Un Tutor Caballeroso

Prólogo

—¡La sangre es vida!

Tras ese grito, el hombre apuñaló a la mujer que estaba acostada salpicando la sangre sobre la máscara de piedra que llevaba puesto.

La sangre fresca de la mujer... absorbida por la máscara... y cobrará vida para conceder sus deseos...

Y las garras de hueso sobresalieron de la máscara clavándose en su cabeza pero en lugar de morir consiguió lo que quería... ¡la vida eterna! La multitud empezó a celebrar el logro de su campeón para que este eligiera a alguien para volverse parte de su ser y energía vital.

Y entonces clavó sus dedos en su cuello y empezó a absorber su sangre y su esencia... la máscara le había dado poderes inimaginables... lo que quedó de aquel hombre no fue nada más que un cascarón vacío el cual fue estrellado en la base del altar del ritual.

Todos ahora adoraban a su nuevo jefe...

En el centro de México, existió desde el siglo XII hasta el XVI una tribu poderosa y desafiante... una cultura conocida por sus aterradores y sanguinarios rituales donde realizaban sacrificios y canibalismo... también conocida como la civilización Azteca, la gente del Sol...

Y entre ellos había un clan que pretendía dominar al mundo con el poder de la máscara de piedra... una máscara que ofrecía más que poder... ofrecía la inmortalidad.

Pero este clan repentinamente desapareció de la historia dejando tras de sí únicamente ruinas... ¿Por qué? ¿adónde fueron? ¿Cuál es el secreto que oculta la máscara?

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Un accidente de auto en una noche tormentosa... eso fue lo que el hombre vio... saliendo con una camarera de un bar para tener sexo a pesar de estar casado... era una limusina y había caído por un pequeño barranco... cuando se acercaron a revisar vieron al chofer muerto... había tenido un horrible destino sin duda...

Una de las puertas de la limusina estaba abierta... y un hombre estaba inconsciente ahí, llevaba un lujoso traje y un anillo de bodas bastante caro... definitivamente eran ricos... su cara le era conocida pero no recordaba de donde... dentro del auto se escuchaba el llanto de un bebé...

La camarera revisó dentro y vio como una mujer estaba muerta... naturalmente debía ser la esposa de aquel hombre inconsciente... el bebé seguía vivo, ella había dado su vida para salvar a su hijo...

—¿Un bebé? ¿¡Y a quién le importa el bebé!?—exclamó el tipo mientras le quitaba el anillo al hombre además de haberle quitado la billetera hace poco.

—Espera, ¿qué estás haciendo?—preguntó la mujer.

—¡Idiota! ¿Acaso no es obvio? Estoy tomando las cosas de valor, después de todo la desgracia del rico es la bendición del pobre. ¡Definitivamente este es mi día de suerte!

El hombre notó algo... un maletín al lado de su víctima... lo abrió y solo había una extraña máscara de piedra... no le servía de nada... volvió a cerrar el maletín y lo tiró a un lado... Había revisado los dientes del hombre adinerado y tenía una dentadura perfecta además de algunos de oro... los vendería a un dentista, seguro le pagarían bien...

Pero su mano era tomada por alguien que acababa de recobrar el conocimiento...

—Ust... usted...

El hombre seguía vivo... la sorpresa fue grande y repentina para el ladrón que echó para atrás...

—Usted... ¿estaba ayudándome? ...gracias... ¿qué sucedió con mi esposa? ¿Mi esposa y mi hijo? ¿Están bien? ¿Están a salvo?

—Ellos estiraron la pa... digo la mujer y el conductor murieron pero el bebé está a salvo.

El hombre empezó a llorar... el debió morir en lugar de su esposa... pero su hijo estaba bien... a veces el destino actuaba de formas misteriosas... metió su mano en su abrigo intentando buscar su billetera para pagarle por haberlo ayudado... sin embargo ya no la tenía al igual que su anillo... se disculpó diciendo que seguramente alguien vino antes y robó sus objetos de valor...

—Me llamo George Joestar... quisiera compensarlo por haberme salvado la vida... por favor dígame su nombre antes de que vuelva a perder el conocimiento...

El ladrón rió internamente... no creía que habría algún problema si hacía lo que le pedía... despúes de todo la recompensa podría ser grande...

—Me llamo Dario Brando.

—Sr. Brando... yo nunca olvidaré mi deuda con usted...

Sí... definitivamente el destino actuaba de formas misteriosas e incomprensibles.

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Al principio fue la palabra...

Esa era su vida... y la vida fue la luz del hombre...

Y la palabra fue hecha carne y habitó entre nosotros...

Y Él extendió a la gente una nueva esperanza y mensaje...

Fue visto como una amenaza...

Algo peligroso en aquel entonces...

¡Crucifíquenlo!

¡Que su sangre caiga sobre nosotros y nuestros descendientes!

¡Salvó a muchos, que se salve a sí mismo!

Y por la misma gente que amó... fue capturado... humillado... torturado... y crucificado... por cargar con el peso de los pecados del mundo...

¿En serio crees que un solo hombre puede cargar con todo el peso del pecado?

Y la tierra se partió con su muerte...

Y aún así...

Ese no fue el final... de hecho fue solo el principio.

To be continued...