La Marca ~HyunLix Omegavers~

×4×

Lix se levantó bien empezó a sonar su despertador. Había dormido como un bebé.

Recogió las cosas, por si el imbécil quería usar la ducha más tarde, y las acomodo en una silla que por alguna razón estaba en el baño, se aseo bien. Abrió la puerta con sigilo, solo unos centímetros pero está cedió por un peso contra ella dejando ver a Hyunjin quien por el golpe que se dio con el piso el ruido de la puerta contra la pared se despertó quejándose.

Felix no se detuvo, salió rápido de allí a buscar sus prendas para ese día. Obviamente suponiendo que si se quejaba y maldecía era porque el alto estaba bien.

Hyunjin se acercó a él llamando pero el volvió a encerrarse en la baño para cambiarse de ropa. Cuando estuvo listo con su bolso ordenado y listo para salir se aventuro a pegar su oreja a la puerta. No se escuchaba nada allí fuera. Salió encontrando la habitación a solas y luego tomo aire preparándose para correr a la salida.

Se acercó sigilosamente a la puerta y observó, el desayuno estaba servido en la mesa pero Hyunjin no estaba por ningún lado, salió de la habitación y luego corrió a la puerta sin importarle azotarla al salir.

No quería verlo ni hablar con él. No necesitaba hacerlo.

Era un alfa como todos los demás. Usando omegas y descartandolos, no importandoles nada que no sea ellos mismo realmente. Trataría de persuadir a su padre de que no lo obligara a casarse y suplicarle a La Luna porque aquella marca desapareciera o algún alfa decente, si es que quedaba alguno en esa mísera tierra que no fuera Chan, se enamorara de él y mordiera sobre esa marca para romper el lazo con Hwang.

Y con ese pensamiento un pequeño dolor lo invadió. Era su omega quejándose de que fuera así con su alfa.

— A la mierda con ese alfa.— gruñó él entrando al bar de Chan. Haría su turno y recién iría a clases por la tarde.

— Hey, Felix.— saludo Chan desde el mostrador.

— Jefecito, ya me cambio y estaré listo para la acción.— dijo adentrándose a los vestuarios cuando terminó de cambiarse salió y había un pedido en una mesa pero no había nadie en ella.

Chan lo tomo de los hombros y lo obligó a tomar asiento allí.

— Desayuna.— le dijo firme, como un padre regañando a su hijo.

— Pero no tengo hambre.

— El desayuno es el alimento más importate del día.— recalcó el pálido.— Aparte fue un pedido especial.

Miro bien el plato. Waffles con chocolate y fruta con un licuado enorme de frutillas.

— Dame solo un café.— pidió él alejando aquel plato tenía sospecha de quién se lo pidió.

— Vas a comer todo eso y hasta que no termines no te levantas de la mesa, Lee Felix.

— Pe-pero ya tenemos que abrir.

— Entonces más te vale que desayunes rápido.

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En el horario del almuerzo Chan también lo obligó a sentarse y comer bien una comida que él no había pedido.

Maldito Hwang Hyunjin que no dejaba de obligarlo a hacer cosas que él no quería ni necesitaba.

Y de nuevo allí, ese dolor punzante que su omega le provocaban por maldecir al alfa de pacotilla que lo marcó.

Llego a la universidad justo a tiempo para ir a comprar un café y buscar un lugar en el aula.