Quintillizas

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—Un menú de carne completo por favor—pidió un chico peliazul bastante alto en la cafetería de su escuela.

Cuando se lo entregaron tomó su bandeja y buscó una mesa para sentarse ya que todas las demás estaban llenas de estudiantes, muchos hablando de diferentes temas y cuando él pasó varios comentarios fueron dirigidos hacia él, aunque quisiera, su presencia no pasaba desapercibida para nadie, después de todo era alguien bastante apuesto sin contar también su gran altura y su buen estado físico.

—Oye, mira—susurró un chico a su amigo—. Jojo va a volver a comer solo.

Su amigo rió por el comentario pero el peliazul no lo escuchó y seguramente eso hubiera sido lo mejor. El chico fue hasta una mesa vacía que era la que ocupaba normalmente pero al momento de poner su bandeja, alguien más puso la suya también. Al voltear a su derecha vio que se trataba de una chica pelirroja con ojos azul oscuro y un par de horquillas en forma de estrella a cada lado de su cabello.

—Yo llegué aquí primero—dijo la chica mientras fruncía el ceño—, vete y siéntate en otro lugar.

—Lo lamento pero este es el lugar donde siempre como—respondió el chico intentando no comenzar una discusión—. Hay suficiente espacio para los dos, podemos compartir la mesa.

La chica lo pensó durante unos segundos pero finalmente accedió y ambos se sentaron, allí el peliazul notó que la ropa que ella tenía no era el uniforme de la escuela por lo que debía ser una estudiante recién transferida. Sin embargo, aunque logró calmar el ambiente entre los dos, muchas miradas de los estudiantes se posaban ahora en ellos mientras hacían comentarios sin preocuparse si eran escuchados o no.

Algunos hablaban que el llamado "Jojo" se había sentado con alguien y en especial con una chica tan linda mientras que algunas chicas se sentían un poco celosas de que el apuesto peliazul se haya sentado con esa chica nueva cuando ellas lo habían invitado muchas veces para sentarse juntos y él la mayoría de las veces las había rechazado.

El chico soltó un suspiro al escuchar todas esas cosas, pensaba en encararlos y decirles que no hablaran de él a sus espaldas de una forma tan obvia y se metieran en sus asuntos pero entonces vio como la chica frente a él estaba roja de la vergüenza que incluso parecía un tomate. Lo mejor en esos momentos era calmarla antes de armar una escena.

—Oye, no te preocupes por lo que están diciendo—dijo el peliazul con una pequeña sonrisa—, no les hagas caso, ya se cansarán y volverán a lo suyo, pero si sigue molestándote puedo irme y hablar con ellos.

—No, no, no hay problema, pero gracias—respondió la pelirroja un poco más calmada.

—Oh por cierto, ni siquiera nos hemos presentado—dijo el chico como una especie de disculpa—. Me llamo Jonathan Joestar pero me dicen Jojo.

—Es un gusto Joestar-kun, yo soy Itsuki Nakano. Por lo visto no eres japonés, ¿qué eres, americano, británico?

—Británico pero en parte soy japonés, mi madre lo era pero todos dicen que soy igual a mi padre aunque él dice que saqué el color de sus ojos. Pero bueno, vamos a comer o la comida se enfriará.

—Sí, buen provecho.

Ambos empezaron a comer mientras hablaban de vez en cuando para conocerse mejor hasta que Jonathan terminó.

—Oye, ¿no te molesta si leo un poco hasta que tú termines de comer?—preguntó Jonathan mientras tomaba un libro que llevaba antes consigo.

—No, para nada—respondió Itsuki aunque estaba más enfocada en su comida.

—Gracias.

Jojo abrió el libro el cual se llamaba Caballo de Troya que era uno de sus libros favoritos cuando de este una hoja cayó sobre la mesa.

Un Tutor CaballerosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora