Aquel día las estrellas no estaban, era muy de noche y la pequeña estaba afuera de su casa, escondida en un callejón esperando a que su mamá terminará de trabajar. Era la tercera vez que salía esa semana a las calles por la noche, pero era necesario, mamá debía de trabajar hasta tarde y eso la pequeña lo sabía. Miró el cielo recordando lo que había pasado minutos antes de estar ahí...
—Mi niña, perdóname, llegaron de imprevisto. Ve a esconderte dónde siempre, en cuanto se vayan te llamaré — murmuró en un tono triste la mama de la niña, una joven no tan mayor.
—No te preocupes mami — la chica se tenso al escuchar esas palabras venir de la pequeña. Algo dentro de ella se contrajo y millones de recuerdos del porque no podía querer totalmente a la pequeña le llegaron a ella, suspiró al sentirse una escoria por odiar a alguien que la amaba con toda su alma.
La pequeña era tan noble y tan pura que siempre decía entenderla a pesar de ser algo pequeña para eso, la vida había hecho madurar a esa niña por obligación.
—Caulquier cosa me llamas, peleare para defenderte si te llegan a hacer algo que no quieres — murmuró la pequeña, sin más dió medía vuelta y procurando ser muy silenciosa empezó caminar hacia la puerta trasera de la casa solo escuchando detrás de ella un...
—Tranquila mi amor, se defenderme, con cuidado y recuerda lo que has aprendido— susurró en voz baja para que los tipos de la sala no se enterarán que ella no se encontraba sola en aquél sitio. Ella sabía porque su mamá la sacaba de la casa, esos hombres no eran de fiar y podrían hacerle daño así que se evitaban el mal rato porque claro, la niña desde muy pequeña tomaba clases de diferentes artes marciales por lo mismo.
Así que sin más se fue al callejón que estaba detrás de su casa a sentarse entre las bolsas de basura esperando que nadie la viera por ahí. En su cabeza solo rodaba una preocupación por su madre, no sabría que hacer si algo le pasaba a su adorada mamá.
Hacía frío y la pequeña lamentaba no haber traído un suéter consigo, trataba de abrazarse a si misma para no perder el calor que tenía pero sus pensamientos se vieron dispersos cuando escuchó a varios hombres riendo y caminando muy cerca de donde estaba. Sintió un terrible golpeteo en su corazón apoderarse de ella, sin pensarlo mucho se apretó contra la pared como si quisiera hundirse en ella para hacer más imposible el que la visualizaran. No mentiría, sentía mucho miedo, se sentía muy indefensa y sobre todo sola. Su mamá había tenido que contarle sobre qué tan crueles podían llegar a ser las personas, la falta de empatía, la falta de amor que había en el mundo y realmente la niña no entendía el porque.
Las pisadas pasaron y se comenzaron a alejar, la niña suspiró aliviada pero ese alivió no le duró mucho.
—Eh cabron, deja voy a mea... — su hablar se vio interrumpido por lo inevitable, había visto a la castaña. La niña lo miro con los ojos abiertos, llenos de preocupación, no se veía de fiar, nadie era de fiar así que sabía que estaba en problemas—A que no creerán lo que encontré, una mocosa está escondida entre la basura — de la cara del hombre se asomó una sonrisa maliciosa que hizo que la niña temblara de miedo. Sus manos comenzaron a sudar, sentía una sensación rara recorrer todo su cuerpo.
—¿Eh? ¿Una niña? — preguntó otro acercándose, sin demora la pequeña se paró en frente de los dos tipos y se puso alerta de cualquier movimiento de parte de ellos. En su dojo le habían enseñado que no debía de bajar la guardia en esos casos —Vaya ¡Sí que lo es! Ey pequeña ¿No sabes que estar sola en la noche es peligroso? — murmuró él gordo barriendola con la mirada de una forma que hizo que un escalofrío recorriera su columna. En su hablar se podía decir que estaba bajo los efectos del alcohol, lo sabía porque el mismo tono de voz lo escuchaban a veces en los hombres que llegaban a casa con mamá en las noches.
—Vayanse — murmuró ella sin saber realmente que hacer
—¿Que nos vayamos? Esta bien, pero irás con nosotros — e inmediatamente los dos se le abalanzaron sin darle oportunidad de defenderse, la tomaron por las manos y pies. La castaña se sangoloteaba sin hacer ruido ya que no quería que su mamá escuchará y se preocupara, los tipos al ver qué el agarre estaba siendo difícil la arrojaron en contra de la pared ya afuera del callejón. La pequeña impacto contra el muro y el dolor hizo que sus ojos se llenaran de lágrimas, era imposible, no había empezado y ya había perdido gracias a qué era presa del pánico.
