- Capitulo 1 -

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Tiempo atrás...

Los pasos de ir y venir en la habitación amartillaban mi cabeza. Hoy era el día...Un escalofrió recorrió mi espalda. A partir de este punto no habría retorno. Un suspiro salió de mí y desvié la vista del cerezo del jardín hacia el reflejo del espejo. Si bien siempre lucía un maquillaje impecable, hoy este lucia aún más producido que nunca. La idea de usar maquillaje en exceso nunca me agrado tanto, no me gustaba que fijaran la vista en mí. Una botellita frente a mí me recordaron el porque. Un estrepitoso ruido me trajo de nuevo a la realidad.

-Niña deberías tener más cuidado-Dijo la ama de llaves levemente alterada, fijando su vista en la muchacha y señalando los restos del florero roto. La muchacha empezó a temblar, haciendo que su pequeña figura se hiciera un poco más resaltante en la habitación. Pude distinguir que esta era pequeña no solo en tamaño, sino también en edad. Su rasgos no la hacían lucir de más de 17 años. Cuando su rostro se fijó en mi lo bajo inmediatamente en señal de respeto y empezó a jugar con sus dedos nerviosamente.

-Pe...perdone señorita...-Dijo tartamudeando- Disculpe mi torpeza-Dijo nuevamente dirigiendo su vista a mí nuevamente .Si, si era solo una niña, claramente había una pequeña diferencia de edad entre ambas.

-¡Niña insolente!-Grito la ama de llaves, para luego escucharse un ruido seco en la habitación que hizo que todas las asistentes detuvieran lo que estaban haciendo. Logrando que yo quedara anonadada ante tal reacción.- ¿Cómo te atreves a hablarle directamente a la señorita, siendo tu quien eres?- Dijo nuevamente alzando su mano, con la intención de abofetearla nuevamente.

-Suficiente-Dije acercándome al centro de la habitación, donde el florero se había roto y las rosas estaban esparcidas en el suelo con un poco de agua salpicada en la alfombra y el piso de madera-¿Qué sucede aquí?-Pregunte poniéndome a la altura de la jovencita, observando como su mejilla iba adquiriendo un tono rojo.

-Disculpe usted, señorita...- Dijo la mujer haciendo una leve reverencia-Todo es culpa de esta niña novata-Dijo señalando a la persona a mi lado-La torpe un no sabe cómo comportarse en un lugar como este -Dijo frunciendo el ceño a la jovencita.

-¿Y usted cree que golpeándola le facilitará el aprender? -Pregunte fijando mi vista en la mujer y frunciendo mi ceño levemente.

-No es eso mi señorita, es solo que...-Empezó a decir tartamudeando-Yo...

-¿Que sucede aquí?-La voz inconfundible de mi madre se oyó en la habitación-¿Qué es todo este alboroto?-Continuo acercándose a mi lado y fijando su vista en el pequeño desastre que había ocasionado el accidente del florero-Limpien esto inmediatamente, los invitados ya están aquí –Finalizó, para luego verme y examinar mi apariencia-Retócate el maquillaje y póntelos de una vez, dijo haciendo un gesto en dirección al tocador de mi habitación, entendiendo a lo que se refería.

-Inmediatamente mi señora-Dijo la ama de llaves, llevándose a la muchacha.

-Lea, obedece ahora-Dijo tomándome del brazo y haciendo que me siente en el tocador, abriendo las botellitas y extrayendo de este las lentillas.-Póntelas-Dijo autoritariamente.

Tome las lentillas y me las puse inmediatamente, el leve dolor que alguna vez sentí cuando empezaba recién su uso muchos años antes, ahora era inexistente. Lo que ahora me ayudaba en la practicidad al ponérmelas-Listo- Dijo al terminar de poniéndomelas y fijando mi vista de nuevo en mi madre.

-Muy bien, Ahora solo retoca tu maquillaje y baja. Y no demores, no queremos hacer esperar a los invitados -Dijo finalizando, retirándose de mi habitación y cerrando las puertas detrás de ella.

-Señorita? Me permite?-Dijo otra asistente acercando un poco de polvo hacia mí.

-Claro-Le respondí, posicionándome bien en la silla y observando el retoque que estaba haciéndome-Gracias-le dije una vez término.

La mencionada se sorprendió por mi respuesta e inclino la cabeza velozmente. No me resultaba extraño que reaccionara así, después de todo mi familia no era conocía por su educación y agradecer a las demás personas y mucho menos a la servidumbre.

