Capítulo 6. Sentimientos encontrados.

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Gohan miraba el reloj con ansia. Eran las 12:30 y Videl no llegaba. La desesperación se adueñaba de su alma y su espíritu, podía notar como un enorme terror corría por sus nervios en un intento de advertencia del peligro.

-Vamos Gohan, no puedes pensar que ese sueño era premonitorio, ¿verdad? Serás estúpidos jajaja – reía el joven saiyan solo en un intento de tranquilizarse

En ese momento recordó que tiene la capacidad de rastrear el ki de la gente. El ki de Videl era muy pequeño, apenas llevaba a 90 unidades de poder pero Gohan conocía este poder y si se concentraba sería capaz de localizar la ubicación de la chica. El guerrero cerró los ojos en un intento de serenarse, solo un alma tranquila podía percibir el poder de los demás. Los primeros ki que percibió fueron los de sus amigos ya que eran descomunales, los de Goku, Vegeta, los niños y Buu eran los que más se notaban junto al de Piccolo. Un poco más tenue percibía el de Krilin, Ten Shin Han y Yamcha. Tenía que concentrarse más, debía estar en esta ciudad, el ki más fuerte de los alrededores debía ser el de Videl.

No le fue fácil pero al cabo de unos minutos percibió un pequeño ki apenas perceptible. Abrió los ojos al instante cuando notó que ese ki estaba junto a él y cuando notó como le tocaban el brazo.

-Siento mucho mucho el retraso, Gohan. – dijo Videl mirándolo con cara suplicante – Tuve un problema de última hora, mi padre se pone muy cabezón cuando no sabe dónde voy y me ha tenido retenida hasta que le he dicho que venía contigo.

- No te preocupes, Videl – dijo Gohan mirándola compasivo. Era cierto que Mr. Satán nunca le había tratado bien, no porque fuera mala persona, sino porque era el chico que había robado el corazón de su pequeña. Todo padre con hija única tiende a ser muy sobreprotector.

Gohan se quedó observándola, se había vestido muy diferente a su estilo. Había dejado a un lado toda su ropa típica de lucha y ahora se había puesto una falda estrecha que le quedaba por encima de las rodillas, ni muy corta ni muy larga, una camiseta de manga corta que le quedaba ajustada de tal manera que permitía ver la figura de la chica. Gohan se quedó boquiabierto, nunca había visto a la chica tan... femenina.

- He pensado que podríamos ir al centro comercial a dar un paseo y tomarnos algo refrescante, hace un calor horrible últimamente. – propuso Videl recibiendo el asentimiento de Gohan que salió de su estado de shock.

Era cierto, la región estaba sufriendo una ola de calor que ponía los termómetros a 40 grados con facilidad a pleno día. No era buena idea quedarse a pleno sol mucho tiempo si no se quería evitar una insolación.

Los jóvenes entraron en el centro comercial frente a ellos. Estaba muy animado, mucha gente iba arriba y abajo con bolsas, entrando en tiendas, sentadas en los distintos puestos que había por el recinto, etc. Pasearon viendo los escaparates y los distintos negocios que iban encontrando. Se detuvieron en una tienda dedicada a las artes marciales donde Videl compró unos guantes nuevos, los suyos estaban destrozados después de la pelea con Spopovich. Tras un paseo se detuvieron en un puesto de comida rápida llamado McRonald donde pidieron unas hamburguesas para almorzar, bueno, Gohan pidió cuatro, el apetito saiyan es un poco impresionante.

-¿Sabes qué? Puede que estar hamburguesas sean la comida más poco saludable del planeta, pero he de admitir que están deliciosas – comentó Videl tras darle un bocado - ¿Crees que tendrás suficiente con cuatro?

-Ya me ha mirado muy raro el dependiente cuando le he pedido tal cantidad, no voy a volver a por cuatro más – dijo Gohan riendo

-Es extraño, sois una raza muy extraña, tenéis unos gustos extraños. Bueno, Gohan, no puedo evitar preguntarte, conozco tu vida desde antes de Buu, pero estoy segura que tus aventuras no empezaron hace tan solo cuatro meses, ¿verdad? – preguntó Videl

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora