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Amber Kazaru

—Oye, Mikey ¿Sabías que vamos en la misma escuela? — hable emocionada en cuanto lo vi en el mismo parque de siempre después de clases. Habían pasado 6 días aunque la pronta amistad parecía qué venía desde hace años.

—¡Increíble! Podemos ir juntos ¿Te parece, amb? Pasa por mi — respondió Mikey emocionado causando que mi corazón diera un vuelco enorme, nadie nunca había demostrado que disfrutaba de mi compañía y era muy agradable que alguien lo hiciera. No sabía lo que me pasaba, de verdad nunca había sido de querer estar mucho con alguien pero con Sano me era inevitable.

—Claro, paso por ti — sonreí pero después pensé y se me ocurrió preguntar algo apenada — Mmm Mikey ¿Dónde vives? — el quedó serio por unos segundos, después se puso a pensar para finalmente regresar a esa sonrisa tan de el

—Vamos a mi casa, te enseño donde es — y sin más fuimos hacia el lugar dónde residía entre platicas y juegos.

—¿Entonces estás diciendo que entrenas artes marciales? — Preguntó y yo asenti sin más

—Soy cinturón azul en karate, domino el aikido y el método keysi pero aún no se cómo utilizar mis conocimientos en peleas informarles, supongo que necesito práctica— me apene — también estoy empezando con el Muay Thai y mi entrenador me dijo que era importante que estudiará el cuerpo humano, no tengo ni idea de lo que aprenderé después — y otra vez en sus ojos se dio un destello de pura admiración

—Pero ese es mucho trabajo por hacer, yo solo practique karate por el dojo de mi abuelo — se quejó y yo solo me límite a mirar brevemente a los pájaros que volaban —¿Y te gusta?

—Creo que gracias a ello no me he vuelto loca, en casa estoy la mayoría del tiempo sola y por eso tengo mucho tiempo libre así que no es molestia. Seguramente eres un genio, peleas también muy bien — le quite importancia a lo mío y le mandé toda la atención a el

— cuando tengas un torneo dime, iré a verte — hablo y sonreí sin evitarlo, si el iba sería el primero que fuera en todo lo que llevaba entrenando.

Sin esperar lo abrace sin poder contener el sentimiento de felicidad tan grande que me había dado escucharlo, al no haber previo aviso casi caemos al suelo pero después de poder mantenernos de pie soltamos una sonora carcajada. La casa de Mikey al mi parecer era muy agradable, me gustaba como se miraba ya que se veía como un hogar. El dojo de su abuelo desde luego estaba también ahí, era espaciosa y linda.

Entramos y me dió unas sandalias que me quedaban considerablemente grandes para poder quitarme los tenis

—Llegue a casa — habló para enseguida escuchar pasos aproximándose

—Bienvenido, hermano — una pequeña de no tanta diferencia de edad salió a recibirlo y por un momento sentí un poco de envidia, sentimiento que retiré rápidamente, realmente me alegraba que el si tuviera quien lo recibiera —Ah ¿Quién es ella? — preguntó curiosa al verme

—Amb, una amiga — y en cuanto habló se acercó a mi abrazándome cosa que me desconcerto algo

—¿Quieres ser mi amiga? Me llamo emma, un gusto Amb-chan — sonreí un poco nerviosa

—Un gusto emma-chan, soy Amber, seamos amigas — y al pronunciar lo último la pequeña sonrió. De verdad que la familia Sano era encantadora.

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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