CAPÍTULO II

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Luka

Por fin había terminado con todo el trabajo del reino, desde que mi madre se fue hace dos años, me he quedado a cargo del reino y de su bienestar, jamás pensé que sería muy estresante.

Me levanté de mi asiento, y salí de la oficina, no quería ver a nadie, entonces fue cuando decidí salir e ir a mi cabaña en el bosque, ahí solo hay tranquilidad y me puedo relajar. Avisé a mi pequeña hermana Juleka que saldría y volvería al día siguiente para seguir con el trabajo.

Salí del castillo y fui al bosque, caminaba tranquilo hasta que un dulce y embriagador aroma llegó a mis fosas nasales, un aroma a café con leche, sin duda el mejor aroma de todos. Seguí el rastro de olor hasta un arbusto, no creo que el olor salga de esto o ¿si?, no, claro que no, solo las personas que se pueden transformar tienen un aroma que desprende su cuerpo, como me pasa a mi, con el aroma a madre selva.

Me pare al lado del arbusto, intentando descubrir quién estaba escondido, pero no hubo resultado, me cansé de esperar, quería saber quién era la persona que desprendía el aroma a mi bebida favorita, camine hasta quedar en frente del arbusto, pero antes de que pudiera hacer algo más, un chico de cabellos rubios y ojos verdes salió de entre los arbustos, me asusté, no todos los días se podía ver a un chico saliendo de entre los arbustos.

Mire al chico y por el traje de gato que llevaba pude saber que era el príncipe Adrien del sur, pero ¿cómo es que estaba afuera de su reino?, mis espías me informaron que su padre, el rey Gabriele, no lo deja salir y según ellos lo tiene en una jaula de oro, impidiéndole todo.

-Es un poco tarde, para que pasee por el bosque ¿no lo cree?- dije, pero no recibí respuesta, esto me estaba poniendo incómodo. Lo mire a los ojos, y pude notar miedo, al mismo tiempo el olor a café con leche fue disminuyendo, eso solo podía decir una cosa, Adrien tenía miedo.

-Y-yo me t-tengo que i-ir- estaba temblando, no lo podía dejar ir así, lo tome del brazo y lo jale, juntando nuestros cuerpos en un abrazo.

Seguía temblando y ahora el aroma a café con leche había desaparecido por completo, me di cuenta que yo era la causa de su miedo, pero ¿por qué?, ni siquiera nos conocemos para que yo le hubiera hecho algo.

-¡Ohh! Claro, no me conoces, por eso es que tienes miedo, lo lamentó- dije para separarlo un poco y así poder ver sus ojos -me llamo Luka y vengo del reino norte-.

No podia decirle que soy el rey del norte, eso lo asustaria mas.

Poco a poco el aroma a café con leche volvía, pero no era dulce, era amargo, tal vez era por que mi presencia no le agradaba.

--¿Te encuentras bien?-- fue lo primero que se me vino a la mente en ese momento, todo me comenzaba a dar vueltas, y el olor de Adrien se hizo más fuerte y dulce, ahora entendía por qué el miedo de Adrien, su celo estaba por comenzar.

--s-sólo vete ¿si? por favor--Dijo con miedo en su voz, no lo podía dejar ahí solo, alguien más podría aprovechar la situación en la que el se encontraba. ¡No lo permitiría!

Lo tome entre mis brazos, haciendo que el no pudiera escapar, y lo cargue todo el camino hasta mi cabaña, hace un tiempo la mande ah construir con el fin de poder estar solo en ese lugar.

Llegamos, en todo el camino no escuche ninguna queja de Adrien, baje al príncipe para poder sacar las llaves de la cabaña. Una vez dentro, lo lleve hasta mi habitación que se encontraba en la parte superior de la casa.

El olor ya era más fuerte, lo acosté en la cama y salí del cuarto, no quería hacer algo que lo asustara.

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