Me levante y arregle el vestido que traía puesto, ni siquiera mi opinión valía para elegir lo que quería ponerme. Solté un suspiro más y fije mi vista en las puertas, una asistente las abrió rápidamente y me encamine hacia mi destino, jamás se me había hecho tan corto el trayecto de mi habitación hacia la sala, la cual se encontraba en el primer nivel. Una vez puse un pie en las escaleras, pude ver a mi madre hablando anímicamente con dos hombres, estos se encontraban de espaldas, por lo que no podían verme aun. Mi madre fijo su vista en mí y rápidamente hablo.

-Cariño, acércate tenemos visitas - Dijo con sorpresa, como si este encuentro no hubiera sido planeado con antelación por semanas.

Vi como ambos hombre se iban a girar a verme, por lo que apresure el paso y baje las escaleras, fijando mi vista al frente. Controlando mi respiración y dándome valentía por lo siguiente que iba a pasar. Una vez bajado el último escalón fije mi vista a las tres personas que estaban frente a mi, di un último suspiro y me encamine al tan gloriosos encuentro.

-Cariño-dijo mi madre jalándome del brazo sutilmente y posicionándome a su lado-Te presento a los Banner. - Dijo haciendo un gesto delicado con su mano derecha.

Fije mi vista en los nombrados y quede asombrada. Ambos hombres tenían un parecido ridículo, si no fuera por el hecho que uno de ellos ya llevaba algunos cabellos blancos en su cabellera hubiera pensado que eran hermanos. Ambos hombre tenían el cabello negro azabache, nunca pensé que una persona podría poseer un tono tan intenso de ese color, lo que involuntariamente ocasionaba un espectacular contraste con su tez, la cual era blanca y hacían resaltar aún más los hermosos ojos verdes zafiros. Mi vista se fijo de inmediato al más joven, el cual me miraba con detenimiento , sobre todo a los ojos ladeando un poco la cabeza, como queriendo ver algo mas. Cuando nuestras miradas se cruzaron, quede totalmente expuesta a él. El hombre simplemente ladeo su cabeza una última, frunciendo el ceño levemente, para luego dirigir su vista al mayor, el cual dijo algo y el respondió con un sentimiento de cabeza.

-Cariño... cariño-Un leve toque en mi codo por parte de mi madre me trajo a la realidad.

-Disculpa?-Dije fijando mi vista en ella.

-Parece que te perdimos un momento-Dijo ella sonriendo y mirando al mas joven de los hombres. Haciendo que nuevamente mi vista se fijara en este, pero ya no por mas tiempo del necesario.-El señor Banner se disculpaba porque su sobrino no pudo venir, al parecer un infortunio en su trabajo impidió que nos acompañara el dia de hoy-Dijo mirándome expectante.

-Entiendo-Dije mirando al mayor, haciendo un esfuerzo por no mirar al menor, el cual podía sentir su vista fija en mí.- Es un gusto conocerlo finalmente señor Banner-Dije sutilmente, el mayor se acercó a mí y tomando mi nano derecha beso el dorso de esta, dejándome sorprendida-El gusto es mío- Dijo el hombre, en un tono cortes-Mi nombre es Dominic Banner y este-Dijo señalando al menor - Es Anthony Banner, mi otro sobrino.- Finalizó soltando mi mano, el nombrado solo hizo una leve inclinación y de nuevo fijo su vista en mis ojos expectante .Lo que me incómodo y desvié la vista de él.

La tarde transcurrió un poco intranquila, luego de las presentaciones nos dirigimos al comedor y la charla se hizo más amena. Al menos para los dos mayores, si había algo en lo que no podía estar en desacuerdo era el hecho de decir que mi madre era una espectacular anfitriona. Ella podía entablar una conversación interesante con cualquiera y de manera espontánea, involucrando una gran variedad de temas sin ningún esfuerzo. El don de la palabra, como los más allegados resaltaban como característica principal de ella. Mi participación en la conversación era escaza, y era solo cuando el señor Banner me involucraba en esta. Lo cual agradecía mucho, considerando que por al menos escasos segundos podía sentir que la vista del otro Banner ya no estaba en mí. Por alguna extraña razón me sentía intimidada por este. Su silencio en la cena me inquietaba aún más, y cuando desviaba mi vista hacia él podía ver cómo me observaba inquisitoriamente, como si intentara ver algo dentro de mí. Inquietándome en sobre manera, y haciendo que por el resto de la cena solo intentara ver hacia cualquier otra dirección, excepto la suya.

Vinculo InquebrantableWhere stories live. Discover now