Aún más personas estaban ahí afuera y veían sin ningún tipo de asombro la escena, parecía que era bastante común el violentar la paz de personas en las calles.
La vista de la niña lampareo, se había pegado muy fuerte en la cabeza ya que le daban punzadas en la área afectada. Su respiración comenzó a sonar, no podría y ella lo sabía ¿Que me harían? ¿Cuáles eran sus planes? ¿Acaso todo ya estaba perdido? El gordo se comenzó a acercar alarmando a la niña quien otra vez se apoyo contra la pared, sus ojos se llenaron nuevamente de lágrimas
—No me t-toques — murmuró de nuevo haciendo qué soltará una sonrisa carcajada
—Que no la toquemos dice ¿Que opinan muchachos? No me parece que eso es lo que vaya a hacer — comenzó a agacharse pero antes de que siquiera se acercará mucho alguien los distrajo
—Eres repugnante — una voz ajena a las qué había escuchado se presentó, todos miraron de dónde venía pero antes que nada alguien salto encima de la persona que trataba tocar a la castaña. Ella sin captar aún lo que pasaba se puso de pie, su corazón latía a mil por hora, de alguna manera comenzaba a sentir la adrenalina subir por su cuerpo.
Un niño de cabello rubio y una paleta en la boca estaba parado ahí, mirándola fijamente, este la examinó de arriba a abajo jugando con la paleta en su boca y después solo sonrió un poco.
—Sera mejor que corramos — Escuchó su voz y algo dentro de ella hizo clic al mismo tiempo que veía que el rubio se había estremecido, pero en eso el otro sujeto que estaba con el gordo se le abalanzó, ella no iba a dejar que le hicieran daño a aquel niño que había evitado que le hicieran no se que cosa.
Se paro y después de estar recordando muchas de sus incontables clases atino a reaccionar picandole los ojos y lanzarle una patada a la cara haciendo que se fuera hacía atrás. El rubio la miró serio pero en sus ojos había un destello que no sabía comprender, no supo cuando pero empezaron a correr con unos cuántos detras de ellos, tampoco supo cómo fue que todos estaban en el suelo mientras que ella sangraba de la nariz, del labio y el rubio yacía sin ningún rasguño.
Ella después de mirarlo a los ojos sentía qué conocía al niño desde hace mucho tiempo y no sabía el porque ya que nunca en su vida lo había visto antes.
—¿Cómo te llamas? — preguntó la niña curiosa hablando por primera vez, ya no tenía miedo si no que ahora solo había mucha curiosidad. No sé le daban las amistades, no fue de las personas que le gustará estar con otras personas y por ello aquel rubio le causaba curiosidad, porque sentía que algo de el la llamaba.
—Dime Mikey ¿Y tú? ¿Como te llamas?— respondio Mikey bajandose del cuerpo en dónde estaba parado
—Amber — murmuró una vez que lo tuvo en frente, otra vez había quedado perdida en aquellos ojos obscuros.
— Amb — Habló el pequeño de primaria, la niña se desconcerto.
—¿Amb? — preguntó la pequeña castaña y Mikey asintió con una sonrisa
—Me gusta como peleas ¿Dónde aprendiste? Tu técnica es genial. Quiero que seamos amigos — la castaña sonrió, aquella pequeña tenía una corazonada que me decía que no iba a estar sola de nuevo, que todo iba a ser mejor desde esa noche. Su corazón dio un vuelco y se ánimo al saber que después de estar toda su vida sola por fin sabría lo que era tener un amigo.
El momento se interrumpió por el quejido de alguien detrás de ellos, estaban retomando conciencia así que sin más comenzaron a correr riendo.
Ese día daría inicio otro lazo más que inquebrantable de Mikey, ese día conoció a Amber Kazaru, su (muy probablemente) alma gemela.
Continuación próximamente...
Espero y les guste, los capítulos se comenzarán a publicar una vez que hayan visualizaciones o votos de al menos 5 personas. Espero que les guste mi trabajo y lo que implica, muchas gracias de ante mano y nos leemos pronto <3
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|Tokyo revengers| La Reina De La ToMan
FanficVamos, dame una oportunidad, se que quieres 👉👈 -Amb - Habló el pequeño niño rubio, parecía de primaria y claramente no parecía inmutarse ente los cuerpos inertes detrás suyo. -¿Amb? - preguntó la pequeña castaña confundida quién también tenía al s...