"Donde comenzamos"

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Con los dedos temblando y su traicionero cuerpo comenzando a desbordar sus lagrimales contestó la llamada. Al instante una fuerte música llenó sus oídos junto a diferentes voces imposibles de distinguir.

Louis contuvo su respiración cuando oyó una que reconocería en cualquier lugar.

"Hola?"

Cerró sus ojos azules ante la voz vibrando a través del altavoz.

Los segundos pasaban y la música sonaba cada vez más lejana. Aun podía escuchar el barullo de las personas como una interferencia lejana.

"Lou?" Volvió a hablar. Su tono inseguro hacia la sangre de Louis hervir.

—Eddie se quedó despierto hasta tarde esperando por ti. No dejaba de mirar la puerta y estuvo horas pegado a la ventana esperando verte llegar.—Louis se detuvo por unos segundos, estaba comenzado a sentir su cabeza latir. —Cómo puedes ser así? Cómo puede no importarte tu hijo?

"Edward? Dónde esta?" Su voz se escuchaba ahogada y parecía estar peleándose con su propia lengua al hablar. Louis sentía un remolino de emociones dentro de él.

Había preferido embriagarse en quién sabe dónde por navidad en vez de pasarla con su familia? 

Estaba viendo a su hijo sufrir por una fiesta?

—Estas borracho?—Preguntó con la voz más calmada que pudo invocar.

Harry no respondió. No tenia que hacerlo.

—No lo mereces.—Susurró sintiendo cada rincón de su cuerpo calentarse y explotar.

"Qué?"

—No mereces a Eddie. No mereces que él te ame tanto. No mereces que te llame papá ni que espere por ti. Le sigues mintiendo, Harry. Le sigues prometiendo que vendrás, pero no lo harás ! Te fuiste, nos dejaste. Dejaste a mi hijo, me dejaste a mí.

"Nuestro hijo."Se escuchó del otro lado de la línea.

—Mío ! Es mi hijo !—Gritó con la voz rota y exasperada. El dolor de cabeza comenzaba a ser insoportable y el leve barullo vibrando del celular parecía empeorarlo todo.

Harry habló de nuevo, su voz ronca y torpe por el alcohol saliendo por los altavoces. Louis no lo escuchó antes de terminar la llamada a media oración.

❄ ❄ ❄

Liam atravesó de puntitas todo el pasillo hasta llegar a la puerta de color caoba al final del pasillo. Golpeó con sus nudillos tres veces y esperó dando pequeños saltitos en su lugar. Sentía el frío piso congelar sus pies desnudos.

Se maldijo por lo bajo por no ponerse sus pantuflas antes de salir de su cama.

Al no tener respuesta, abrió la puerta un poquitito, ajustando sus ojos a la oscuridad de la habitación hasta que logró distinguir un bulto en la cama.

Agradeciendo silenciosamente la suave alfombra color arena que cubría todo el piso de la habitación de Louis se apuró hasta el borde de la cama, donde la mueca triste de su mejor amigo lo recibió. Liam imitó su puchero a la par que subía a la suave superficie.

Con cuidado de no desordenar mucho las sábanas se acostó a su lado.

—Escuché un grito.—Comenzó cauteloso. Louis estaba tapado hasta la nariz, casi hecho una pelotita. Tenía sus ojos azules abiertos y pegados en él, parpadeaba lentamente y emitía ningún sonido. Liam se preguntó momentáneamente si siquiera estaba respirando.— Fui a ver a Eddie y el esta bien, sigue dormido....Así que, tú estas bien?

Y como si hubiera jalado de una palanca, Louis se desmoronó.

Primero fueron sus ojos, lloviendo gotas grandes y espesas, arrugas formándose en los alrededores. Luego sus mejillas se volvieron de un intenso color rojo sin un ápice de calor en ellas, Louis estaba frío. Sus labios finos se curvaron hacia abajo y todo su rostro se contrajo en una hermosa pintura presa de tristeza y desesperación.

Louis estaba rompiéndose, pedazo a pedazo. Pequeños quejidos ahogados comenzaron a llenar la habitación.

Liam lo envolvió en sus brazos con su corazón estrujado al verlo en ese estado, intercaló entre dibujar círculos en su espalda y darle suaves palmadas para hacerle saber qué estaba ahí.

—Lou, háblame...—Pronunció una vez que los quejidos cesaron y su respiración se normalizó.

—Li, él lo prometió, y otra vez...—Su voz se cortó y suspiró— Eddie ama tanto a Harry, lo adora. No hay día en que no pregunte por él y que no me diga que lo extraña. Tiene solo cuatro y quiere estar con su papá.—Un jadeó lastimero escapó de él. Levantó su mirada azulada y acuosa hasta encontrase con los cálidos ojos cafés de su amigo quien una vez mas sintió su corazón estrujarse y su sangre hervir en rabia al ver esos bonitos rasgos expresar profunda tristeza.—Eddie quiere estar con su papá.— Repitió.— Pero su papá no quiere estar con él.

—Harry es el padre biológico de Eddie, pero no es su papá.—Afirmó Liam.— No lo es y no merece ser llamado tal. Lou, él nunca estuvo aquí para ver sus primeros pasos, o escuchar sus primeras palabras, o para curar los raspones en sus rodillas cada vez que cae. Nunca estuvo para enseñarle a pedir las cosas por favor ni para ver los especiales de Winnie The Pooh los sábados a la mañana y luego pasar toda la tarde fingiendo ser Piglet para que él sea Winnie. Eddie es un niño dulce, hermoso, divertido, inteligente, gentil y bondadoso...tal como tú. Y lo es gracias a ti. Tu eres su mamá. Eddie no necesita a nadie mas que a ti...

—Si, pero Harry...—Louis lo interrumpió.

—Aún no terminé, Lou. Harry no merece el amor de Eddie, pero es un niño, un niño que realmente no tiene ni un recuerdo con él y que no lo ve desde que tiene un año. Es posible que Eddie ni reconozca a Harry si lo ve. Es comprensible que ame y extrañe esta idea de padre amoroso y amable que tiene en su mente aun cuando ni lo conoce porque es un niño, y es lo que aprende de la mayoría de los niños de su edad, de las películas y de la sociedad misma... Que su padre lo ama por el simple hecho de que es su papá. Pero algún día Eddie crecerá, y será lo suficientemente grande para entender y ver la realidad. La realidad de que su "papá" no vale la pena, la realidad de que su "papá" no es merecedor de su amor....ni del tuyo. Harry tampoco es merecedor de tu amor, Louis. No lo es.

—Lo sé, Liam. No soy estupido. Yo realmente lo sé, pero no puedo...detenerme. No puedo hacerlo. Lo intenté, realmente lo hice. Ya son casi cuatro años desde que se fue y no puedo seguir adelante.—Gimió frustrado. La vergüenza amenazando con aparecer.— Aún lo amo, y es jodidamente patético. Soy patético.

Liam negó, dando un suave apretón en su hombro y suspiró para sus adentros.

—No lo eres.—El patético soy yo por estar enamorado de mi mejor amigo; pensó. Fingiendo una sonrisa continuó.— Supongo que es algo normal, están casados y tienen un hijo juntos después de todo. Una reacción y sentimiento confuso del cuerpo.

—Quizás sea eso, si.—Asintió Louis sabiendo bien que no lo era.

Él mismo había pasado años intentando convencerse que todo lo que sentía por Harry era simplemente un sentimiento confuso por la gran union que tendrían para toda la vida y que él malinterpretaba como amor. Pero la mentira no le duró mucho. Louis sabia que no era un sentimiento confuso. Él seguía amando a Harry.

—Probablemente sea eso.—Volvió a decir con sus ojos cerrándose lentamente, sintiéndose muy abatido de repente como para seguir hablando.

Con cuidado se apartó de Liam, sin ser consciente de la mueca triste en el rostro de su amigo.

—Buenas noches.—Murmuró abrazando una almohada.

Liam salió de la habitación de la misma forma que entró, solo que esta vez, toda la alegría y calidez que le había dejado la cena de navidad, ya no estaba. 


Should I Keep Waiting? » l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora