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-¡Leah!- gritaron a mis espaldas haciendo que detuviera mis pasos, girando sobre mis talones fije mi vista en la persona que había gritado mi nombre. No podía creerlo, la persona que grito mi nombre era para nada más ni menos que mi crush, solo en mis sueños él podría hablarme.

-Jack, ocupas algo- pregunte tratando de sonar lo más tranquila posible.

-No, bueno de hecho si- se rasco la nuca, en signo de ¿Nerviosismo?, Jack nervioso por hablar conmigo no lo creo.

-Está bien- lo mire dudosa - entonces dime en que puedo ayudarte.

-Quiero pedirte que salgas conmigo el sábado- eso no me lo esperaba para nada -me gustas, me gustas desde hace mucho tiempo- agrego al ver mi expresión de confusión.

-Oh, vaya eso no me lo esperaba para nada- solté -digo eres mi crush no sé supone que deba gustarte, ¿O si se puede?- alguien que me diga si eso es posible -se supone que eres un amor imposible pero estas aquí a unos metros de mi diciéndome que te gusto e invitándome a una cita- hable mientras caminaba de un lado a otro, vamos Leah te tienes que calmarte si no después espantaras al pobre chico frente a ti -es que no puedo creerlo.

-Créelo- se acercó a mí -me gustas y mucho- dijo mientras acunaba mi rostro entre sus manos, me va a dar un para cardiaco si sigue así -¿Entonces aceptas?- pregunto.

-Si- no me juzguen ustedes también hubieran aceptado sin pensarlo dos veces, quien en su sano juicio se negaría a salir con su crush, exacto nadie lo haría.

-Genial- sonrió y por instinto le regrese la sonrisa -tienes una sonrisa muy linda- dicho eso acerca su rostro hacía el mío, haciendo que nuestras narices se tocaran por la cercanía, Dios estoy segura que me va a besar y no estoy preparada. Para mi desgracia un sonido nos interrumpe y no es el sonido de una campana sino el de una alarma avisándome de que ya es hora de levantarme para ir a la escuela y que todo lo que pasado no es más que un sueño.

-Tan bonito que estaba soñando- talle mis ojos mientras me levantaba de la cama, debí imaginar que era un sueño, era muy raro que a Jack le gustara. Agarre la ropa que usaría el día de hoy y fui a directo al baño a darme una ducha para despertarme por completo sino terminaría dormida en la clase de artes y eso creo que no le va a gustar al señor Meléndez, después de una relajante ducha y de estar lista baje a desayunar.

-Buenos días mamá, papá- salude mientras me sentaba en una de las sillas vacías del comedor -se ve deliciosa la comida, gracias mamá- le regale una sonrisa.

-De nada, espero lo disfrutes- hablo mientras se sentaba a un costado de mi padre.

-Lo hare.

-¿Hiciste tus deberes?- pregunto mi padre tras un breve silencio que por supuesto no era incómodo.

-Claro, ustedes saben que yo soy la típica chica que dice que no va hacer sus deberes y termina haciéndolos- se echaron a reír tras mi respuesta, hablo en serio como puede haber gente que no hace sus trabajos y andan como si nada, si yo llego hacer eso estaría todo el día pensando en que debo hacerla.

-Eso me gusta de ti Leah- sonreí tras el comentario de papá –bueno, menos charla porque ya es tarde y tú tienes que ir a la escuela y yo al trabajo- desgraciadamente papá tenía razón.

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-Gracias por traerme papá- voltee hacia la entrada de la universidad para ver si Jessia mi mejor amiga me estaba esperando en la entrada como era costumbre, debo decir que me gusta esa costumbre porque así no camino sola hacia el aula de clases -te quiero, adiós- me despedí mientras salía del carro -por cierto, que te vaya bien en el trabajo.

Algo Inesperado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora