores, pero no encontró nada.

— Los tiré —dijo el moreno al ver cómo el alfa buscaba con desesperación debajo de su almohada.

— ¡Solo el mío! —fue lo primero que salió de su boca mientras temblaba aterrado, las feromonas del omega ya estaban provocando un caos en su interior—. Déjame ponerme solo el mío, no te pondré nada, te lo prometo.

Afortunadamente el moreno accedió a cumplir su súplica y liberó el cuerpo del alfa para que pudiera ir en busca de otro supresor.

Después de lo ocurrido, Tharn no podía vivir con el miedo de que un día no le permitiera usar sus supresores así que la segunda tarea que se dio fue tratar de entender por qué le pasaba eso con las feromonas de su omega.

Mi alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora